2 - Andrew.

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Isaiah bajó las escaleras sintiendo que el corazón rompería sus costillas en cualquier momento, realmente se sentía nervioso e incómodo, sobretodo incómodo, tenía una jodida erección que no se bajaría si no recibía atención, y James lo había sacado prácticamente a patadas para planear lo que fuese que deseaba planear. ¿Qué quiso decir con que sería suyo exactamente? Una idea de lo que sucedería cuando James lo llamase provocó una puntada justo en la base de su miembro. Pensó en que si fuese mujer ya tendrá la ropa interior empapada.

Ahogó un jadeo cuando llegó a los pies de la escalera, acomodó su miembro e intentó cubrir su entrepierna con su camiseta, rogando que Anne no lo viese e insultando a James por no haberla siquiera hecho una paja, y por haber perdido el lubricante y los condones. También había olvidado el cinto. Luego se los pediría, no era jodidamente millonario y todas esas cosas valían dinero, dinero que no le sobraba. Necesitaba llegar a su apartamento en ese mismo instante. Se sentía frustrado, y aunque su plan no había salido del todo mal, realmente había tenido la idea de follar ese día, pero debería conformarse con una paja. Tal vez dos.

—¿Qué haces, Isa? —El rubio dio un respingo y resopló al oír la voz de Andrew—. Pareces recién follado.

—Ojalá —murmuró intentando acomodar su cabello. Era un desastre, por lo que no se esforzó demasiado.

—¿Te llevo?

—¿Qué quieres, Andy?

—Una despedida, sé que el imbécil de Jamie no comparte.

—¿Estabas escuchando?

—No, James siempre fue egoísta y tu cara lo dice todo... ¿Qué dices?

No lo pensó demasiado antes de asentir, realmente disfrutaba de Andrew, su cuerpo era muy similar al de James, era un tanto más delgado y menos marcado, su vestimenta era mucho más despreocupada, su cabello apenas rozaba sus orejas, con las puntas decoloradas desprolijamente en un amarillo pálido, lo que le daba un aire infantil y risueño, pero su rostro, a excepción de sus frenos, era exactamente igual al de James, aunque mucho más sonriente, aun así follárselo una vez más alimentaría sus fantasías sobre un trío con los gemelos. Además, si James se enteraba sería otro motivo por el que probablemente lo castigaría, y le gustaba ser castigado. ¿James se enojaría si se acostaba con Andrew una vez más? No estaba seguro de ello, dijo que sería exclusivo luego de la primer sesión, no antes.

Andrew hizo un ademan exagerado cuando abrió la puerta del coche, Isaiah rodó los ojos y golpeó el dorso de su mano cuando notó que estaba a punto de darle una nalgada, haciendo que Andrew se carcajeas y rodearse el coche para llegar al lado del conductor. Se metió al auto, removiéndose y frunciendo el ceño, seguía duro, y estaba seguro de que Andrew lo había notado. Ignoró la sonrisa altanera y el guiño del moreno cuando éste subió al vehículo y dejó ambas manos sobre su regazo en un vago intento por cubrir su entrepierna, Andrew bajó las trabas del coche y volteó hacia él una vez estuvo dentro, hizo un escueto movimiento de cabeza que no logró comprender.

—Tócate. —Isaiah alzó las cejas y negó, estaban en un jodido estacionamiento—. Vamos... los vidrios son polarizados.

—Andy...

—Ahora, bebé, quiero verte.

Isaiah contuvo un gemido ante el tono de voz y se movió por inercia, abrió el cierre de la bragueta y bajó unos centímetros el jean junto a la ropa interior, liberando por fin su miembro, húmedo y rojizo. Se permitió sentir alivio al verse librado de aquella presión constante y dolorosa de sus jeans. Andrew sonrió y tomó una de las manos del menor, lamió su palma hasta dejarla completamente cubierta de saliva y lo soltó haciendo un nuevo movimiento con la cabeza para indicarle que empezara.

Sexo y nada más.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora