Capítulo 21: Innocentes canis

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El director parecía meditar lo que acababa de pasar. Ron lloriqueaba histérico mientras Hermione intentaba calmarlo. Yo mantenía mi varita en alto apuntando a Pettigrew, listo para aturdirlo si intentaba cualquier cosa. Harry y Severus se habían apartado un poco. -Profesor, se que mi padre no le agradaba. Pero en este momento es el único que puede darme respuestas. Tal vez no sea el mejor momento, pero se trata de mis padres, de mi historia, estoy seguro de que Lilith también necesitó oír la suya.- Severus pareció dejar a un lado sus rencores del pasado ante la mención de Lil. -Como la profesora te ha explicado, tu padre conformó un grupo de gryffindors en su estancia por Hogwarts. Se hacían llamar los merodeadores. Sirius era muy parecido a tu padre: provenía de una familia de sangre pura, era inteligente, carismático y siempre se salía con las suyas. Pero su familia no era en nada parecida a la de tus abuelos: la familia Black era una de las sagradas 28, y consideraba a la pureza de sangre (y la asistencia a Slytherin) como un símbolo de status. De hecho, su lema familiar era "por siempre puros". Cuando Sirius comenzó a mostrar grandes diferencias con su familia, la ruptura comenzó: empezó por la selección del chico en Gryffindor, pero la gota que derramó el vaso fue su amistad con un hombre lobo y su radical negación a seguir los pasos de su familia hacia el señor oscuro... Así que en un punto, esas rupturas terminaron por echarlo a la calle. Entonces fue con tu padre y su familia. Lo único que hizo eso fue fortalecer su amistad, y la lealtad de uno con el otro. Sirius fue un adolescente que me hizo la vida miserable, si, pero siempre fue leal a James. Y por ello, antes de su muerte, ellos lo nombraron tu padrino. Todos, incluso Dumbledore creían que sería el el guardián del secreto cuando tu familia se escondió bajo el encantamiento Fidelio, pero como esta noche se ha revelado: en realidad, el guardián fue Pettigrew, y después de ser nombrado guardián, corrió como la rata cobarde que es, a contarle a Voldemort dónde estaban. Así el señor tenebroso dió con ellos, y contigo. Las últimas palabras de Lily fueron "toma mi vida, en su lugar". Voldemort no tenía intenciones de matarla, pero como ella se negó a moverse para protegerte, él la mató, y con eso, aceptó el trato que ella ofrecía. Por su sacrificio, el señor oscuro no pudo tocarte y su maldición rebotó.- Harry parecía aturdido. -¿Cómo es que sabe todo esto?- preguntó. -¡Abre los ojos, chico! Yo era un mortífago. Tomé muchas decisiones equivocadas en mi vida. Pero cuando me enteré que Voldemort iría tras el hijo de Lily, solicité a Dumbledore su ayuda, a cambio, me volví su infiltrado en las filas de Voldemort, su informante. De este modo, y arriesgando mi vida, intenté resarcir algunas de ellas. Lamento aquella lealtad cada día de mi vida. Y solo Lilith fue capaz de liberarme completamente de la maldición de Voldemort.- el profesor se levantó la manga, -Donde antes había una marca tenebrosa, ahora está el símbolo de las tres mujeres a las que he amado. Y junto con ese símbolo, el único juramento de lealtad que jamás resentiré.- Harry pareció salir de su conmoción. -No sé que pasó entre usted y los merodeadores, profesor. Pero se que no es nada agradable ser el blanco de un bully. Mucho menos de cuatro. Cómo el único merodeador de segunda generación, me gustaría disculparme por el acoso sufrido. Nadie merece ser tratado con desprecio. Ni por su ascendencia, ni por su apariencia, ni por ningún otro motivo estúpido. Yo de verdad lo siento.- dijo tendiendo una mano que Snape estrechó. -Me arrepiento de lo que dije en primer año, Potter. No eres igual a tu padre. Has crecido para convertirte en un hombre justo y honorable. Puede que no siempre te lleves bien con las reglas, pero con Lilith en el castillo, comienzo a entender que tal vez ninguno de los estudiantes lo haga, y los que jamás se las saltan, son solo cobardes.-

-Señor Perit, sería tan amable de ir con el profesor Snape.- Dijo Dumbledore rompiendo de pronto las pequeñas burbujas que se habían formado. Hasta Pettigrew interrumpió sus quellidos y lloriqueos. Snape se presentó a mi lado. -A los aposentos del profesor Lupin, y esperen allí a la señorita Snape. Si Sirius tenía pensado venir por Pettigrew, estará en el viejo escondite de Lupin.- le guiñó un ojo a Snape -deben ir a buscarlo.- ordenó. Snape me miró. -Llama a una de tus kneazels. La necesitaremos.- Asentí e intenté conectarme con alguna de ellas. Atenea respondió más rápido. Así que la envié al despacho del profesor Lupin mientras caminaba a toda prisa detrás de la ondeante capa de Snape. -Ya viene en camino- le informé al profesor. Mientras tanto, un fénix plateado pasó volando sobre nuestras cabezas con rumbo al lechuzario. -Es el patronus de Dumbledore.- explicó Snape sin que se lo preguntara. -Los patronus de criaturas mágicas son extremadamente raros. Solo conozco a una persona capaz de hacer uno. Y con Dumbledore, ya somos dos.- dije con orgullo. El profesor se paró en seco: -¿Puedes hacer un patronus corporeo de un animal mágico?- preguntó sorprendido. Me encogí de hombros. -Si, pero nunca ha sido necesario revelarlo.- contesté. -Es bueno saberlo, Perit. Tal vez esta noche necesitemos tantos patronus como sean posibles.- dijo. En su mente, la estrategia de lo que podía esperarse de esta noche ya se formulaba. Cuando llegamos a la puerta del profesor Lupin, Snape golpeó con desesperación. El profesor abrió aún de pijamas y con los ojos hinchados. -¿Snape? Esta noche no hay luna llena, ¿qué haces aquí?- Luego reparó en mi presencia e intentó justificarse, pero Snape le enseño la palma de su mano. -Si Invitus es la mitad de listo de lo que creo, es consciente de tu licantropía. Vístete, tenemos trabajo que hacer. Te pondremos al corriente.- el profesor pareció despertarse de un golpe, nos dejó pasar y fue a su armario por una capa y su varita mientras nosotros relatabamos a toda velocidad lo que había ocurrido hacia solo unos minutos. -Ese pequeño y miserable traidor, roedor de mierda... ¡Doce años como rata! Escondido a plena luz del día. ¡Bastardo infeliz! James y Lily muertos, Sirius en Azkaban y Harry huérfano, mientras el se dedicaba a engordar y ser rascado en la barriga.-

Magia IrreverenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora