CAPITULO 13

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-¡Que bonito¡- exclama Sofía cuando van en el auto. Observa emocionada todas las casas, los locales, las fuentes, los jardines y cada pequeño detalle de la cuidad.-Mira Isaac, Luis.

Mónica se da cuenta. Es la primera vez que ve a Sofía realmente convivir. Es un libro abierto, y deja ver totalmente la paternalidad que Isaac le inspira y la atracción que existe entre ella y Luis. Toma la mano de su tenor con tanta familiaridad como si se conocieran de toda la vida. Irreverente y emocionada lo toma de la cabeza y lo obliga a mirar hacia otro lado. Todos los miran, pero como ya estaba acordado, evitan todo tipo de comentarios y lo pasan como algo normal. Despues de todo, la banda Marionette está de lo más feliz.

El primer concierto que abrirán es el de una banda de rock rusa bastante famosa. No es de las favoritas de ninguno de ellos, pero es la primera escalada para su fama.

Llegan a hotel y se acomodan todos en sus cuartos. Todos los cuartos son compartidos, menos el de Sofía, que es individual. Isaac toca a la puerta.

-Yo sé que no debería decirte esto, pero… tienes prohibido meter hombres a este cuarto y a todos a los que vayamos, Sofía.

-Claro que sí- dice Sofía con la mano en el corazón-, prometido. Ya sabes que soy intachable.- Isaac se siente conforme con esa respuesta y la deja instalarse en su habitación.

El concierto es mañana, así que el día de hoy pueden darse el lujo de pasear por la cuidad. La mayoría decide circundar los bares y parrandear, así que mientras es de día, toman la siesta. Sofía sabe perfectamente que no podrá salir de noche, así que decide buscar a Luis, que sabe que tampoco saldrá de noche para pasar la tarde. El acepta casi inmediatamente. Mira a la joven, su cara sonriente y blanca, su minifalda y sus medias de encaje floreado.

Van a visitar las fuentes y las galerías de la cuidad. Sofía se acerca a una de las fuentes y moja a Luis, quien lo permite risueño.  Caminan mucho por el centro de la cuidad, entrando a tanto lugar turístico gratuito que se encontraran. Triste pero cierto, como no han hecho ningún concierto todavía no se les ha pagado mas que los viáticos. Sencillamente están quebrados. Pero se divierten como niños andando de aquí para allá, corriendo de un lado a otro. Ni Sofía ni Luis pueden dar cuenta de lo mucho que tienen en común y de lo bien que se llevan. De lo mucho que se atraen. Aunque ninguno sepa lo que piense el otro.

Al final entran a una galería. Dentro, hay una exposición. Sofía reconoce el nombre del autor:

Marco Hernández. Su sonrisa de júbilo desaparece. Y Luis lo nota, aunque por no romper con el momento no le dice nada. Ella trata de parecer natural. Entran a la galería y ambos observan atentamente los cuadros. Sofía mucho más que Luis. Al final, pueden ver un cuadro de enormes dimensiones, con una figura perfectamente reconocible pintada en el lienzo:

-¡Sofía¡-exclama Luis sorprendido- es tu retrato. !Me trajiste a ver tu retrato¡Sabias que estaba aquí. ¿Cuándo te lo hicieron?

-Lo hizo un conocido de una foto. No sabia que existía- dice Sofía secamente mientras le saca una foto con su celular.

Siente un estremecimiento. Quizas no haya nada malo en ese lienzo. Una joven retratada, con la cara ligeramente de lado, mirando al frente, con una simple blusa rosada. Un color que ahora nunca usaba. Cada detalle de la pintura era hermoso. Hasta un pequeño barrito que recuerda haber tenido en ese entonces. Todos los detalles, todo su pasado esta resumido en su imagen ingenua dentro de ese cuadro. Y le deja tristes recuerdos. Y una pregunta: ¿Porqué de entre todos, su cuadro es el más grande y detallado de todos? Si él mismo se lo dijo: si él mismo le dijo que no lo amaba, y que no podría hacerlo. ¿Entonces porqué?

-Estoy cansada Luis- miente ella-, vámonos al hotel- Luis asiente y toman un taxi de regreso al hotel. Durante el resto del camino Sofía ya no sonríe, solo mira a la ventana, mientras comienza a llover.

LA RAZON DE REBIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora