~Capítulo 9

44 11 4
                                    

El ojiazul pasó a ponerse rápidamente de pie y enfrentar a Jimin cara a cara. Podría perdonar sus miradas de desprecio, después de todo era un simple marginado al que nadie importaba realmente, pero había tirado el té del príncipe Jungkook y eso no se lo perdonaría.

—¿Qué? ¿Acaso no me has oído?

—Creo que debería ser usted quién cuide sus modales, molestando a un plebeyo sólo hace que se baje a mi nivel, señorito —le dijo, con una sonrisa de burla adornando su cara.

Jimin avanzó un paso más y él se arrodilló para recoger una de las tazas. Sonriendo dejó en claro sus intenciones cuando volvió a ponerse de pie, no obstante  el momento fue interrumpido por un abanico que fue puesto entre ellos.

—Jimin, creo que esto es tuyo.

El rubio apartó la mirada encontrando a Jungkook a su lado. Su mirada era de una indiferencia total.

—Un señorito tan elegante no debería dejar sus cosas tiradas.

Sin más, Park tomó su pertenencia marchándose del lugar para entonces Taehyung no podía mirar al príncipe de la vergüenza que de la nada le invadía.

—Tae, ¿estás bien?

—Lo siento, alteza, he dejado caer su té.

Jungkook sonrió y volvió a acordonar al broche en su cabello, entonces notó que estaba totalmente empapado.

—Taehyung, ¿estás bien? De seguro te quemaste, déjame ayudar.

Siguió por inspeccionar su cuerpo, su piel apenas roja en algunos lugares que no eran para alarmarse pero aún así cuidando de no lastimarlo.

—Le pediré a las concubinas que te preparen un baño y que te sea dado alguna medicina para eso. Vamos.

El cuerpo de Taehyung comenzaba a arder demasiado, su pecho estaba quemándose tanto que incluso él se asustó, pero no se debía al té o alguna enfermedad.

Durante su baño su mente pudo volver a la tranquilidad, él mismo se sujetaba la mano donde Jungkook lo había tocado y estaba casi fuera de sí

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Durante su baño su mente pudo volver a la tranquilidad, él mismo se sujetaba la mano donde Jungkook lo había tocado y estaba casi fuera de sí. Se sumergió aún más en el agua y todo lo que podía ver eran los ojos de Jungkook en su cabeza.

—¿Por qué estos pensamientos? Sino fuera por culpa de ese tal Park no estaría tan confundido. Ash —Suspiró y jugó con sus dedos—. Estuve apunto de darle su merecido pero entonces el príncipe Jungkook...

—¿El príncipe Jungkook qué?

Giró la cabeza encontrándose con el dueño de la voz y la sonrisa tan inocente de su portador.

—Continua, ¿qué decías sobre mí?

—Yo... en lo absoluto, nada. Se lo juro.

Cuando rió la habitación se llenó de su dulce sonido.

The king's heartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora