CAPITULO 15

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MARCEL

Maldita sea, hijo de puta.

— ¡Liam! — grite entrando a la casa — ¿Dónde está Madison?

— Marcel, tienes que calmarte — Liam me sostuvo de los hombros.

— ¿Cómo quieres que me calme? Maldición — estoy malditamente cabreado, cansado y frustrado.

— Tiene a mi hijo y a mi mujer — suspire pesadamente — la calma no está entre mis opciones.

Liam suspiro, sé que también estaba angustiado. Salió a traer a los demás.

Cuando me enteré que se la había llevado llore como un maldito niño en brazos de mi abuela. Ella me hizo reaccionar y venir hacia la casa de Madison donde vivía con mi hijo. Encontramos dos inútiles muertos, además de que uno de ellos nos habló sobre el agua y otras cosas más de la casa que estaban contaminadas. La había drogado.

— Cariño tienes que calmarte — hablo mi abuela — gritando no vas a encontrar a nadie.

— Abuela, ella...

Iba a decir algo más, pero mi madre atravesó la puerta.

— Marcel, hijo — camino hasta mi — No me digas que estas llorando por esa zorra as...

— ¡Cállate! — grite levantándome de mi asiento — Te prohíbo que le vuelvas a hablar así.

Vi en su rostro el dolor de mis palabras —Tu no me puedes prohibir nada — alzo la voz — Soy tu madre Marcel y ella no es nada más que una...

— ¡Susan! — ahora hablo mi abuela — Ya basta, tu hijo ha perdido a su hijo y a la mujer que ama, cállate por un momento.

Mi madre me miro y luego solo se sentó al frente de nosotros.

— Solo digo que no deberías llorar por una tipa como ella — voltee los ojos.

Su teléfono empezaba con insistencia, como si le llegaran muchos mensajes y a mí me dolía la maldita cabeza. Pareciera que nadie le dolía, como si no estuviera viendo que mi mundo se estaba derrumbando sin Madison y mi hijo.

— ¿Y saben algo sobre dónde está? — hablo mi madre de nuevo. ¿Desde cuándo preguntaba sobre ellos?

— Mamá — suspire — Si lo supiera... — su teléfono comenzó a sonar de nuevo.

— Susan, apaga eso o hazme el favor de contestar — dijo mi abuela exasperada

Mi madre se levantó y se fue a un lado de la sala a hablar. Mientras la miraba vi que sus manos temblaban un poco. ¿Estaba nerviosa? No se escuchaba su conversación, parecía que hablaba en susurros.

Liam entro con toda nuestra gente.

— Ya que estas más calmado, podemos hablar — dijo Liam.

— ¿Cómo paso esta mierda? — pregunte molesto.

Nadie parecía querer hablar — Señor, creemos que alguien aquí está pasando información sobre lo que hacemos — levante mi mirada hacia el chico que hablaba.

— ¿Estás seguro de eso? — me levante — ¿Alguien aquí esta traicionándome? ¿Eso es lo que dices?

Otro tipo paso adelante — Señor — el hombre estaba nervioso — Solo decimos que no había manera de que supieran que la señora estaba con poca guardia.

— Además de que saben cuándo nos movemos. — hablo de nuevo el chico anterior.

Tenía a un maldito traidor en mis narices y no me había dado cuenta, todo este tiempo gastado en vano cuando al final alguien más se adelantaba.

Había expuesto a Madison y a mi hijo. Fui un imbécil.

Voltee hacia Liam — Liam — este volteó rápidamente esperando órdenes.

— Quiero que investigues a cada uno de tus hombres — arregle mi cabello — teléfonos, cartas, correos, quiero saberlo todo.

Mire a los hombres delante mío.

— Si encuentro que alguno de ustedes es la maldita rata... — suspiré e hice puño mis manos.

Liam asintió y nos dejó a solas. Mi madre ya había cortado la llamada y solo se había quedado estática mirándome, no supe describir lo que vi en su mirada. Mi abuela fue la primera que hablo.

— ¿Con quién hablabas Susan?

— Con nadie, solo... unas cosas de la casa — agarro su bolso — tengo que irme.

Esto no estaba nada bien, estaba nerviosa. Podía darme cuenta a kilómetros que algo le incomodaba de todo esto. Si algo sabia de mi madre es que ella es una mujer segura y ahora no lo parecía.

Solo espero que no sea lo que estoy pensando. Ella no podía hacerles daño... o sí.

— Mamá — mi voz salió más grave. Detuvo su paso a mitad del camino.

— Dime, Marcel — respondió sin mirarme.

— Voy a encontrar a todos los que están lastimando a mi familia, a todos — Recalque.

— Me parece lo...

— Y cuando lo haga, no quedara nada de ellos — mamá se estremeció y se fue.

Vi que cerró la puerta y me senté. Estaba agotado, solo quería a mi familia de vuelta. Ver a Madison gritarme porque ensucié la ropa de nuestro hijo y que mi pequeño me diga que debo hacerle caso a su madre.

— Hay algo que no me está gustando de tu madre — dijo mi abuela.

— Lo se abuela — mire hacia la puerta por donde se había ido mi madre — Lo se.

Cuando mi abuela se fue, camine hacia la cocina para encontrarme con Liam. Este se encontraba con la mano en su boca, riendo bajo, estaba hablando por teléfono con ¿Kennet?

— Liam — llame al susodicho y este brinco en su asiento.

— Te llamare luego — le dijo a Kennet y corto.

Liam me miro con cara de pocos amigos —¿Sabes que es de mal gusto escuchar conversaciones ajenas Marcel? — sonaba molesto.

— No preguntare, por ahora — dije de manera juguetona.

— Sisi como sea ¿A que viniste?

Mi sonrisa desapareció — Bien, te pediré algo personal y muy importante — este me miro curioso — Quiero que averigües en que esta mi madre, quiero saber todo.

Liam sonrió — Estaba esperando esto, tenlo por seguro.


Nota: Marcel enrabiado🚩 y con justa razón . ¿Qué cosas estará ocultando la madre de Marcel? Pobre nuestra Madison. 

Veneno con MielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora