MARCEL
Me había levantado temprano el día de hoy, habían pasado dos días desde aquel abrazo, donde sentí que volvía a ser mía y se sintió como lo mejor del puto mundo, solo quería encerrarla entre mis brazos y cuidarla de todo lo que temía.
Se cómo se sentía con lo de Harold, sé que para ella nuestro hijo lo es todo, como para mí. Aunque ellos dos son todo para mí, a pesar que lo niegue siempre estaré ahí para Madison, la cuidare y si me toca recibir una bala por ella lo haría.
Entre a mi oficina y como siempre Camila estaba a un lado esperando que me siente para decirme todo lo que tocaba este día, es una chica leal, comprometida y seria con su trabajo, me servía.
— Señor Lambert, buenos días — hablo e hizo un movimiento de cabeza.
Deje mi maletín y levante la mirada — Buenos días Camila, cuéntame lo de hoy.
— Bien, tiene dos reuniones de media hora para firmar unos contratos con los inversionistas de España — Movió sus hojas — Tiene un almuerzo con el señor Liam, su madre llamo preguntando por usted y si tenía libre el almuerzo — ¿mi madre? — Pregunto por quién lo acompañaría en el almuerzo y le mencione al señor Liam.
— ¿No te dijo nada más? — pregunte — ¿Si me volvería a llamar o menciono algo?
— No Señor, solo lo acepto y colgó.
Que extraño, siempre dejaba alguna nota o recado.
— Bien, no importa ¿Qué hay en la tarde?
— Unos periodistas quieren hacerle unas preguntas y pidieron hablar con usted.
Como no, las noticias de mi hijo se había hecho tendencia por todos lados, como si no hubiera empresarios que mantuvieran su vida oculta del ojo público, pero como mi madre era la reina del drama claramente se meterían en la mía.
Bien, tenía que hablarlo con Liam, pero no podía rechazarlos o pensarían que mi hijo era un bastardo y claro que no, lo hice con mucho amor.
— Bien, pacta la reunión después del almuerzo con el señor Costa.
Camila asintió — Entendido Señor, ¿Puedo ayudarlo en algo más?
— No, por ahora nada más, puedes retirarte.
No espero más y se retiró. Me acomodé en mi asiento y comencé a ver papeles de inversiones que teníamos, la empresa iba bien, siempre me preocupaba por que las cosas personales se mantengan en privado.
No quería a nadie persiguiendo a mi hijo o a Madison por la calle y menos que se metan en nuestra vida. Con Madison no teníamos una relación como tal, pero éramos cercanos.
A pesar de todo, jamás hubiera dejado que hablen mal de Madison o que siquiera la nombren para algún insulto. Cualquiera que se vaya contra ella me tendría de enemigo. Daria todo por ellos.
Mi padre me enseñó a siempre proteger a la familia a pesar de todo, era lo más importante, mucho más que el trabajo. Siempre me daba tiempo para pasar el rato con Harold, aunque siempre hacíamos renegar a Mad, sé que también era feliz viéndonos.
Cuando empecé a meterme de lleno a la empresa, supe que quería ser como mi padre, a él siempre le gustaron las inversiones y los números, siempre decía que para darse una buena vida hay que luchar mucho.
Por eso al día de hoy éramos la empresa más grande de inversiones, nosotros movíamos a diferentes empresas que nos pedían ayuda para que sus negocios salgan a flote, los inversionistas nos daban su dinero y nosotros lo hacíamos crecer.
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Veneno con Miel
CasualeMarcel y Madison. Amor, secretos, dolor, pasado. Un hijo en medio de todo el tormento. Descubre secretos del pasado junto a ellos. Secretos llenos de dolor. - Porque aunque el mundo se acabe, iré por ti.