PASADO — MADISON
Quien diría que para algunos los sábados son sus mejores días, para mí son los más agotadores, pero sin duda alguna, los que dejan mucha propina, era beneficioso.
— Ya dale una cita a ese pobre chico — decía José — Va a terminar siendo un alcohólico si viene tantas veces al bar y toma solo por ti.
Rei un poco y dirigí mi mirada hacia una mesa de la esquina que ya se me estaba haciendo conocida. Marcel Lambert, un futuro empresario, con el dinero suficiente para comprar todo lo que quisiera en este mundo.
Desde la primera vez que nos vimos no ha dejado de venir, literalmente se parece aquí los fines de semana, a veces solo y otras con Liam, que es su amigo y guardaespaldas.
Habíamos hablado un par de veces, lo que me había permitido estar trabajando y atendiendo, era bastante respetuoso y claramente estaba atento a cualquier borracho que se presentara al final de la noche. Porque sí, el joven se quedaba hasta el final y después se aseguraba que llegara bien a mi departamento.
— Lo hare, solo que es agradable tenerlo aquí todos los fines de semana — dije agarrando unos vasos de cerveza.
— Eres un ser sin corazón — José achino sus ojos mientras negaba.
Rei — Soy un ángel, solo que necesitaba saber si no era un simple capricho.
— Eso si chica, pero ve, llévale la cerveza.
Deje un par de vasos en el camino y me acerque a la mesa de Marcel, era gracioso ver a un chico tan grande como el ponerse nervioso conmigo, ni siquiera lo había intimidado, exagerado.
Cuando estuve cerca el estaba sonriendo, el vaso anterior ya estaba vacío y solo esperaba en siguiente. Le devolví la sonrisa.
— Si sigue así, vas a terminar borracho — Coloque el vaso en la mesa y sujete el anterior.
— Lo vale si con eso obtengo tu atención — dijo aun sonriente.
— Seguro eso le dices a todas las señoritas con las que pretendes salir — solté una pequeña risa — No creo que sirva mucho ahora, Marcel.
Él iba a responder, pero vi como su cara sonriente cambio drásticamente a una de seriedad como si se tratase de un efecto. No entendí por qué hasta que me percaté que un tipo estaba sujetándome de la cintura tratando de jalarme hacia su mesa.
— Hey, preciosa — dijo el borracho — puedes atenderme.
Me aleje completamente — Si, claro, en un momento voy con usted.
— Porque mejor no ahora y me das un beso — el tipo cada vez se acercaba más y eso fue suficiente para Marcel.
Marcel remplazo la mano del tipo por la suya y me jalo hacia él, me coloco detrás de su espalda y a pesar de que solamente era unos centímetros más alto que yo, lograba ser un escudo.
Cogió al tipo de la camisa y el otro simplemente intentaba seguir agarrándome.
— No sabes que es el espacio personal, imbécil — soltó Marcel.
— No sabía que la camarera tenía dueño — dijo mirándolo — ¿Cuánto le estas pagando?
Bien, no fue lo mejor.
Un puño de Marcel fue directo a la cara del borracho, este empezó a gritarle un montón de cosas sobre mí, claramente ninguna cierta pero todo eso incrementaba la furia de Marcel.
Dos amigos del tipo se acercaron Marcel y todo parecía volverse más grande y yo no veía a nadie conocido, la gente no sabía cómo detenerlos.
En un descuido, el tipo que ahora sabia se llamaba Leo, quiso acorralarme, intente tomar algo para defenderme, pero él ya había sujetado mis brazos y parecía tener una navaja. Me asuste mucho y no sabia a donde irme.
De la nada un fuerte ruido se escucha, como si hubiera sido una botella rompiéndose. El señor Carlos estaba parado frente a la barra con una escopeta apuntando hacia los chicos.
— Si no se largan en este momento voy a darles un tiro a todos y no llegaran jamás a ningún otro lado — soltó don Carlos, bastante molesto.
— Leo, vámonos ya — dijo un amigo del tipo.
Este soltó mis manos y guardo su pequeña navaja, se acercó hacia mi oído.
— Salvada por la campana, linda camarera — dejo un beso en mi cara.
El señor Carlos rastrillo el arma asustando a los demás.
— ¡Lárguense de una vez!
Los tres tipos se fueron del bar y casi todos volvieron a la normalidad, algunos preguntaban si estábamos bien y después de decirles que, si se iba a sentar, Marcel estaba de espaldas a mí y no podía verlo bien.
Toque su hombro y cuando lo voltee, un jadeo salió de mis labios, Marcel tenía una esquina de la cara casi morada, su labio y ceja estaban heridos.
— ¡Dios Mio, Marcel! — el volteo completamente — Mira cómo te dejaron.
— Ellos estaban peor — dijo con una sonrisa que más parecía mueca.
— Vamos a curarte, cariño.
Tomé la mano de Marcel y lo guie hacia la parte de atrás del bar en donde había unos pequeños muebles para poder curarlo o hacer el intento.
Lo hice sentar en uno de los pequeños muebles y me dirigí hacia un baño para buscar algún botiquín. Tenía que estar por aquí. Lo encontré, lo abrí y había lo justo y necesario para sus heridas.
— Listo, necesito que levantes tu cara Marcel — le dije mientras llenaba un poco de alcohol para su ceja.
— No lo hare — soltó, frene y voltee a mirarlo.
— ¿Qué dijiste? — pregunte, el seguía con su mirada abajo.
— Subiré mi cabeza si aceptas una cita, conmigo — mientras decía eso cruzo sus brazos como si fuera niño pequeño.
Rei — Entonces solo dejaras tus heridas así si digo que no?
Asintió — Moriré desangrado y con el corazón roto.
Rei más fuerte aun y este levanto la vista un poco para verme, una pequeña sonrisa también cubría su golpeado, pero bonito, rostro. Este chico es como un pequeño niño engreído, mira qué no dejarse curar.
Fingí pensar su propuesta y después de unos segundos respondí.
— Está bien Lambert, saldré contigo — volví a tomar el algodón y me acerqué — Ahora levanta tu cara para poder curarte.
El levanto su rostro rápidamente, tenía los ojos muy abiertos, como si aún no pudiera creerlo.
— ¿Lo dices enserio? — pregunto — O solo estas mintiéndome para cúrame — Achino sus ojos y me apunto.
— Lo digo enserio, ahora déjame curarte.
Él sonrió y se levantó para abrazarme — Gracias, gracias bonita.
Está bien cariño, déjame curarte — pedí de nuevo mientras sentía mi cara arder y mis mejillas aún más.
Nota: un capitulo romántico del pasado, me gusto mucho escribir de esto. Muestra un antes de Marcel y Madison cuando no había odio y mentiras. 🎀💞
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Veneno con Miel
AcakMarcel y Madison. Amor, secretos, dolor, pasado. Un hijo en medio de todo el tormento. Descubre secretos del pasado junto a ellos. Secretos llenos de dolor. - Porque aunque el mundo se acabe, iré por ti.