MADISON
Escuchaba a Ryan decirle algo a Marcel. Ya ni siquiera podía dejar a estos dos solo porque se matarían. Abrí mis ojos y observé la situación. Marcel tenía las manos hechas puño, en cualquier momento se lanzaría contra Ryan, aclare mi garganta y mi voz salió.
— Marcel — El mencionado volteo a verme y se relajó.
Su sonrisa se amplió — Permiso, me llama a mí.
— Quita esa sonrisa Marcel — a pesar de lo que le dije, siguió sonriendo.
Dio un paso delante de Ryan como si hubiera ganado algo, lo movió y se sentó a mi lado.
— ¿Estas bien? — pregunto mirándome.
— Si, mejor — su mano jugueteaba con la mía.
Me observo por unos minutos y soltó un suspiro largo —Traeré a nuestro hijo, lo prometo — miro mi mano nuevamente.
Deje de mover los dedos contra su mano.
— Lo sé, Marcy — levanto la vista y pude ver ese brillo que tanto amaba en sus ojos.
Un carraspeo se escuchó en fondo.
— Me alegro que estés mejor Madi – hablo Ryan.
Marcel bufo — Nadie te pregunto — susurro como si fuera un niño.
— Marcel — dije en tono serio.
Liam tosió falsamente —Tengo buenas noticas — se acercó a Marcel y lo saco de golpe — Encontramos la bóveda, pero probablemente él se haya ido, aunque sabemos que no muy lejos.
Mire hacia arriba, necesito fuerzas para esto.
— Liam, mi hijo ¿Él está bien? — pregunte esperando una respuesta positiva.
— Si Mad, tranquila, tenía su dinosaurio con la ropita que le hiciste ¿te acuerdas? — asentí, empecé a lagrimear de nuevo.
— Idiota — dijo Marcel hacia Liam y corrió a mi lado de nuevo — No llores por favor.
— Está bien, solo lo quiero de nuevo conmigo.
— Volverá Madi, estará de nuevo contigo — Ryan sonrió.
Quería hablar un rato más con Ryan, así que le pedí a Liam que se llevara a Marcel y me dejara un rato a solas con Ryan.
Ryan me pregunto sobre los ataques y le conté de la última vez. Me dijo que era normal en una situación de estrés y más si el imbécil de Vladimir era el que estaba causándome dolor por segunda vez.
La tarde había pasado bastante rápido, Ryan me dijo que lo llamara cualquier cosa y se fue. Obviamente detrás de la puerta estaba Marcel y Liam haciéndose los tontos.
— Creí haber pedido privacidad — fingí seriedad mientras los miraba.
— En mi defensa — hablo Liam — Marcel no se movía de la puerta y quiera escuchar.
Marcel cruzo sus brazos — ¡Claro que no! — grito — No le creas, es un mentiroso.
Sonreí, Marcel me hacía acordar a Harold cuando renegaba, eran iguales. Fruncían el ceño y desviaban la mirada cuando era una mentira. Mis dos chicos favoritos.
— Bueno, basta — dije tratando de ser seria — Bajen a la cocina, estoy hambrienta y quiero comer algo — señale el primer piso.
— Está bien — respondieron al mismo tiempo y reí.
Bajaron empujándose como niños tontos, me acerque con ellos a la cocina y Liam dijo que tenía que supervisar a los chicos para ver si habían encontrado algo más de mi pequeño.
Empecé a hacer algo para cenar mientras Marcel se sentaba en una banca de la cocina. Me puse nerviosa como siempre que me quedaba a solas con él. No eran muchas veces las que ocurría.
Le pregunte si quería algo más de tomar y acepto tomar té. Coloque panes de todo tipo y unos bizcochos dulces que sé que le gustaban mucho, a mi pequeño también, hasta en eso eran parecidos.
¿Mi Harold estaría comiendo cómo debe? Espero que el imbécil de Vladimir este tratándolo bien porque no quedara nada de él cuándo lo vea.
— Madison... ¡Madison! — la voz de Marcen me saco de mis pensamientos.
— Lo siento, me perdí — me senté y empecé a comer.
— Tuviste un ataque de pánico — no era una pregunta — y te desmayaste — bebió un poco de su te —¿Hace cuánto te pasa?
Imágenes de ese día llegaron a mi cabeza...
— Hace un tiempo — respondí mirando mi comida.
— ¿Harold te ha visto en algún episodio? — pregunto.
— No, los tengo pocas veces cuando él esta — sonreí — Él es mi vida Marcel.
Vi una sonrisa en su rostro.
— Te acuerdas de la vez que lo saque al parque y regresamos los dos heridos en la rodilla — dijo tomando su te.
Sonreí — Claro que sí, tuve que curarlos — pasé mis manos por mi cara recordando — ¡A los dos! — reí fuerte — ¡Dios mío! se supone que eres el papá.
— En mi defensa, esa bicicleta es muy pequeña — dijo riendo.
— Marcy esa bicicleta es para un niño de cuatro años — un brillo surgió en sus ojos, mientras yo reía — la edad de Harold.
Se levanto de su asiento y se acercó a mí lentamente. Su presencia seguía haciendo que mis nervios se dispararan, seguía provocando lo mismo en mi a pesar de los años. Era mentira si decía que lo había olvidado.
¿Cuánto tiempo ya estaba en la casa?
— ¿Te acuerdas la primera vez que me dijiste Marcy? — pregunto cerca, muy cerca.
— Si — respondí subiendo mi mirada — Estabas con ese vestido de colores que tanto me gustaba... y luego simplemente dejaste de usarlo — dejo de hablar.
Me levante para alejarlo. No quería hablar en este momento.
Tomo mi brazo — No te alejes por favor — su otra mano subió hasta mi cara — No sabes cuanto duele.
Me permití permanecer cerca de su toque. Casi siempre estábamos cerca por Harold, pero jamás tanto. Estas semanas eran agobiantes para los dos.
— Lo se Marcy, también me duele y mucho — susurre, Marcel junto su frente con la mía.
Me permití no odiar su tacto, sé que con él podía sentirme tan protegida dentro de sus brazos, lo extrañaba tanto.
Nota: Hola, Marcel como pequeño Marcy, él y Harold se van a parecer mucho ya que Marcel siempre esta creando planes con el pequeño, son como dos niños y Madison los adora. Espero que les este gustando.
🎀
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Veneno con Miel
RandomMarcel y Madison. Amor, secretos, dolor, pasado. Un hijo en medio de todo el tormento. Descubre secretos del pasado junto a ellos. Secretos llenos de dolor. - Porque aunque el mundo se acabe, iré por ti.