CAPITULO 10

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MADISON

Cuando desperté al día siguiente ya no había rastro de Marcel, supuse que fue a ver cosas de su empresa o algo más. Me di un baño para poder relajarme. Me puse un jean suelto y una blusa blanca. Deje mi cabello caer en ondas hacia atrás.

Bajé hacia la cocina, pude encontrarme con Ryan y Liam hablando.

— Buenos días Muchachos — seguí hasta la cafetera.

— ¿Cómo te encuentras Madi? — pregunto Ryan.

— Mejor Ry — dije mientras tomaba un poco de café — ¿Algo nuevo de mi pequeño? — miré a Liam.

— Aun no — hice una mueca de disgusto — pero estamos cerrando áreas, el desgraciado sabe ocultarse.

Seguí tratando de comer mientras pensaba en donde podía estar mi pequeño. Liam le pidió Ryan que lo lleve a la comisaria a ver si podía encontrar algo más.

Marcel no había aparecido en todo el día, pero sabía que seguía buscando a Harol, además tenía que hacerse cargo de su empresa y todo lo que manejaba. Decidí salir a hacer algunas compras de la casa ya que con tanta gente aquí a veces no alcanzaba.

En todo el camino sentí algunas miradas, pero decidí dejarlas pasar, seguramente algunos sabían que habían secuestrado a mi hijo.

Llegué al centro comercial y me metí al super mercado, cogí cosas básicas para que los chicos se preparen algo de comer. Mi vista viajo hacia unas galletas que le gustan mucho a Harold así que decidí agarrarlas y ponerlas en el carrito.

Estaba terminando de pagar todo hasta que un hombre se me acerco.

— Señora Lambert, yo la ayudare a salir — lo mire extrañada cuando termine de pagar, uso el apellido de Marcel.

— Oh no, no estoy casada con... — antes de que termine el hombre había sujetado mis bolsas.

— Tendremos un poco de movimiento afuera pero su auto ya la está esperando — ¿mi auto? Intente decirle algo más, pero la bulla me detuvo.

Un grupo de lo que parecían ser reporteros habían cruzado una valla de seguridad, no entendí que famoso estaba en el super así que comencé a buscar con la mirada hasta que me percaté que ellos venían hacia mí.

Pero qué demonios es esto.

El hombre que cargaba mis bolsas me sujeto para guiarme hasta la salida, era imposible, todo estaban sobre mí y solo escuchaba al hombre pedir refuerzos.

"¿Hace cuanto se casó con el empresario Marcel Lambert?"

"¿Tienen una vida oculta del ojo público?"

"¿Es verdad que tienen un hijo y esta secuestrado?"

Las preguntas venían de todas partes, claramente no respondí ni una sola. Llegaron más guardaespaldas como el hombre que me trataba de proteger de los periodistas. Tres hombres más me rodearon y luego me guiaron hasta la salida, un carro negro estaba ahí esperándome por lo que veo.

"Señor Lambert, cuéntenos más sobre su esposa"

Cuando abrieron la puerta Marcel estaba ahí dentro y me sujeto la mano para ayudarme a subir. Todos comenzaron a tomar muchas fotos.

Marcel se cómodo en su asiento — Sácanos de aquí Rodrigo, llévanos a casa de Madison, pero antes desvíalos.

— Como ordene, señor — el chofer llamado Rodrigo subió una pared que dividía su lugar del nuestro.

Marcel miro mi rostro y rio un poco, seguramente mi rostro aún estaba aún en estado de shock.

— Mad como sales sin alguien que te acompañe — pregunto como si fuera algo obvio.

— Bueno, no sabía que ahora era la señora Lambert — dije tratando de molestarlo. El sonrojo en sus mejillas me mostro que mi broma funciono.

— Ellos te comen vivo — suspiro cambiando de tema.

— ¿Cómo saben de Harold? — pregunte.

Paso su mano por sus cabellos — Por lo que se, alguien de la policía soltó información de que yo estaba buscando a alguien — volteo a verme — No les demoro encontrar mi apellido y saber que tengo a Harold.

Suspiré y recosté mi cabeza hacia atrás. Sabía que en algún momento llegaría todo esto, pero no esperaba que ahora y menos cuando mi hijo estaba con el imbécil de Vladimir.

Había cerrado mis ojos un momento y sentí una mano tocando mi cuello delicadamente. Abrí los ojos de golpe y Marcel estaba a mi lado mirándome fijamente. Se que estaba acariciando, el recuerdo nos llegó a ambos.

Esos lunares son taaan sexis, nena — gire los ojos.

Deja de molestarme y ayúdame con esto — señale toda la ropa.

Es que esos dos puntos en tu cuello, son tan sexis — reí y volteé mi rostro.

Tengo muchos lunares — soltó un silbido.

Entonces me volverás loco — se acercó y comenzó a besarme.

Sentía su cara tan cerca a la mía y mi respiración comenzaba a fallar, Marcel pasaba la vista de mi cuello a mis ojos, se detuvo un momento y su mirada se posó en mi boca. Sentí que mi corazón estaba a punto de salirse cuando vi que se acercaba.

— Señor — Rodrigo nos sacó de la burbuja — Hemos llegado.

Marcel carraspeó y se alejó un poco.

— Gracias Rodrigo — abrió la puerta y espero a que bajara.

Entramos a la casa en un silencio bastante incomodo. No decíamos nada. Supongo que más porque ninguno sabía que decir exactamente.

Nos adentramos en la cocina y me ayudo a dejar todo ahí. Hacíamos las cosas entre rápido y lentas. A veces tenía alguna idea para cambiar de tema, pero esta se esfumaba rápidamente. Nos quedamos mirándonos por un momento hasta que su celular sonó nuevamente.

— Habla Marcel

Fije mi vista en un vaso bastante bonito que tenía en la cocina.

— Si — se movió hacia la puerta — voy para allá.

Antes de pasar la puerta volteo a verme.

— Tengo que irme.

Mi sonrisa salió más como una mueca — Si claro, ve. 

Cuando cerró la puerta, sentí que pude respirar. 



Nota: Revisando me di cuenta de que los capítulos no coincidían, había puesto dos veces el mismo capitulo 🤡.

Veneno con MielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora