Capítulo XVI

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Alex paseaba de lado a lado pensando en lo que la pareja había hablado, James se había marchado y Step se había quedado en la salita meditando en sus palabras, Nathan par variar estaba viendo la televisión, su padre le había puesto unas caricaturas hipnotizantes para tenerlo entretenido mientras su niñera salía libre de sus pensamientos condenatorios.

Era claro que James estaba preocupado por su amiga, o al menos así lo consideraba Alex, pero no entendía por qué le había dado esa segunda condición, no es que como si él estuviera conquistándola o ella le estuviera insinuando cosas, sabía que había parado en seco a Víctor quien sí lo había entendido, sin mencionar el hecho de que ella había mencionado que ahora era lesbiana y hasta había presentado a su expareja. Lo peor era que no podía preguntar nada, porque era una conversación ajena en la que ni siquiera debería haber escuchado.

No es que no entendiera del todo porque James lo había dicho, sino precisamente quien era él para poner la condición, es cierto que Stephanie era una mujer hermosa, su piel blanca expresaba sin poder mentir sus sentimientos, si estaba avergonzada su rostro cálido se sonrojaba todo, si estaba triste adquiría un pálido azul que te hacía sentir triste, había podido observarla en varios tipos de traje que mostraba la versatilidad de su belleza, era muy probable que pudiera vestirse con una bolsa de basura y aún así se vería perfecta, eso sin mencionar que sin ropa, porque estaba más que seguro que la inspiración de la diosa del amor y la lujuria era ella saliendo del mar.

Pasó la mano por su cansado cuello, mientras exhalaba el aire apresado en sus pulmones, había intentado leer el archivo de la empresa al menos unas seis veces desde hacía ya una hora, pero siempre volvía Step a sus pensamientos en todo tipo de ropas y sin ellas, desbancado todo tipo de deidades conocidas por su belleza, no hubo mitología que se salvara en ese tiempo ya que la niñera había salido de todas ellas y ganado con creces su aparición en ellas.

Cerró la laptop desesperado por haber escuchado la conversación y el tono por el que se habían ido sus pensamientos por ello, era inevitable perderse en ello y acumular su trabajo, ojalá fuera cuestión de horas y que la mañana siguiente todo fuese diferente, pero seguro se quedaría en lo mismo y por ende la empresa se vería seriamente afectada, sí su líder no estaba al frente todo podía ir cuesta abajo en cuestión de minutos.

*Toc toc

Alguien tocó la puerta 

—Siga— Contestó suspirando.

—¿Ya te sientes mejor?— Preguntó Step llegando como un cachorro travieso ante su amo, esa carita tierna solo empeoraba la situación del susodicho.

—Lo siento, tengo migraña— Mintió —Y no me puedo concentrar.

—Déjame ayudarte, no soy muy buena con los números, pero sí organizando con eso puedes avanzar un poco mientras descansas... Es mi culpa que te hayas puesto mal, por no cumplir con la única responsabilidad que tengo.

—Sí necesito organizar algunos documentos, pero no sí si los puedas entender y llegar a lo que necesito, podría ser peor la cura que la enfermedad sí me causas más trabajo.

—Prometo que te ayudaré, te consultaré todo y haré como si fuese tu secretaria, es más voy por algo de comer y unas pastillas para tu dolor de cabeza, no me demoro— Salió corriendo sin dejar que Alex le negara la posibilidad.

—Ay, tú eres mi dolor de cabeza, sí te dejas de pasear por ella quizás la pueda hacer funcionar un poco— Habló para sí mismo.

Al rato volvió con una bandeja llena de frutas, bebidas y quesos, Nathan traía consigo unos platos y cubiertos en una mesita rodante.

Una madre para Nathan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora