-¿de verdad no quieres que valla contigo?- termino de abrochar mi pulsera.
-claro que no, al fin de cuentas es mi familia- supongo que aun lo sean. Me retiro del espejo.
-nos vemos al atardecer, cuidate Sarka-
-regresaré cuanto antes- digo antes de saltar por la ventana.
Son apenas las seis de la mañana y el sol aún no sale. Me adentro un poco más en el bosque
-¡cuidado!- siento gritar a Alexander desde mi cabeza. Me lanzó al suelo inmediatamente. Giro mi mirada hacia atrás pero no veo nada ni a nadie, tal vez si esté delirando.
-¡Maldito sea el día en el que te dejé entrar a mi cabeza! Si si tu mismo- comienzo a gritarle al aire, cuando de repente siento un ruido de hojas.
-¿quién anda ahí?- doy una vuelta sobre mis pies. -¿alguien?- por favor este eco me está asustando.
-Sarka, sal de ese lugar rápido- vuelvo a sentir su voz en mi cabeza, no dudo un momento en correr, corrí varios metros, los suficientes como para necesitar una pausa y descansar.
Con el corazón en la boca comienzo a dar pasos suaves.
-¿qué fue eso?Sarka tienes que estar delirando- supuse en alta voz.
Llego a la cuidad de Yakutsk todo estaba tranquilo, no habría mucho movimiento más de lo normal. El frío y las bajas temperaturas seguían igual sin ningun cambio. Pronto me acerco a mi casa, tal
vez en otro momento diría que mis pies no daban más pero no sucedía realmente así.
Toco la puerta de mi casa con temor a que me recibieran con el lanzamiento olímpico de un cuchillo, en cambio no me responden.
-Sara, ¿que haces por aqui?-
-Ali- abro mis brazos para darle un abrazo.
-ven, pasa- saca una llave y abre la puerta de mi casa; siento que ignoró mi abrazo o de seguro es que estaba concentrada sacando la llave.
Espera, espera... ella tiene llave de mi casa y yo no, o quizás tenía una hace un tiempo y la perdí. Quería preguntar quien le había dado esa llave pero me pareció algo imprudente, al fin de cuentas ellas se estaba comportando con mi mamá como una hija, era correcto que tuviera la llave.
-Ali que bueno que viniste, hice sopa....y- de momento se me quedó mirando.
-estuviste en la cocina todo el tiempo, ¿no escuchaste que tocaron la puerta?- pregunto irónicamente. Creí que ella estaría fuera de casa, pero no mi propia madre estaba en casa y no me abrió la puerta, es impactante.
Segunda vez que me ignora -¿desde cuando padeces de sordera?- vuelvo a mirarla.
-Mamá Ana venga conmigo un momento- se fueron del otro lado de la cocina.
Las oí cuchuchear unos instantes y mientras tomaba unas galletas horneadas de mi madre, ella tomó la receta de la abuela y hay que admitir que estan deliciosas.
-Sara, ¿cómo te fue? Hace tiempo que no hablabamos- ¿Sara? Desde cuando me llamas asi, ni siquiera sabes por qué Alisa me dice así.
-impactante- digo con la boca llena de galletas -¿desde cuándo me llamas "Sara"?- aclaro con los dedos.
-siempre te he dicho asi de cariño- me sonríe falsamente mi madre, mientras veo a Alisa asomarse fuera de la casa y llamar por el móvil.
-Bafff jamás me has llamado así- insisto en comerme las galletas, esta mujer es rara.
-No te preocupes a partir de ahora te ira mejor-
-¿a que viene esto? Yo estoy bien- me alcanza un vaso con jugo.
-este jugo sabe malo, ¿desde cuando haces jugos tan mortales?- digo saboreando el jugo.
Siento una sirena sonar fuera de la casa y un montón de hombres invaden mi casa.
-Puff- escupo el jugo -¿que hacen?- pregunto mientras cinco hombres me toman por sorpresa por la espalda amarrandome las manos. -sueltenme- grito
-usted señorita necesita tratamiento-
-¿qué?-
-Sara es por tu bien amiga, verás que en esa institución te curarás- de que habla Alisa.
-Pronto tendré devuelta a mi niña- dice mi madre mientras abrazaba a Alisa, la cual la consolaba.
-¿de que barbaridades hablan?- empujo al hombre que estaba aguantandome. Comienzo a golpear con los pies y a empujar a quien se me aparecía delante, hasta que de repente me entró un dolor de cabeza.
-Ah, que me está pasando, el jugo...- mi cabeza daba vueltas en círculos.
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My poor vampire
Ficción GeneralDe mí depende la vida de mi familia y mi propia existencia. Decisiones difíciles debo tomar para sobrevivir. Revivir a alguien que ya murió, a él, porque lo necesito. Enfrentarme a un grupo de seres sobrenaturales que solo ven sangre y muertos. Conv...