Capítulo 30: Riddículus.

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-Entonces... ¿Estas prepradada?- volvió a preguntar Juliet, que se había sentado a mi lado en el pasto escarchado. Yo suspiré... -Mejor de lo que esperaba, pero la verdad es que no tengo idea de qué esperar, y estoy intentando no enlquecer...- Juliet parecía emocionada.. -¡Lo harás bien! Y será genial para mi porque pasaré a ser la mejor de la generación.- respondió con una sonrisa. -Bueno, cuento con que me irá genial en astronomía, historia, pociones y encantamientos... No estoy segura de transformaciones.. Aunque me he esforzado mucho, McGonaggal es muy estricta. Vuelo es algo que me costó bastante, pero Hootch dice que me dejarán usar la escoba de Invi, así que no habrá problemas; luego está herbología, y probablemente sea el examen que más terror me da... Tengo un talento natural con las plantas: las mato aunque ponga toda mi buena voluntad. Creo que podría ganarme la vida como exterminadora de plantas plaga, solo iría e intentaría con todo mi amor, transplantarla... Y listo. Plaga exterminada.- dije con una especie de reverencia. Juliet e Ignatius rieron. -¿Qué hay de defensa contra las artes oscuras? No la has mencionado...- dijo el chico. -Bueno, en realidad, esperaba poder hacer un patronus para impresionar a los profesores, pero solo logré una bruma... Al principio parecía que iba a lograrlo antes que Potter, pero después de un par de clases, Draco y Harry tenían sus patronus corporeos y yo continuaba con mi bruma densa y plateada.- respondí con cierta frustración en la voz. Me fastidiaba que de los cuatro en la clase extra de defensa, fuera la única que no pudiera hacer un patronus corporeo. No importaba cuanto se esforzara Lupin en decir que era increíble que hubiera logrado la bruma, que los chicos eran mayores y más experimentados en magia, que no quisiera compararme con ellos. Si mis planes funcionaban bien, para el final del año escolar, debía estar al mismo nivel que ellos; así que si, siempre me comparaba con ellos. No quería ser mejor que alguien de mi edad. Alguien más de mi edad no sería adelantado: yo si. Así que necesitaba compararme con las personas que estuvieran al nivel de mi meta.

-¿Qué opinas de practicarlo ahora?- respondió Draco pasando su brazo sobre mi. -Se que te molesta aún no haberlo dominado.. Podríamos ir a un aula vacía todos juntos y practicarlo... Incluso Invi podría dejar a todos boquiabiertos con Vipy, y Harry podría sacar a relucir su nueva creación...- sugirió. Juliet, Hermione e Ignatius parecían encantados con la idea... -¡Sería genial!- dijo el chico. Ignatius se encogió de hombros, y Harry asintió, así que nos pusimos de pie y marchamos hacia el interior del castillo. -¿Por qué no le pedimos al profesor Luppin el boggart? podríamos practicar el concentrar nuestras mentes en algo positivo, incluso ante la presencia de nuestro peor miedo, antes de invocar el patronus... es un buen ejercicio mental.- sugerí. -¡Eso sería muy útil! ¿pero no creen que sería algo difícil de digerir el hecho de ver los peores miedos de los demás?- soltó Invi algo preocupado. -¿Que tal si juramos no usar lo que veamos con el boggart en contra de los demás?- sugirió Draco. Harry se sorprendió de que fuera precisamente él quien sigiriera algo así. -Por mi está bien.- respondió. -Por mi también.- asintió Ron. -Claro... está bien.- dijo Hermione, y le dedicó una mirada extrañada a mi novio, la que curiosamente el respondió con una sonrisa. -Claro, ¿por qué no?- dije con una mueca de incomodidad. -Si, claro... no es como que pudiera hacer algo en contra de ustedes de todas formas.- dijo Ignatius. -¡Vamos, no te subestimes! las más grandes hazañas suelen venir de donde menos las esperamos.- lo animó Hermione. -¡Claro que si! ¡Venga el boggart!- Soltó Juliet emocionada. -Bien, prometido esto, está bien... Iré por el profesor Luppin. Draco, Harry, pueden explicarles qué es y como funciona el encantamiento repeledor de Boggarts a nuestros nuevos pupilos.- dijo invi y se fue pasillo arriba en busca de nuestro profesor licántropo. -Si todo sale mal, Hermione, se que podrás frenar lo que sea que estos dos causen.- gritó al darse cuenta de que había dejado de nuevo a Draco y Harry al mando.-

...

Entramos a la sala. Harry y yo tomamos el lugar del profesor sobre la Tarima. -Bien, un Boggart es una criatura mágica conocida por tomar la forma del peor miedo de quien lo ve.- Intenté explicar a grandes razgos. -Suelen ser una plaga, se esconden en habitaciones deshabitadas, prefieren los rincones oscuros como estanterías, roperos o cajones en desuso. Son muy peligrosos porque al tomar la imagen de el peor miedo de quien los ve, suelen paralizar a un mago si no se está preparado.- finalicé. -Por eso es importante saber que lo que acaba con un boggart es el opuesto del miedo: la risa.- explicó Harry. -El encantaminento riddikulus, convierte algo que les de miedo en algo que genere risa, por lo que no pueden paralizarse ante el miedo: necesitan visualizar cómo se vería de forma chistosa su miedo y transformarlo.- explicó. Luego ambos bajamos de la tarima y nos dedicamos a explicar el movimiento de varita y la pronunciación correcta del encantamiento. Sin embargo, vi que Lil se quedaba atrás hablando con Hermione. Ambas parecían enfrascadas en una conversación y noté la cara de determinación en Lilith. Eso era preocupante. Si la conocía solo un poco, sabía que esa cara solo traía problemas.

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