CAPITULO 2

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Desperté en mi habitación, parpadeé para acostumbrarme a la luz que daba directamente en mi rostro. ¿Todo había sido un sueño? Sali corriendo de mi habitación y fui hacia esa puerta azul con carritos y letras grandes, abrí la puerta y nada, la cama seguía igual que el día en que desapareció Harold, sus cosas estaban igual.

Llore, no podía estar sin mi pequeño de nuevo.

Unos brazos se colocaron a mi alrededor y suspiré, al voltear pensé ver a Liam, pero Marcel estaba ahí, mirándome como hace unos años cuando aún nada malo pasaba.

Marcel, enserio estas diciéndome esto — reía demasiado por las cosas que me decía este hombre.

Nena, lo digo enserio, no me gustan los días impares —se cruzó de brazos como un niño pequeño.

¿Entonces tengo que esperar hasta mañana para que seas oficialmente mi novio? — pregunte aun riendo.

Exacto amor —sonrió

Estas completamente loco — reí — pero tendrás que amar este día impar.

Suspiro rendido y sonrió de nuevo.

— Por ti amaría todos los días impares.

Después de unos segundos nos separamos, su mirada cambio a una fría, casi de manera automática. Miramos hacia otros lados para evitar el momento.

— Creo saber algunas cosas de Harold — dijo acomodándose la corbata.

— Claro, vamos — salimos de la habitación y fuimos hacia la sala.

Bueno, lo que era de la sala, ahora todos estaban con muchos aparatos y papeles. Me acerqué a la mesa y pude ver fotos de mi hijo del día que estaba saliendo del colegio, sentí que mis ojos se volvían a llenar de lágrimas.

Tome la foto entre mis manos y pase mis dedos por su carita, traía consigo a su peluche favorito, un dinosaurio que Marcel compro para él.

— Lo vamos a encontrar señora — dijo uno de los hombres.

— Lo sé – no dije nada más, no tenía fuerzas.

Liam entro con un teléfono sonando, era el mío.

— Mad, tienes que contestar — Liam me entrego el celular — trata de hacer que la llamada duré unos cinco minutos para poder hallar la ubicación — asentí.

— ¿Hola? — conteste.

Muñequita, que bueno oír tu voz – sentí que mi alma salía de mi cuerpo – Harold es un niño tan bien portado.

— ¿Por qué te lo llevaste? — Marcel me miraba serio — No sé cuál es tu maldito plan, pero devuélvanme a mi hijo ira, es lo único que sentía al escuchar su voz.

Muñeca — soltó una risa —Volveré, esperen mi llamada, salúdame a mi primo.

Corto la llamada, Vladimir, eso estaba más que claro. Marcel me miraba serio, sé que también había reconocido su voz.

— No logramos saber con exactitud — dijo Liam cortando el ambiente tenso — Pero al menos ya sabemos quién es.

— Búscalo por todo el maldito país Liam, no me va a quitar a mi hijo —La voz de Marcel salió fuerte y grave.

— Claro, hare unas llamadas — Liam me dio una última mirada y se fue.

Desvié la mirada y fui de nuevo hacia mi habitación.

Veneno con MielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora