24 - Auggie.

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Los días pasaron, lentos y constantes. Isaiah decidió no buscar un segundo empleo hasta que su mano se curase completamente, por insistencia de su madre y por recomendación de Jona, aun así continuaba yendo a la agencia. Las últimas semanas habían sido tranquilas, había tomado por costumbre almorzar en la hamburguesería prácticamente todos los días con James, era su forma de disculparse, el moreno lo sabía y, aunque le había dicho que no era necesario, que ya estaba perdonado, Isaiah insistió y acabó por convencerlo. James y Andrew se habían mudado completamente al nuevo apartamento, Isaiah aún no lo conocía, y tampoco se había decidido acerca de si era o no una buena idea mudarse con ellos, aunque la última discusión con Sarai acerca de por qué debía golpear la puerta de su habitación antes de entrar había hecho que la idea se volviese aún más tentadora.

También le presentó a Caroline un día que se la cruzaron camino al restaurante de comida italiana con el que James había insistido remplazar la hamburguesería, había sido un poco extraño puesto que si bien James sabía quién era, no le había creído cuando le dijo que ambos se habían hecho buenos amigos, aunque se convenció durante ese almuerzo, exactamente en el momento en que Caroline obligó al rubio a poner las manos en su barriga, la cual se había convertido en lo más similar a un balón de playa cuando pasó los siete meses, a la espera de que Auggie decidiese dar vueltas en su cálida bolsa de líquido amniótico. Y lo hizo, e Isaiah quedó un poco aturdido pero feliz de que su sobrino postizo le pateara las palmas de las manos por primera vez mientras Caroline le hablaba a su estómago con cariño y vaciaba un sobrecito de azúcar en su boca.

Había pasado una semana de aquel encuentro, y si bien los planes de Isaiah para ese día eran básicamente atar a Jona a la cama y follarlo hasta la inconciencia, y lo había hecho, más o menos, debió cancelarlo a mitad del proceso puesto que Caroline lo llamó gritando y chillando como una niña, rogándole que fuese a buscarla puesto que creía haber roto bolsa y no sabía qué hacer. Él tampoco tenía idea de que cojones debía hacer, pero aun así se subió al coche, arrastrando a Jona consigo, y en menos de veinte minutos se encontraba en la casa de Caroline, chillando junto a ella mientras le preguntaba por qué lo había llamado a él y no a una ambulancia.

Fue Jona quien los calmó, a Isaiah sacudiéndolo por lo hombros y Caroline diciéndole que debía calmarse o le afectaría al bebé. Isaiah creyó que eso la alteraría más, principalmente porque la muchacha no tenía idea de quien era Jona, pero no fue así, Caroline pareció obligarse a sí misma a serenarse, aunque seguía llorando, y después de unos minutos lograron subirla al coche. Jona iba en el asiento trasero junto a Caroline e Isaiah conducía a una velocidad normal por insistencia del chico, quien era el único que parecía mantener la cordura. El hospital estaba lejos, pero debido al horario no había demasiado tráfico, y aunque Isaiah había mandado al diablo a un par de semáforos, Jona le dijo que los respetara o ninguno de los tres llegaría al hospital, al menos no con vida.

Caroline gritó cuando iban a mitad de camino, siguió conduciendo, sin embargo, Jona le dijo que era una contracción pero que no pasaba nada, aunque Isaiah no le creyó y tampoco entendió por qué se mantenía tan sereno cuando Caroline parecía estar muriéndose junto a él. Tampoco entendía cómo y por qué cojones su madre había parido cuatro veces.

Tenía miedo, lo admitió para sí mismo, miedo a que a Caroline le pasase algo, o a Auggie, miedo a que no llegasen al hospital, a estrellarse contra otro coche o a que los pararan debido a la velocidad con la que manejaba, pero no lo demostró, debía mantener la calma, lo sabía, la única que tenía derecho a alterarse y gritar como lo estaba haciendo era Caroline.

-Caro... debo tocarte. -Caroline había dejado de gritar aunque se quejaba y sollozaba de manera constante. Estaban detenidos en un semáforo, había unos cuantos coches, pero lo cruzó aun estando en rojo cuando notó que quienes venían en su misma dirección lo hacía.

Sexo y nada más.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora