CAPITULO 20

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MARCEL

El imbécil de Vladimir me estaba haciendo elegir cuando sabía que no podía, claro que no iba a elegir entre los dos. Se cuanto ama mi hijo a su madre, no los separaría jamás, así tuviera que luchar contra el mundo entero. Amaba a Madison y tampoco podía dejarla.

Suspire tratando de relajarme — No voy a decidir por ninguno Vladimir.

Una risa llena de burla salió de la boca de Vladimir — Entonces ¿Prefieres que tenga a tu familia?

No, los tendré de nuevo, a los dos — dije de manera segura.

Bien, eso es lo que tengo que hacer.

— Marcel — la voz de Madison se alzó entre los dos.

Vladimir la freno — Muñeca, no te ha dado permiso de hablar.

— Solo un momento, Vladimir — hablo cansada.

Volteo a verme y cerró los ojos analizando sus palabras, sé que me diría que escoja a Harold, lo se. Es la mejor madre del mundo. Solo no la quiero dejar, no con él.

— Marcel — fije mi vista en ella — Dale lo que quiere y llévate a Harold.

Harold escucho a su madre y levanto su cabeza — ¡No mami! — se aferró a ella — Yo quiero estar contigo.

Mi mundo dejo de girar en ese momento, mi pobre príncipe estaba aferrándose a su madre como si fuera lo último en el mundo y es que no podía ser menos, Madison era todo para nosotros dos.

Madison acaricio la espalda de nuestro hijo — Lo se amor, calma — volvió a mirarme — Aunque el mundo se acabe. Siempre lo elegiría a él — dijo señalando a Harold.

La mire y mi mente trajo recuerdos del pasado.

Cuando conocí a Madison, supe que siempre quería estar con ella, supe que quería que sea ella quien forme un hogar conmigo, quería estar a su lado en su vida y jamás dejarla sola.

Una noche, había ido a tomar agua a la cocina, la tormenta estaba en su punto así que no podía dormir. Madison había tenido una pesadilla y se había ido la luz por lo que la habitación estaba a oscuras. A ella no le gusta estar sola en la oscuridad. Escuche unos sollozos.

Fui rápidamente a verla, me asusté mucho. Cuando entre solo vi a una Mad llorosa en su cama, corrí hacia ella y me quede a velar su sueño, ella me lo agradeció siempre.

Fue ahí en donde hicimos esa promesa.

Gracias por cuidarme Marcy— La voz de Mad salía en susurro.

Siempre correré hacia ti, estaré para ayudarte, hermosa — sonreí y ella alzo la mirada.

Me sonrió — ¿Lo prometes?

Siempre Mad — tome su meñique — Aunque el mundo se acabe.

Mi hermosa Mad se quedó dormida después de eso y me prometí que jamás la dejaría sola, yo necesitaba de ella y ella de mí.

Regrese a la realidad, sé que ella no quería estar con él, sé que Mad no quería causarle un trauma a Harold ya que él pensaba que estaban de paseo. Traería a Harold, debía armar un plan para poder traerla conmigo de nuevo.

Lo hare, la conquistare y si ella me acepta, seremos una familia. Jamás debí dejarla, tengo que saber la verdad detrás de esto y juro que hare pagar a todos los que la lastimaron.

Mire a Vladimir a través de esta estúpida pantalla — Tráeme a mi hijo de vuelta y tendrás tu maldito dinero.

— Al parecer entraste en razón, primo — Vladimir sostuvo la cabeza de Mad y yo solo quería arrancarle la cabeza.

— Muñequita, al parecer nos quedaremos juntos.

Mad me miro y en sus ojos vi calma a pesar de todo — Gracias Marcel.

— Vladimir — Llame la atención de este —Tendré a mi familia de vuelta, no lo dudes.

El imbécil sonrió y cerro la conexión.

Rodeé el escritorio y me senté, estaba cansado de esta mierda. Mi familia, las cosas en la empresa no iban mal, pero necesitaban mi supervisión.

Liam se colocó a mi costado y apretó mi hombro. Sujete mi cara con mis manos y deje salir un suspiro pronunciado. Escuche a Liam servir algo del mini bar y dejarlo en mi mesa. Alce la cabeza y un vaso de whisky estaba delante mío.

— Lo encontraremos Marcel — Liam se sentó — Es un imbécil dolido.

Tome el vaso — Lo sé, solo que no puedo dejar de pensar en que ese imbécil este cerca de Madison.

Vi una sonrisa en su cara, imbécil — Lo que percibo ¿son celos?

— Sabes que te puedo despedir ¿no? — solté molesto.

— No, Madison no lo permitiría — dijo restándole importancia.

— No te sientas con mucha confianza — le dije, aun sabiendo que Madison no me dejaría despedirlo y sinceramente, tampoco lo haría.

Se carcajeo un poco y después se levantó a traer algo de su maletín.

Yo seguí tomando de mi vaso mientras veía lo que hacía, Liam a veces era extraño y me preguntaba cómo es que había estado saliendo con Kennet sin que yo me enteré.

Son mis amigos y mis empleados después de todo, hay cosas que necesito saber.

Un recuerdo de Mad regañándome por ser chismoso llego a mi mente. Ella siempre reía con lo que le decía, no sé qué vio en mí, pero ella me hacía sentir como si fuera lo mejor de este puto mundo.

Marcy — Mad me llamaba desde hace un rato — Ven aquí ¡Por el amor de Dios! — se colocó a un lado de la puerta.

Le saque la lengua — Amor déjame escuchar, se pone interesante.

Mad se tapó la cara con sus manos, pero sabía que le había dado risa lo que había dicho.

Te va a descubrir y se molestara contigo — dijo tratando de ser seria.

Amor, Liam no se molesta conmigo y si lo hace, me defiendes — sonreí como si no temiera nada.

Mad negó — Si te persigue para golpearte, no te defenderé — se cruzó de brazos.

Lo harás o nuestros futuros hijos no tendrán papá — rio por mi broma.

Eres un chismoso Marcy, pero te amo — Mi corazón se sintió cálido.

Yo te amo mucho más, hermosa.

Liam dejo de arreglar lo que tenía entre manos y al fin lo dejo delante mío, sinceramente no sabía que era, regrese mi mirada hacia el esperando que me explique. Volteó los ojos.

— Tal vez no te guste lo que diré... — hizo una pausa y sonrió —Tenemos algo de tu madre.



Nota: Pues si, el 20 viene con recuerdos, me gusta escribir sobre eso. Espero seguir escribiendo pronto, pero siempre tengo reservas para bloqueo de escritor jaja. La madre de Marcel me cae mal. 🚩

Veneno con MielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora