The king's heart

~Capítulo 7

Observó expectante al chico ante él, tal parecía que la belleza que lo bendecía tenía en contra su ácido carácter. Así eran la mayoría de los nobles. Park Jimin no tenía pudor alguno al soltar sus palabras y adoraba verlo desde arriba, aunque fuera unos centímetros más pequeño. 

-Disculpe, ¿a quién llama "juguete"?

Jimin soltó una risita suave como la brisa de la primavera cubriendo su boca rápidamente con su abanico.

-¿Qué? ¿Cometí un error?

-Así es, no he sido un juguete ni de su majestad ni de nadie en toda mi vida.

Jimin volvió a guardar el abanico tras su espalda aún sin bajar la guardia o sus deseos de provocar a Taehyung.

-Deberías tener cuidado en cómo te diriges al hijo del ministro Park, el hombre más cercano al rey. Sobre todo deberías cuidar tus modales.

-¿En verdad? -Una tercera voz salió de repente llamando la atención de los chicos-. Porque hasta donde sé, el hombre más cercano al rey Min soy yo.

Jimin retrocedió un paso y correspondió al saludo del astrónomo inclinando la cabeza después de él.

-Maestro Jung Ho Seok.

-Señorito Park, siempre es un gusto recibirlo. Por favor acompáñeme, su majestad lo espera en la sala del trono.

El joven nl rechistó ni agregó nada más, siguió su camino hacia donde la elegante mano de Jung Hoseok señalaba en silencio hasta perderse de vista. El astrónomo le sonrió a Taehyung.

-Disculpelo, el joven Park de vez en cuando abre su boca de más.

-Pareciera que lo conoce bien.

-Fui su maestro de niño.

Taehyung asintió y luego negó rápida y despreocupadamente.

-De todas formas muchas gracias, solo usted podría haberlo callado en una situacion como esta.

-En lo absoluto. Por órdenes de mi rey, estoy para servirle.

Una última vez Hoseok inclinó la cabeza despidiéndose de Taehyung con cortesía para seguir con sus trabajos. Muy por dentro la curiosidad sobre saber los planes para Taehyung le carcomian pero jamas diría nada.

-Sí así esta previsto por las estrellas no se puede hacer más. Sólo espero que mi señor sepa qué está haciendo.

Park Jimin avanzó hacia la sala con el mentón en alto y un caminar suave, casi felino, llamando la atención de cada persona que le rodeara. Por supuesto, nadie jamás sería capaz ni digno de dirigirle la mirada porque serían rápidamente rechazados y hasta humillados dependiendo de su estado de ánimo, y últimamente no era el mejor.

Todo tenía que ver con ese estúpido y nuevo plebeyo del rey por el que rápidamente todos comenzaron a hablar dentro del palacio.

En cambio él provenía de buena familia, antiguamente sus raíces formaban parte de la familia real así que su sangre era simplemente digna. Prontamente su hermana menor se convertiría en la primer reina según todo estaba previsto y no dejaría que nadie se metiera en su camino. Solamente Jimin podría ser tan cercano al rey,  un simple pueblerino no cambiaría eso de la noche a la mañana.

-Jimin, de nuevo aquí.

Se inclinó ante el rey con una sonrisa intacta, a Yoongi le producían escalofríos todos sus movimientos fríamente calculados. Era demasiado perfecto de la imagen que había creado.

-Estaba preguntándome, su majestad, si ya había pensado en mi propuesta.

Yoongi se acomodó en su trono haciendo un leve gesto hacia sus guardias para que lo dejaran solo.

-El matrimonio con Park Hyejin aún está siendo considerado, aún así esto fue planeado a mis espaldas y no le daré más importancia de la que ya he ofrecido.

Jimin apretó sus dientes.

-No hablo de esa propuesta.

-Jimin...

-Puede tenerme a mí en lugar de a ese sucio plebeyo, de todas formas ¿qué lo hace tan especial?

Yoongi suspiró.

-Mis asuntos con Kim Taehyung no son de tu incumbencia, cuál sea mi intención. Sigue recordando que soy tu rey y cualquier acto ilícito contra mi voluntad será durante castigado, recuérdalo bien, Park Jimin. 

Más tarde, esa misma noche, Yoongi se apresuró a llegar a la biblioteca Real  y buscó entre miles de pergaminos respuestas a preguntas que ni siquiera tenía en claro.

¿Por qué de repente su propia mente le convencía de que aquello era real? Sus acciones, su comportamiento, todo se salía de sus manos. Aquel mundo sin dudarlo le afectaba y aún no sabía cómo proteger a Taehyung de su propio destino, uno que fácilmente podría cambiar si volviera a su realidad.

-Busca algo, ¿majestad?

Retrocedió de su sitio al escuchar la voz de Hoseok a su lado, aún despierto y con la mirada llena de curiosidad. 

-Quiza podría ayudarle.

Yoongi sonrió.

-Hay algunas cosas en las que no podrías, Hoseok.

Le dio una palmada en el hombro, dispuesto a marcharse y seguir buscando en la mañana cuando Hoseok se llevó toda su atención.

-Tal vez no comprenda mucho sobre su mundo, pero no hay nada que no esté escrito en las estrellas.

Dio la vuelta y se acercó a él.

-¿Qué es lo que dices?

-Digo que se ha comportado extraño estos días y la estrella de un rey ya no lo acompaña desde entonces, ¿cómo podría desaparecer algo que ha estado desde su nacimiento?

-Vaya, creía que esas cosas eran mentiras.

-Algunas -sonrió-. Entonces ¿buscas cómo volver a tu realidad?

Yoongi suspiró, por fin podía deshacerse de su faceta de rey por unos instantes, los hombros ya le pesaban enormemente.

-¿Sabes algo de Taehyung?

-¿El chico que acogió? ¿Cuál interés tiene sobre él?

-Esa parte... es algo complicada.

-Recuerde que no puede ocultarme nada, prácticamente he visto su vida e incluso su muerte, rey Min.

-Sólo dime si hay una forma de salvar a Taehyung.

Hoseok suspiró.

-Usted debería saberlo. Bajo ningún término ese chico puede cambiar lo que ya está escrito.

-¿Y si lo hubiera?

-¿Estaría dispuesto?

-Por supuesto.

Hoseok sonrió.

-¿Y aún piensa negarme que no le sucede nada con Kim Taehyung? 

Yoongi guardó silencio. Hoseok continuó.

-Debes crear un enorme cambio, uno que ni siquiera las estrellas puedan borrar y entonces serás capaz de salvar su vida.

-¿Un gran cambio?

Yoongi se lo pensó, quizá sólo había una cosa. Bajo ningún término podía permitirse amar a Taehyung y viceversa.