Luego de haberse desahogado, Sofía se siente un poco mejor. De cualquier forma, él es el único que sabe de eso. Nadie más debe enterarse, porque lo por de todo es que ni siquiera existe un culpable. Mónica siente que por primera vez logra acercarse a Sofía, conocerla un poco más. Es verdaderamente triste que haya tenido que pasar eso para poder conocer una parte de la cantante de Marionette. Sofía observa los ojos de Mónica, que por primera vez la miran con afecto. Por el contrario, Mónica solo ve decepción en los ojos de Sofía. Y realmente le duele que sea así. Una vaga idea pasa por su mente: los ojos de Iris se veían así cuando la conoció.
-Si de verdad quieres compensarme...- dice Sofía empezando a caminar.
-Si, eso quiero.
-Acompáñame entonces.
Sofía regresa a la periferia de la ciudad y abordan un camión que los conduce a la zona central. Se baja sin decir palabra y camina con Mónica a un lado suyo. Ella no se detiene, tampoco habla mucho. Solo le indica cuando tienen que curzar la calle o seguir derecho. Dentro de unos minutos entran a una plaza comercial solitaria, con establecimientos de ocultismo, arte oscuro, tiendas de comics y demás locales del estilo. Sofía se detiene frente a un local de tatuajes:
-Vamos- le dice ella, con un ademán para que entre.
-Sofía, ¿qué hacemos aquí?
-Aquí es donde me he hecho todos mis tatuajes.
Es cierto, por un momento Mónica no recordaba que Sofía tiene enormes tatuajes de espinas que le recorren los brazos en forma de espiral. Pero de cualquier forma es extraño que ella lo traiga a este lugar.
-Sofía... yo no tengo tatuajes.
Sofía lo ignora y se acerca al hombre calvo de cabeza tatuada que atiende el local. Le extiende un sonrisa y este la saluda de igual manera, con una amplia sonrisa:
-Sofía, que sorpresa. Ya había pasado un tiempo desde que no nos visitas.
-Si, he estado muy satisfecha con los tatuajes. Pero ya no sabía cuál hacerme. Ya no tenía motivación.
-¿Y ahora si?
-Ahora si...
El hombre la pasa a la sala de tatuajes y Mónica la espera afuera. Ahora entiende la razón de sus tatuajes. Era obvio ahora el por qué siempre se tatuaba espinas. Cada espina, una herida que quizá no puedo sanar de otra forma. Es extraño para él conocer así a una mujer. Pareciera que su vida fuera linda, feliz, pero hay muchas espinas en sus tatuajes.
Pasa un largo rato esperando a que salga la cantante, comienza a impacientarse.
-¿Todavia va a tardar mucho?- le pregunta Mónica al dependiente calvo.
-Si... es un tatuaje muy grande el que escogió- ¿tan grande es su dolor?, se pregunta pesaroso. Se da la vuelta y se sienta a esperar por otro buen rato.
Luego de una considerable cantidad de tiempo, Sofía sale de la sala con un semblante más tranquilo de cuando entró.
-¿Qué te hiciste?- le pregunta Mónica a la joven.
Sofía se quita la playera que lleva encima y se queda solo en brasiere, frente al dependiente y frente a él. Se da la vuelta y le muestra su espalda. En ella hay dos enormes alas plegadas que la cubren casi por completo.
-Es hermoso- le dice Mónica tocando quedamente sus espalda con los dedos- siente como ella se estremece ligeramente.
-Ahora no importa lo que pase...-susurra ella-, podré volar.

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LA RAZON DE REBIA
General FictionUna cantante de rock decide ayudar a un ser inmortal llamado Rebia a recuperar los fragmentos de sí misma. Mientras tanto la cantante inicia su avance en su carrera musical y trata de resolver una serie de dificultades que se le presentan con tres...