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Tardaron alrededor de quince minutos en llegar al lugar, ambos bajaron del coche y el rubio siguió al pelinegro hasta dar con la susodicha fiesta.

Es aquí– lo miro.

Oh– asintio al ver a cientos de personas bailar y reír divertidas– Que linda supongo,– se encogió de hombros.

Diviértete– palmeo su hombro y sonrió.

¿A dónde vas?– preguntó confundido.

Con mis amigos– señaló un grupo de adolescentes que estaban sentados en una mesa, riendo y jugando entre ellos.

¿Me dejaras aquí solo?– miro al pelinegro disgustado.

Tú querías venir– se encogió de hombros.

Cómo quieras– se dió la vuelta y camino lejos del pelinegro, el otro solo camino hacia sus amigos dispuesto a divertirse con ellos.

Pasaron alrededor de tres horas y no había visto al rubio, se reclamo a si mismo al recordar que Jimin no conocía el pueblo así que seguramente se había perdido.

Miren– la voz de su amiga lo saco de sus pensamientos– Mika ya consiguió a un chico– señalo un rincón en el que se podía ver a la chica peliroja acariciando y coqueteando a un rubio.

Jungkook se atragantó con su propia saliva al reconocer perfectamente a ese chico, ambos chicos estaban hablando y riendo entre ellos, cosa que no le gusto para nada al pelinegro. Se acercó enojado hasta ellos y miro a su amiga.

Mika, Sam te busca dice que quiere hablar contigo– miro a la susodicha y está formó un pequeño puchero.

Está bien– asintió– ¿Me esperarás?– miro sonriendo al rubio.

Claro guapa– le sonrió también.

La mujer los dejo solos después de despedirse del rubio con un beso en la mejilla.

¿Qué pasa?– pregunto al ver al pelinegro con sus manos en la cadera y su ceño fruncido.

No pasa nada– nego aún enojado– Ya debemos irnos.

¿Debemos?– frunció su ceño, el no iría a ningún lado, no sin la peliroja.

Si, debemos– tomo la mano del rubio y los dirigió a su coche.

Vete tú, tengo un asunto más importante que atender y tiene como nombre Mika– lo miro enfadado.

Te llevaré a casa– tomo las llaves del bolsillo del rubio y lo metió al asiento del copiloto.

Du är en idiot– murmuró él rubio.

Jag hatar att folk mumlar, och mer om de är förbannelser– miro molesto al rubio.

Pff, cómo sea– bufó y se cruzó de brazos.

Llegaron al hostal después de veinte minutos, el pelinegro al no estar tan acostumbrado a conducir, se tardó más de lo esperado.

Ambos entraron en silencio a la habitación, el pelinegro se puso su pijama y miro al rubio el cual tenía un aspecto nauseabundo.

¿Estás bien?– preguntó.

No, no lo estoy– nego y camino al baño, comenzó a vomitar toda la cerveza y comida que había ingerido, se sentó aun lado de la taza y le bajó.

¿Quieres que te traiga algo?– preguntó preocupado, el aspecto del chico no se veía nada bien.

No gracias– nego con la cabeza y se levantó, se acercó al lavabo y abrió el grifo, se enjuagó la boca y se lavo los dientes.

Camino a paso lento a su cama y se desnudo, quedó solo en ropa interior y se metió a las cobijas, tenía demaciado calor como para ponerse algo de ropa.

El pelinegro lo miro por unos minutos para después hacer lo mismo, dejo la lámpara prendida por si el rubio tenía más ganas de vomitar y que así no tropezara con algo.

Tell me your nameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora