~Capítulo 20

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Mientras dormía, Yoongi observaba con mucho cariño a su amado Taehyung. Él ojiazul se veía resplandeciente, con mechones de su cabello ligeramente cayendo sobre su frente y los labios rosas como pétalos de flor. Habían pasado toda la noche juntos, sumidos en su pasión hasta que los primeros rayos de sol comenzaron a salir cuando Taehyung quedó completamente agotado. Una suave risita escapó de los labios de Yoongi ante tal recuerdo mientras acomodaba el cabello de Taehyung y le acariciaba la mejilla.

-Prometo que todo estará bien, solo confía en mí.

Seguidamente, siguió por salir de la cama y recoger sus pertenencias dejando a su amado descansar.

-¿Yoongi?

Cuando Taehyung despertó, Yoongi no estaba en la habitación y su corazón latía aceleradamente. Se sujetó el pecho con una mano mientras intentaba regular su respiración.

-¿Qué es este extraño presentimiento?

Se abrió paso lentamente entre las grandes puertas, allí donde el rey sustito yacía en su trono. Jungkook lo recibía con una extraña sonrisa y ojos fríos.

-Pero... ¿qué significa tal falta de respeto?

Yoongi se detuvo a unos cuantos metros del trono.

-Creo que eres tú quién está sentado en mi trono, príncipe Jungkook.

Jungkook soltó una carcajada ruin y fría.

-¿Tu trono?

Asintió lentamente y se puso de pie, yendo hacia Yoongi para rodearlo, sin inmutarse cuando los dedos del pelinegro rozaron la espada oculta bajo su chaqueta.

-Sí, tal vez. Lo estaba guardando para ti, querido hermano.

Se detuvo a su costado, mirándolo directamente a la cara como un depredador a su presa.

-¿Qué se siente ver a alguien más usurpando tus juguetes?

-¿Cómo está Jimin?

La pequeña sonrisa que se formó en los labios de Yoongi fue rápidamente borrada por un golpe por parte de Jungkook. El pequeño hilo de sangre bajaba desde su nariz, pero no se movió ni un centímetro.

-Pagaras muy caro esa falta de respeto, hermano.

-Ya estoy aquí.

Jungkook sonrió y se limpió el nudillo que se había manchado con la sangre de Yoongi.

-No me entiendes, no quiero verte morir. No aún. No hasta que experimentes el mismo dolor que yo.

Yoongi frunció las cejas y antes de que pudiera predecirlo unos guardias lo tenían sujetado para que no pudiera moverse. Observó como Jungkook había hecho una segunda señal y a los pocos segundos tenía a un Hoseok moribundo y golpeado a sus pies.

-¡Hoseok!

Yoongi gritó con todas sus fuerzas, pero Hoseok apartó la mirada en cuanto Jungkook comenzó a reír.

-¡Yo que tú no me sentiría mal por un gusano traidor!

Pero Yoongi no apartaba sus ojos de un apenado y herido Hoseok, con sus ropas sucias y las manos magulladas con tierra y sangre.

-Es increíble cuánto podemos luchar por la persona que amamos, ¿no?  -siguió hablando Jungkook-. Al menos, me sentiré comprendido.

Yoongi miró a su medio hermano, con rabia en los ojos.

-¿Qué fue lo que hiciste?

Jungkook dejó de sonreír y lo miró a los ojos, tan profundo como si intentara dañar su alma.

The king's heartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora