Capítulo uno.

44 6 0
                                    


Capítulo uno.


Todos éramos felices, vivíamos bien, una vida tranquila y normal como cualquier otro humano en Rusia. En la ciudad de Yakutsk en Siberia; mi madre, mi abuela y mi padre. Este último había sido encontrado muerto en la carretera hacia una semana, los policías después de largas investigaciones llegaron a la conclusión de que había sido un accidente automovilístico. Su cuerpo estaba hecho añicos y este estaba hundido en su propio charco de sangre. Todavía no supero el hecho de que mi padre está muerto, él estaba tan bien, como es posible que en tan solo horas, mi vida se vaya a la basura. En mi último año de preparatoria mis notas habían bajado, mi casa dejo de ser un hogar y parecía más bien un psiquiátrico. Mi vida se había convertido en nada. Todo lo que habíamos logrado como familia en estos diecisiete años, se fue, desapareció por arte de magia.

- Sara despierta- me llama Alisa mi mejor amiga, mientras miro el pizarrón de al frente sin importancia.

He estado toda esta semana dormida en clase, los profesores creo que me han sobrellevado ya que entienden mi situación, pero esto va a cambiar ellos no me verán más. Quedan tan solo siete horas para tomar mi única elección. Nadie más lo sabe solo yo. Suena el timbre de salida.

-Ali-

-Dime- me sonríe

-Sabes que pase lo que pase, siempre serás mi mejor amiga. Nunca lo olvides -

-Sara de que hablas. Por favor no me digas que quieres, ¿morir?- pregunta asustada.

-No, no tengo pensado morir. Debo encontrar algún motivo para seguir aquí y este sería mi corta familia y tú, mi mejor amiga, gracias por estar a mi lado- le doy una sonrisa débil.

-De nada, me gusta estar a tu lado y puedes contarme lo que sea, no guardemos secretos por favor-

-no- le respondo y me siento mal, pesimamente mal. (... lo siento pero debo hacer esto sola).

***

-Mami ya llegué- no obtengo respuestas mi casa estaba en absoluto silencio.

Me aseguro de revisar la casa y me encuentro una nota sobre la mesita de centro:

Sarka estoy con tu abuela en el médico, puedo tardar. No le abras la puerta a nadie por favor. Nos vemos dentro de un rato.

-Hasta nunca mami- respondo al aire y me siento mal. No me podré despedir de ti ni de la abuela.

Tomo un baño y me visto completamente de negro, mi color favorito.

-Lo mejor será que me valla- suspiro, esta decisión la estoy tomando por ti mama y por mí. No creo en ese tonto accidente, no creo en la conclusión de la policía. Solo me resta confiar en lo que voy a averiguar de ahora en adelante. Solo quedan tres meses para cumplir dieciocho años, no sé nada de cosas sobrenaturales. Siempre viví la realidad y en esta me cultivé. Pero si hay algo sobrenatural en esta historia lo averiguaré y estoy dispuesta a arriesgar mi vida.

-Creo que voy a dejarte algo escrito mami-

Paso a escribir un papel y dejarlo sobre la mesa.

"Mamá sé que no me entenderás y es que ni yo misma me entiendo. Hay algo raro detrás de esta historia y lo descubriré. Estaré bien, iré con un amigo, no estaré sola. Me iré de viaje por un tiempo, no sé cuándo vuelva. Solo te imploro que no me busques, no te preocupes por mí. Cuida a la abuela y cuídate,

Te amo mamá".

Después de escribir esto paso a limpiar algunas lágrimas que se escaparon de mis ojos y pude escuchar toques en la puerta, mientras el reloj marcaba las once de la noche. Me asomo por la rendija y era ese hombre horrible, su rostro estaba rasgado y con pelo, mucho pelo en toda su cara. Su cuerpo cubierto de tatuajes y cicatrices que nunca cerraron, tenía un ojo vendado y daba miedo, realmente daba miedo.

-Iré- le respondo al extraño mientras abro la puerta y la cierro al salir.

-Qué bueno que piensas bien, me gusta. Eres segura como tu padre- ¿Qué tanto conoces a mi padre? Me pregunto -Te pondré a salvo, vamos- dice y lo veo levantar sus pies del suelo. -Vamos-

-No soy vampira, así que no puedo volar- le digo.

-Eso lo veremos- me dice y toma una de mis manos haciéndome volar y estar en el aire como el, se siente realmente bien. Mis pies ya no tocaban el suelo, el aire estaba manejando mi cuerpo, me sentí liviana.

No sabía a donde me dirigía ni con quien, pero si algo aprendí es a arriesgarme si quiero lograr algo. Estaba tomando una decisión que podría matar o salvar a todos. 

My poor vampireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora