Capítulo nueve

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El ambiente verde del campo era agradable y tranquilo, esa brisa y el olor a flores me causaba nostalgia.
-te voy a atrapar- corre papá detrás de mí e intento apresurarme por huir hasta que llego al límite de la colina.

-Vamos Sarka lanzáte- me incita.

-Papá tengo miedo- digo mirando el agua de la costa que estaba al frente.

-no te ocurrirá nada. Confía en mí- lo miro.

Miro el agua que había debajo de la colina, sin vacilar mucho me lanzo.

-¡Ye!- grito en el agua.

-Viste mi pequeña, no eres como las otras chicas, no importa la altura con la que te lances, nunca sentirás el golpe- pasa su mano por mi cabeza y no puedo evitar sonreír.

-Papá cómo llegaste tan rápido-

-En el momento adecuado te contaré nuestro secreto-


-¡Sarka!- un grito me despierta.

-no grites mi nombre, pueden descubrirme- le digo a Anastasia y ¿le conté? Pues no le he contado por qué estoy aqui, solo le dije mi verdadero nombre, cosa que prometió mantener en secreto.

-lo siento- me susurra. -¿de dónde te querías lanzar?-

-¿qué?- pregunto confundida.

-Si, llevas rato susurrando cosas y yo escuchando-

-Ah, fue solo un sueño- Un sueño no lo creo, siento como si en algún momento todo eso hubiera sido real. -¿por qué me despiertas tan temprano? Aún es de día-

-Acaban de anunciar que pasarán haciendo servicio de limpieza, los chicos a las chicas-

-¿aqui hacen limpieza?-

-No y eso es lo raro, nunca antes han hecho limpieza en los años que llevo de vida-

-por cierto, ¿cuántos años tienes?-

-unos...- comienza a contar con sus dedos. -creo que unos veinte años. Pero la edad aqui no es importante- Casi mi edad pero no lo es.

-debemos tener mucho cuidado cuando hagan la limpieza, temo que nos descubran-

-no te preocupes no lo harán- tan pronto como responde pasa a esconderse.

-¿ya escuchaste eso?- me habla el hombre lobo amigo. Por cierto buen olfato tienes Ana.

-si, ¿crees que vengan a por mí?-

-no sabemos nada, pero debes extremar las medidas por tu seguridad-

-¿sabes lo que más desearía?- me respondo a mi misma -revivir a mi padre- bajo la cabeza.

-puedes hacerlo-

-¿qué, me hablas en serio?-

-sí, las brujas aquí pueden ayudarte a revivirlo, pero ya no sería humano, ahora sería fantasma.-

-con solo tenerlo de vuelta me es suficiente, gracias por la ayuda- le doy un abrazo, pues lo abracé porque él me ha ayudado todo este tiempo, se merece un abrazo.

-no hay de que- me responde, espera ¿me responde? Creo que he logrado ablandar sus palabras. -toma esto- me da un frasco.

-¿para que sirve?-

-lo utilizarás en el momento adecuado, no te deshagas de él- con estas palabras se marcha.

"en el momento adecuado" todos parecen estar conectados y decirme lo mismo.

Mi padre de vuelta, puedo hacerlo, tengo que estar viva para lograrlo. Quiero hacerlo, porque lo necesito, solo él puede ayudarme a entender todo esto.

En el silencio de mi habitación entra alguien con los utensilios de limpieza.

-Hola- trato de romper el silencio; en cambio esta persona me observa y observa durante minutos. -Hola- repito nuevamente. -¿puede dejar de mirarme?- pregunto y vuelve a romperse el silencio.

My poor vampireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora