《51》

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Alejandro Bravo estaba nervioso. Y no entendía por qué. Eran unas simples llaves. Era un simple favor. Y sabía que a Auron no se lo podía pedir porque estaba aprovechando el regreso de su novio. Mangel estaba trabajando y sólo quedaba él. Que justo en la mañana pasó a despedirse de Bry para dejarle un regalo. Le entregó la saga completa de Star Wars, ya que no podía creer que el niño no la haya visto. Así que como buen tío de Samy que era, también lo fue con su amigo.

Samuel le pidió justo al irse, si podía entregarle esa copia de las llaves de su departamento a David, porque él iba a hacerle favor de cuidarle su casa, mientras tanto o por si había algún incidente. ¿Qué podía pasar? Era sólo, entregar unas llaves.

Alexby llegó al edificio, un edificio grande y en una zona bastante bonita y lujosa. Samuel y David se daban la buena vida al parecer. O eso pensó el amante de las galaxias. Tocó el timbre del número 6 y esperó. Tardó en contestar el Interfón así que esperaba no haber interrumpido nada.

ㅡ¿Diga?ㅡ Aquella voz le hizo dar un respingo que lo sacó de su ensimismamiento.

ㅡSoy Alejandro, traigo las llaves de Samuel.ㅡ comentó alzandose un poco de puntas para hablar en la bocina.

ㅡAdelante.ㅡ respondió y el pitido de que se podía abrir la puerta sonó.

Alex entró al edificio y presionó el botón del elevador para subir.

David tardó en reaccionar cuando notó que era Alejandro el que había tocado el timbre de su departamento. Por eso no contestó al momento. Se puso muy nervioso y hasta se pegó en el dedo chiquito del pie por la torpeza.

Su departamento siempre estaba ordenado y aún así se puso a ordenar de más, cuando supo que estaba subiendo. ¿Cómo actuar como si nada cuando sabes que alguien te gusta? Se vengaría de Vegetta apenas pudiera, porque sabía que esto era obra suya.

Su puerta sonó y Fargan inhaló y exhaló el aire para verse frío, tranquilo e indiferente al abrir la puerta. Aunque ahora estaba vestido más sport, se veía igual de guapo que siempre.

ㅡOh, Hola David.ㅡ saludó un poco incómodo. Aunque no por eso, dejó de mirar al contrario de pies a cabeza.

ㅡAlejandro, pasa.ㅡ se hizo a un lado para que Alex pasara a su casa. El pasó sin más remedio, pensó que sólo le dejaría las llaves y se iría pero se le hizo una grosería no pasar, claro.

ㅡGracias.ㅡ Alex no pudo evitar mirar todo el departamento en un vistazo, podía ver el mueble del tocadiscos que había visto en la publicación de Twitter. Y David tenía una gran colección de crucigramas terminados en un estante. Era... fascinante.

ㅡ¿Te ofrezco algo?ㅡ Le dijo David y Alex se sobresaltó.

ㅡEhh, no, no gracias. Vine de paso, no quiero molestar.ㅡ sacó las llaves de su bolsillo y se las dio. Fargan las recibió sin ningún problema y las colocó en el bol que tenía a un lado de la puerta para salir.

ㅡBueno, en realidad el que se ha molestado a traerlas hasta aquí, fuiste tú. ¿Cómo sigue tu mano?ㅡ cuestionó curioso ya que realmente si le había preocupado el accidente.

ㅡ¿Mi mano? Ah si, ya mejor. Fue una cortada sin importancia. Además la curaste en el momento preciso, así que estuvo bien. Gracias por eso.ㅡ Alex se sintió nervioso de que David recordara aquello. Sobre todo por la conexión que sintió en ese momento esa vez.

ㅡVives solo ¿Eh?ㅡ se reprimió por haber preguntado eso tan a la ligera, pero David sonrió de lado al escucharlo. Tal vez y solo tal vez, si era correspondido.

ㅡSi, mis propias reglas. Ya sabes.ㅡ Alex le dio la razón y comenzó a caminar mirando los cuadros que Fargan tenía colgados. El más alto se quedó en su sitio, observando lo que este hacía. La verdad no le molestaba que quisiera investigarlo o saber más de él. Igual podía preguntarle directamente, pero era divertido jugar un rato.

《Algo pequeño en común》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora