—Mami, mami, despierta.
—No quiero cariño, ven a dormir conmigo... Es fin de semana, por favor.
—Pero tengo hambre— Hizo un puchero, ella estaba con los ojos hinchados por dormir hasta tarde, el pelo revuelto y muchas ganas de seguir durmiendo.
—Ok, voy a pedir room services —Ella se rascaba la cabeza mientras intentaba coordinar el resto de su cuerpo —¿Qué quieres comer?
—Cereales.
—Pásame el teléfono, por favor.
—¿Con helado?— El pequeño era muy listo.
—Puede ser, ¿Qué hora es?
—Es la una.
—¿De la tarde?— Ella se sentó automáticamente sobre la cama, como si fuera un resorte.
—Sí, mira— Le pasó el teléfono desde la mesa de noche.
—Buenas tardes, quiero pedir algo...
—No puedo creer que seas mentiroso, apenas son las once, y ya desayunó— Nathan se sorprendió al sentirse descubierto e hizo un puchero.
—¿En serio amor?— Preguntó Step al pequeño.
—Es que papá pidió brócoli para el almuerzo— Hizo mueca de disgusto —No quiero eso, mami estamos en un hotel ¿Y vamos a comer brócoli? ¡Es un crimen!
—Sí, tienes razón, pero eso no es excusa para mentir... Sí hubieras hablado con la verdad, hubiéramos podido evitar la tragedia, pero ahora estas castigado por tu primer delito.
—Lo siento mami— El niño se sintió mal y empezó a sollozar —No lo voy a volver a hacer, perdóname.
—Ven aquí— El pequeño fue a los brazos de su niñera.
—Lo siento, es que todos dicen mentiras yo solo pensé que no era malo.
—Bueno, que todo el mundo lo haga no significa que no sea malo, es que a veces la moral de las personas no está bien.
—¿Qué es la moral?
—¿Recuerdas que hablamos de la vocecita que está en tu cabeza?— Nathan afirmó con la cabeza —La moral, son esas normas que usa la vocecita para decirte lo que es correcto y lo que no.
—No entiendo.
—Si las normas no están bien, la vocecita no te dice lo que está bien de manera correcta, por ejemplo, las normas muestran que las mentiras siempre hacen daño, pero como todo el mundo lo hace, puede llegar hacerle creer que a los demás que está bien porque no quieren lastimar o muchas excusas más.
—¿O sea que no puedo decir mentiras nunca?
—Las vas a decir algún día, pero no es correcto sin importar qué, yo he dicho mentiras y estuvo mal, y además sufrí algo peor que comer brócoli.
—¿También te castigaron mami?
—Sí, muchas veces, son consecuencias de uno decir mentiras y de hacer cosas malas.
Alexander prestaba atención desde su posición, también se sentía mal, no solo porque había acusado a su propio hijo, también se sentía aludido.
—¿Qué te parece si por ser tu primera infracción después de que te comas el brócoli compartimos helado?
—¿Está bien?— Preguntó el pequeño, eso le hizo sonreír a Stephanie, era un buen chico y eso le daba esperanza en que sería alguien especial cuando creciera, después de todo los chicos listos pueden escoger el mal camino por aburrimiento.
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Una madre para Nathan.
Storie d'amoreNathan tiene apenas tres años cuando es abandonado por su madre, días antes lo ha secuestrado consigo para que su ex pareja y padre del menor le de dinero para sus "gastos personales". En el peor día de su vida conoce a Stephanie, una despistada y l...