10 - Nicholas.

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Andrew le obligó a quitarse la ropa interior y ponerse una prenda un tanto extraña que él llamo shorts; no lo eran. Era una especie de trusa de un color similar a su piel, pero la tela era demasiada dura y gruesa, y le quedaba jodidamente pequeña. Andrew le había dicho que era para que no se le marcase la polla puesto que sabía que se pondría duro con sólo ver las cuerdas, e Isaiah acabó por encerrarse en el baño pretendiendo estar ofendido durante quince minutos. Finalmente acabó semidesnudo en el medio de la sala.

Isaiah había temido por el bienestar del suelo y el apartamento en general cuando vio los botes de pintura, pero se relajó cuando vio que Andrew había protegido todo. El moreno había extendido un plástico transparente en el suelo, en la pared en donde había apoyado el sofá y en el sofá mismo, luego de eso había cubierto todo con una tela blanca, por lo que prácticamente no había forma de que el suelo o las a paredes se manchasen.

Andrew sacó de su bolso un par de royos de varios metros de cuerda gruesa de yute y comenzó a desenredarlos, le gustaba ese material, era áspero y ajustaba bien. Andrew le había dicho que los nudos serían más artísticos, y no lo había entendido hasta que comenzó a cubrir sus muslos y torso con patrones simétricos, nudos estéticos y demasiado complejos. Creo un patrón de rombos, cruces y zigzags prolijos que decoraban su pecho y estómago, un arnés bastante cómodo en sus nalgas que le permitía caminar sin pellizcarse las bolas, y lazos dobles y apretados alrededor de sus muslos con una trenza de varias cuerdas decorando la cara externa, hizo un hexágono en sus rodillas antes de cubrir sus pantorrillas con los mismos lazos que en la parte superior. Había visto ataduras de aquel tipo en fotografías, pero no creyó que Andrew supiese hacerlas, eran realmente bellas, dejaba lo sexual en segundo plano y el arte ornamental del bondage se convertía en el protagonista. Andrew le dijo que primero quería probar fotografiando sus piernas para ajustar el foco y la luz, por lo que decidió dejar sus brazos libres y comenzar a preparar lo que sería el fondo.

Isaiah descubrió que Andrew se volvía bastante serio cuando tenía un par de pinturas en las manos, estaba sentado una silla en una esquina de la sala mientras el moreno acomodaba prolijamente algunas cuerdas de yute aún más gruesas de las que había usado en él sobre las telas blancas en el suelo y salpicaba todo con pinturas en tonos cálidos, había salpicado también su rostro con la excusa de que quería que la pintura se secase, por lo que allí estaba, amordazado y pintado en una esquina de la sala. Las cuerdas alrededor de su cuerpo comenzaban a ponerle, pero no lo admitiría, había logrado despejar su mente y pensar en estupideces para mantener su polla flácida y escondida, pero el rostro serio y la concentración palpable de Andrew no lo ayudaban, por lo que decido cerrar los ojos y pensar en su familia. Su familia real, no la de Nicholas, en la familia que lo detestaba, en su madre y en sus tres hermanitas que muy probablemente habían dejado de ser niñas.

Siquiera supo cuánto tiempo había estado pensando en el hecho de que sus hermanas, al menos la más pequeña, muy probablemente lo hubiese olvidado cuando se sobresaltó al oír unos golpes en la puerta. Maldijo por lo bajo al ver que Andrew tenía las manos cubiertas en pintura y parecía importarle muy poco que él se encontrase prácticamente desnudo. Pensó en ignorar a quien fuese que estuviese allí, pero los golpes y el sonido sordo del timbre volvieron a inundar la sala y Andrew le hizo una ademan con la cabeza para que atendiese, por lo que se puso de pie y maldijo el hecho de no tener una bata de baño. Caminó a paso lento para evitar los roces de las cuerdas en sus muslos, rogando que quien estuviese detrás de la puerta fuese James y no un vecino molesto reclamando que deja entrar y salir demasiada gente del apartamento. -Hacía una semana la mujer gritona que vivía en piso debajo del suyo le había dicho que tuviese más cuidado con quien dejaba entrar a su apartamento puesto que ella tenía niños pequeños y no quería que el edificio se convirtiese en un prostíbulo, lo cual era estúpido por que los únicos que lo visitaban eran James y Andrew, y casualmente ese fue el día en que conoció a Jona, por lo que supuso que se refería a él. Claramente le cerró la puerta en la cara, gritó frustrado y la abrió nuevamente para gritarle que si quería hacer una orgía multitudinaria en su propio apartamento, la haría. La mujer se había ido espantada y ahora le daba vuelta el rostro cuando la cruzaba en vestíbulo-. El ruido de la puerta volvió oírse, ésta vez mucho más fuerte.

Sexo y nada más.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora