MADISON
Estos días no comí mucho, la madre de Marcel se pasaba por aquí pero solo por fuera, porque le pedí a Marcel que tratara a su madre afuera, realmente no la toleraba, sorpresivamente no insisto y acepto.
La abuela Nadia al fin había llegado al país y dijo que vendría estos días. Alguien toco la puerta y Liam fue a abrir.
— Hola Liam ¿Esta Madison en casa? — ya sabía quién era.
— Claro Ryan, pasa — Ryan el pediatra de mi pequeño. Es un buen amigo.
Corrí a abrazarlo — Ryan, que bueno verte por aquí — sentía que tenía un hermano mayor.
— Lo se guapa — correspondió a mi abrazo — Pensé ¿Porque la madre más responsable no llevaba al pequeño Harold a su consulta? y entonces vi todas esas revistas hablando de él.
Lo mire extrañada — ¿Revistas? — asintió — Nadie sabía nada de mi hijo y ahora está en boca de todos.
Tape mi rostro con mis manos, estaba cansada. Ryan se acercó de nuevo y saco mis manos de mi rostro para sostenerme la cara. Con una sonrisa conciliadora.
— Lo encontraras — dijo mirándome a los ojos. Un carraspeo se escuchó de fondo...
Marcel estaba parado en la puerta con la mandíbula tensa y mirando fijamente a Ryan, nos separamos lentamente y Marcel se acercó como un león a su presa. Pude ver a Liam como intentaba no sonreír y yo por mi parte esperaba que Marcel no reaccione como un idiota.
— ¿Tú eres? — Pregunto Marcel de manera tosca.
— Ryan — estiro la mano — Pediatra del pequeño Harold ¿tú?
Marcel aún seguía serio, aunque si respondió su saludo — El padre de Harold.
— Lamento lo que sucedió, vine en cuanto pude para ver a Madison
— ¿Así? — camino lentamente y se puso a mi lado ¿Qué le pasaba a este? — Y que tendrías que hablar con la madre de mi hijo — cabe recalcar su posesividad.
Modo: Alerta.
— Somos amigos hace algunos años y le ayudo a tratar ...
— Ryan — lo corte, eso no tenía que saber Marcel — Porque no pasas a la cocina conmigo.
Marcel me miro un segundo con el ceño fruncido, como si se sintiera traicionado. Después camino hasta Liam, le dijo algo y se lo llevo consigo.
— Ryan, Marcel no lo sabe — dije rápidamente y Ryan volteo a verme con cara de estaba loca — ¿Cómo que no lo sabe? ¿Él no es su primo?
— Si, pero él no... — mi teléfono comenzó a sonar y fui corriendo a la sala.
Liam ya se encontraba ahí, también lo había escuchado.
— Hola — conteste rápidamente.
— Muñequita — su respiración se escuchó — Sé que mi primo está ahí, pásame con él.
— ¿Dónde carajos tienes a mi hijo? — Marcel no tenía mucho control — ¡Dímelo de una vez, maldita sea! — grito de nuevo.
— Tranquilo primito, el niño está bien — empezó a reír — ahora lo que quiero para mí, son 30 millones y algo más...
— Te voy a encontrar maldita rata y no va a quedar nada de ti — su risa se escuchó de nuevo.
— Pásame con la muñequita — Marcel apretó su mandíbula y me paso el teléfono.
— ¿Qué más quieres? — solté cansada — Devuélveme a mi hijo por favor.
— Así me gusta, que ruegues, siempre es un placer escucharte — empezó a reír — Quiero el dinero y a ti.
Deje caer el teléfono y mi mirada se cristalizó, mi respiración se ralentizaba y todo me daba vueltas, vi a Ryan corriendo hacia mí y sujetarme antes de que cayera. Marcel cerca de mi sujetándome el rostro.
Había colgado después de eso, no vi que paso después, mi mente se llenó de silencio y vi todo negro.
MARCEL
El maldito de Vladimir mando una foto de mi hijo durmiendo en lo que parecía una bóveda, al menos no le hacía daño porque si era así, sus días estaban contados.
Le entregue el teléfono a Liam para que lo registraran y vieran si encuentran algo de él.
Cuando escuché al bastardo decir que la quiere a ella, vi todo rojo, sentí que mi cuerpo estaba listo para luchar con quien sea. Todo mi ser estaba lleno de rabia, quería arrebatarle el teléfono para poder romperlo y que el jamás volviera a hablarle. Pero todo cambio cuando la vi reaccionar así.
Había perdido el color y vi sus lágrimas caer, dio un paso más y antes que cayera el doctorcito ya estaba sujetando a mi chica. Sentí más rabia dentro de mí, yo debería estar con ella, yo debía sostenerla así. Sostuve su rostro y vi cómo se aferraba a la camisa del pediatra mediocre.
— La llevare a su habitación, Liam trae mi maletín por favor, vine preparado.
Cargo a Madison y se la llevo, mi ira aumento cuando me di cuenta que ya conocía su habitación, desgraciado.
— Yo te acompaño — Liam asintió y cogió el famoso maletín.
Paro antes de seguir avanzando — Por favor, deja que ayude a Madison y luego haces tu show — retomo su camino.
— No hare nada contra ese payaso — dije tosco.
— Si claro, vi como querías desaparecerlo con la mirada.
Abrimos la puerta y el imbécil estaba tocándole el rostro a mi chica.
¿Ahora es nuestra chica?
Claro que sí, digo no. Mierda.
— Podrías hacer tu maldito trabajo y ayudarla — hice puño mis manos
— Eres el menos indicado en hablar Marcel — eso, muestra tu verdadera cara doctorcito.
— Yo hablo cuando se me da la gana — si no estuviera ayudándola seguramente ya estaría con mis puños en toda su cara — ¿Puedes dejar de tocarla?
— Solo es la madre de tu hijo — dijo serio — no tu novia o tu propiedad.
Suficiente, voy a partirle la cara a este imbécil creído. Primero por tocar a mi chica, segundo por coquetearle y tercero por ser un bocón.
No iba a quedar nadade este doctorcito, claro que no.
Nota: Holaa, ya vamos conociendo mas personajes dentro de esta historia, Ryan es el pediatra de Harold pero también estudio psicología por lo que ayuda a Madison con algunos ataques de pánico que mas adelante ya sabremos el porque.
Marcel en modo: Posesivo.
✏️🎀
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Veneno con Miel
AcakMarcel y Madison. Amor, secretos, dolor, pasado. Un hijo en medio de todo el tormento. Descubre secretos del pasado junto a ellos. Secretos llenos de dolor. - Porque aunque el mundo se acabe, iré por ti.