Una madre para Nathan.

Capítulo VII

La luz del atardecer empezó a colarse por los grandes ventanales del edificio, llegando a un pasivo y adormilado hombre, que luchaba por mantener los ojos abiertos al menos unos minutos más.

—Es cierto que por lo general los días suelen ser agotadores, pero no para estar todo el día dormido en el trabajo… Ahora, espero que me digas que estabas con alguna mujer preciosa hasta el amanecer, la cual no te dejaba dormir con sus apasionados sentimientos.

—Cállate Victor, quiero dormir… Los apasionados sentimientos fueron los míos, anoche vimos una película de superhéroes, después de eso Nathan no quería dormir salvando a su damisela en peligro, el problema era que alguien tenía que hacer de villano. Así que jugamos hasta tarde, la peor parte fue que me divertí mucho.

—Así que jugar hasta tarde da resaca… ¿Desde cuando? 

—¿Desde que cumplí 30 y entré en la ancianidad?

—Ay, por favor, no somos viejos, solo estamos en la mejor etapa de nuestras vidas, tenemos trabajo, dinero, somos sexys…

—Ya cállate, suenas como el burro de Shrek.

—Orale, me ofendiste regacho— Dijo Víctor, imitando al personaje animado, sacando una carcajada en ambos.

—Ya, ya, además tú siempre estás en la mejor etapa de tu vida, cuando estábamos en el colegio, porque estábamos en el colegio, éramos guapos y teníamos dinero, en la universidad, porque estábamos en la universidad, éramos bellos y teníamos dinero, en fin, lo único que cambia es nuestra profesión y el sinónimo de bonitos.

—Bonito tú, querido, porque yo soy hermoso— Álex puso los ojos en blanco, pues esa pelea ya la tenía perdida —Hablando de cosas bonitas ¿Cómo vas con tu niñera?

—¿En qué sentido lo preguntas?

—En sentido honesto…

—Es una buena chica y ha conectado profundamente con Nathan, incluso me siento celoso de ella. Nunca pensé que tuviera que competir por el amor de mi hijo, con una desconocida.

—Ja,ja,ja,ja— Víctor no podía para de reír ante el comentario, no porque no le creyera, sino porque sabía exactamente de qué hablaba, él también se sintió alejado por su persona favorita —¿Ahora que hizo?

—Hace unos días estuvimos en el parque de diversiones, te conté ¿Recuerdas?— Víctor respondió afirmando con la cabeza —Bueno, como se durmieron tan temprano yo me puse a adelantar un poco de trabajo y me fui tarde a la cama, cuando Nathan despertó gritando por una pesadilla, por supuesto me puse de pie, y corrí a cuidarlo, y ella, ya estaba ahí, con él en brazos calmandolo… No me necesitaban… Fue duro.

—¿La misma pesadilla?— Preguntó Víctor con la diversión perdida, y la angustia se apoderaba de sus ojos.

—Sí, que Camila, lo haya abandonado en la puerta del edificio lo puso peor, está vez mojó la cama y estaba sudado. Step lo puso en sus brazos sin importar nada, lo acunó hasta que se calmó, y luego lo limpió sin hacerle ningún reproche ni preguntas, nada, era como si ella supiera que estaba sufriendo y solo le decía, no importa qué, estaré contigo, se lo llevó para su cama y ahora duermen juntos.

Los ojos de Víctor se pusieron vidriosos, tanta rabia contenida y frustración los desmoronaban, entendía porque su amigo no le había contado en el momento que pasó, aún así el sentimiento no se iba.

Para el moreno, esa mujer era innombrable, la odiaba con todo su ser, había sido tan cruel con el pequeño Nathan, que hacía preguntarse cómo una madre puede llegar a ser así.

No podía olvidar ese día, ni los que vinieron después de eso…

Flashback.

Los dos amigos se encontraban descansando en la casa del ojiazul, después de que habían logrado su primer proyecto en su propia empresa celebraron como lo hacían en la universidad, unos tragos en la noche, y videojuegos en la mañana.