PASADO — VLADIMIR
Cada vez que veo al idiota de Marcel me consume la ira y siento más ganas de destruirlo.
El me quito todo lo que yo siempre quise, la chica, el dinero. Siempre fue el favorito Marcel, el mejor de la familia y el más querido.
Susan, mi tía, siempre fue una persona despreciable. Fue una persona malvada, llena de envidia, al igual que yo.
El día que conocimos a Madison, supe que la quería para mí, era perfecta. Era simple, manipulable y tenía un cuerpo perfecto. Estaba sola y necesitaba de alguien.
Ese era yo, tenía que ser yo el que la tenga.
Ese día en el bar él ni siquiera quería ir, Marcel estaba ahí simplemente viéndola y ella a él, cuando debía verme a mí.
Luego sé que unos tipos la molestaban pidiéndole el número, Marcel quería ser el maldito príncipe azul. Se que ella se hubiera fijado en mi si hubiera tenido más dinero. La pude haber invitado a lugares muy costosos y la pude haber hecho mía sin necesidad de tanto laberinto.
Cómo aquel día.
Ella estaba sola, solo Susan estaba en la mansión y Marcel dejaba a su bella doncella en su torre, sin pensar que algo le podía pasar.
Ese día llegaba de una junta en la que Marcel me dejó en ridículo, el tubo la culpa de lo que pasó ese día. El desató el infierno y recibió lo que merecía.
Recuerdo bien ese día, estacione mi auto como siempre, entre a paso lento a la mansión, tenía tanta ira dentro de mí.
— Maldito Marcel, hijo de puta — grite al entrar en la casa.
Pasé hacia la sala y no encontré a nadie, fui hacia el despacho de Marcel y nada. Cuando pasaba por las habitaciones vi a Susan.
— ¿Y qué te paso a ti? — comenzó a reír — Ya se, Marcel te dejó en ridículo como siempre.
Sus risas se hacían más fuerte y mi furia creía más, avance hasta su cuarto y la sostuve del cuello, sentí como sus manos fueron a las mías tratando de detenerme. Perra falsa.
Su rostro se le estaba volviendo rojo y ella ya solo intentaba respirar el poco aire que le permitía inhalar, que fácil sería acabar con la vida de esta mujer, nadie la extrañaría y solo sería una simple escoria muerta.
— Tengo una noticia... Te va a gustar — su voz cada vez más ahogada — Ella está aquí.
Pare cuando dijo eso, la solté y ella empezó a toser buscando el aire que le faltaba entre mis manos.
— ¿Dónde está ella? — pregunté.
Ella sería mi mayor venganza, la seduciría y la haría mía, Marcel perdería, de una vez por todas.
— En el cuarto de Marcel, está ahí desde la tarde — Susan agarraba su cuello y podía ver las marcas que le había dejado.
Salí de la habitación y me encaminé a la de Marcel.
Cuando llegue, la puerta estaba cerrada, pero se escuchaba música dentro de esta. Seguramente había llegado de la universidad y estaba estudiando, que buena niña. Toque la puerta.
— Oh, hola Vladi — Madison abrió la puerta de la habitación y me sonrió.
Tenía un top que dejaba a la vista sus perfectos pechos y su cintura con la curva del pecado, su short se amolda a sus piernas y su buen trasero, que mal la deseaba. Sin duda sería el mejor festín.
— Hola preciosa — sonreí — ¿Me dejas pasar?
— Si claro, estaba avanzado algo de la universidad — suspiro — Marcel prometió ayudarme, así que espero venga pronto.
Hay esta otra vez el puto nombre de Marcel, todo tenía que ver con él. Solo recordarlo me hacía hervir la sangre, tenía todo, la empresa, las decisiones, a la chica. Ahora verá que no puede tener todo lo que quiere.
Me acerque un poco a ella — Porque mejor no te ayudo yo.
— No, gracias Vladi, te haré llorar de desesperación.
Creo que será al revés y no será de la decepción.
— Claro que no Madison, la podemos pasar muy bien — me acerque hacia su mesa y toque sus brazos.
Ella me miró confundida y se levantó.
— Creo que será mejor que salgas de la habitación, te veo un poco cansado y no quisiera que...
Mi mano tocó su mejilla en un fuerte golpe antes de que pueda reaccionar. Nadie se atrevía a rechazarme y no iba a empezar con esta golfa.
— Vladimir, que — un jadeo salió de sus labios, ahora rojos por el pequeño rastro de sangre — Porque has hecho eso — su voz sonaba llorosa.
— Ya me cansé de que todo el mundo este a los pies del imbécil de Marcel — dije — Tu debiste ser para mí ¡Debiste ser mía!
— Yo... Y-yo — Madison intentaba hablar mientras se alejaba — Amo a Marcel, Vladimir, estas confundido y cansado — su cuerpo se detuvo contra la pared.
— No puedes negar que te atraigo — reí — Te me regalaste siempre con tus faldas y vestidos descubiertos — me acerque completamente y sujete su cara — Tu estas provocando eso, mira nada más como vas vestida, muñequita.
Madison comenzó a llorar más fuerte y yo solo me desespere ¿Ahora se hace la puta santa? Todo este tiempo se me estuvo regalando y ahora no quiere, puta falsa.
— Vas a conocer lo que es un hombre de verdad — le dije y la sujeté del cabello y la arrastre hacia la cama.
— Vladimir, no...
Ella comenzaba a llorar y me suplicaba que me detuviera, que no estaba pensando con la cabeza fría y tal vez tenía razón, pero no me iba a detener.
Marcel tendría una maldita lección y haría mío algo que siempre debió ser mío, maldición, de solo pensar en la cara que tendrá cuando sepa que hice mía a su puta personal, perderá la cabeza.
Le sujete las manos con una de las mías, mientras que mi otra mano comenzaba a tocar sus muslos y su atractivo trasero, baje rápidamente sus shorts mientras ella seguía gritando, me desespere un poco y la golpee de nuevo, esta vez quedo un poco inconsciente y eso me permitió terminar de bajar su ropa completamente.
Abrí ambas piernas y comencé a tocarla, ella solo lloraba en su inconciencia, cuanto me molestaba que se resistiera, pero me ponía de la misma forma.
Comencé a embestirla lentamente, ella se removía en la cama y hacía que saliera de ella varias veces, volví a golpearla y conseguí penetrarla un poco más rápido mientras ella estaba desmayada, que bien se sentía estar entre sus piernas.
— Vladimir — la voz de Susan resonaba fuera — Marcel está aquí, sal de una maldita vez.
— Mierda — gemí y seguí embistiéndola, ella solo lloraba.
Pare un momento, mierda, ¿que estaba haciendo? Jamás había llegado a este extremo con alguien. Seguí de nuevo, dejé de pensar, ella tenía toda la maldita culpa, si tan solo hubiera dejado que me la cogiera tranquilamente.
Me descargué en ella y salí de su interior, subí mis pantalones y ella estaba inconsciente todavía, tenía que irme pronto de aquí o las cosas se pondrían una mierda. Recogí todo lo que podía ser mío y me alejé sin voltear a verla.
Abrí la puerta y Susan vio hacia adentro como Madison seguía inconsciente, me miro y solo atino a jalarme del brazo.
— Acaba de salir, entro por unos documentos y se fue. — Se que se refería al idiota de Marcel, tengo que apresurar mi paso.
— Bien, me tengo que ir — la mire fijamente — Ella se acostó conmigo porque quería, ella me deseaba y tu viste como me llamo a su habitación y fue mía — la sujete de su brazo — ¿Me entendiste?
Si — dijo un tantonerviosa, pero no me interesa si me tiene miedo — Ya vete de aquí Vladimir.
Nota: Este fue el capitulo mas difícil de escribir, necesite respirar y despejarme un poco después de esto. 🚫🚩
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Veneno con Miel
RandomMarcel y Madison. Amor, secretos, dolor, pasado. Un hijo en medio de todo el tormento. Descubre secretos del pasado junto a ellos. Secretos llenos de dolor. - Porque aunque el mundo se acabe, iré por ti.