Capítulo 11

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Se alejó lentamente viendo hacia los ojos oscuros del rey, para su sorpresa estos nunca le habían parecido mirarlo de una forma que no fuera la pena o que al menos tuvieran algo de brillo. En aquel momento no le estaba exigiendo nada y tampoco buscaba llenarlo de confusiones. Era tan simple e inimaginable como un beso casto en la orilla de su labio durante una noche calurosa que difícilmente olvidaría.

Taehyung lo comprendía un poco, solo un poco.

—Prometio casarse conmigo, pero mi corazón es de otro. No puedo hacerlo.

Lo vio sonreír con calma y la sensación de tener un corazón herido. Fue la primera vez que vio reacciones tan humanas en él.

—Y créeme que te permitiré casarte con él si es lo que quieres, pero tienes que prometerme algo.

El ojiazul asintió.

—No mueras hasta que yo lo haga, Taehyung. Tienes que ser eterno.

—No es realista, ¿por qué iba a morir usted?

—Van a intentar tomar el trono un día.

Taehyung abrió los ojos de par en par y retrocedió un poco.

—¿Qué está diciendo?

—Es natural. Ya no podré confiar en mi propia sombra pero al menos estarás conmigo, ¿verdad?

Taehyung asintió por su cuenta y se tranquilizó de verlo sonreír.

—Gracias.

Viajó por los pasillos como lo haría un ratón perdido

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Viajó por los pasillos como lo haría un ratón perdido. No tenía ninguna prisa por llegar hasta su habitación y entrar en un sueño ligero. Estaba más que despierto y ni aunque lo regañaran por andar por allí podría hacerlo. Aún conservaba el sabor dulce y agrio de los labios del rey, como las alas de una mariposa que revolotea en su boca. Más tarde se detuvo al escuchar una voz familiar que esperaba volver a encontrar. Park Jin  estaba al otro lado del pasillo platicando fuera del vocabulario formal que todos los de por allí tenían y reía al final de cada frase. A Taehyung le despertó el interés por lo que se aproximó unos pocos centímetros hasta dar con él.

—Pasó mucho tiempo, ¿no es así? Desde la última vez que bebimos juntos.

—Siempre eres tan escandaloso, Jin.

—Y tú siempre estás detrás del rey, día y noche, Hoseok.

Se aproximó un poco más, aún no podían verlo pero él finalmente se encontró con la figura del astrónomo acompañado a Jin.

—Vivo y muero por mi trabajo.

—No, tú vives y mueres por el rey.

Hoseok sonrió con algo de pena.

—En realidad por Yoongi. Es mi mejor amigo, lo conocemos desde niño.

La sonrisa de Jin fue reemplazada por una mala mueca.

The king's heartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora