Capítulo XXVII

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—¿Qué? ¿Tantos celos te dan que vienes a interrumpir otro almuerzo de trabajo?— Dijo cerca de ella, para que fuera la única que pudiera escucharlo.

—¿Perdón?— Step lo observó como si acabara de inventar el sarcasmo —¿Tú crees que soy tan infantil para hacerte drama de novela? No me voy a rebajar al nivel de tu amiguita, por favor no podría tener celos de alguien que no vale ni la mitad que yo.

—¿Entonces por qué estás aquí?

—Porque dejaste estos documentos en casa, los cuales son muy importantes para la empresa y lo que respecta a los contratos con esa empresa.

—Lo siento— Reconoció con vergüenza.

—Además a mi no me interesa atraparte usando a MI HIJO, cuando puedo seducirte con mi cuerpo —Le habló la corbata al desprevenido Alex y lo atrapó en un caliente beso de varios minutos.

Angélica veía asombrada y cada segundo aumentaba su rabia.

—¡ERES UNA PERRA!— Gritó exasperada.

—¿Yo?— Dijo Step después de interrumpir el beso, y fingía inocencia —¿Por ir por lo que quiero? ¿Eso me convierte en una perra?

—Alex dile algo— Chilló en vista de que no tenía palabras para responder.

—¿Me quieres?—Preguntó gratamente sorprendido.

—Solo tu cuerpo, no te emociones— Intentó retractarse, pero era demasiado tarde incluso para ser cobarde, así que cambió de tema —Por cierto, estás despedida por mezclar lo personal con lo profesional, estos contratos son una mierda y el verdadero presidente me pidió el favor que los revisara, y pues como ya sabes tu ni tu trabajo vale un centavo, porque te has dedicado a ser una estúpida.

—¿Disculpa?— Contesto iracunda.

—Aunque me pidas disculpas no hay discusión— Fingió inocencia aunque sabía que no era una disculpa real, sino una pausa decente para decir todo lo que pensaba, pero la contestación de Step solo la ofendió aún más.

—Mira imbécil— Angelica no podía aguantar más —Hazte un favor en la vida y ubícate en tu lugar, no eres nadie y aunque uses tu cuerpo para seducir al señor King como la golfa que eres, jamás podrás hacer que se haga cargo de tu bastardo.

—¿Qué? ¿A quien llamas bastardo?— Por fin Alex aterrizo y entendió a quién estuvo atacando todo ese tiempo, claro que de cierta manera quería usarla para darle celos, algo muy infantil de su parte al punto que no le dejaba ver lo que en realidad sucedía.

—Al niño por supuesto, sé que él no tiene la , pero es obvio ya que su madre anda buscando una fuente de dinero que le de un apellido.

—No sé con que clase de personas acostumbras a tratar, pero Stephanie no se parece a ninguno de ellos, en especial porque no necesita dinero o conexiones, es una persona simple que ama a ese pequeño con toda su alma, no veas fantasmas donde no los hay, pero en serio no te vuelvas a referir de manera despectiva, porque él si tiene conexiones y tanto dinero que te aplastará antes de que vulvas a abrir la boca—  Alex se estaba poniendo oscuro.

—Eso es cierto— Entro Kane, todo el tiempo estuvo cerca presenciando la escena, y poco antes estuvo a punto de defender a su hermanita, pero se contuvo un poco al ver a Alex defenderla y a su propio hijo, era el momento de hacer su entrada —Como no sabes quién es el padre, dejaré que tu ignorancia te consuma,

Alex no entendía quién era el recién llegado, se le hacía conocido, pero en el momento no se le ocurría quien podría ser, no conocía muchos chefs en su vida aunque hubiera participado en innumerables banquetes, aún así estaba a la expectativa del porqué de sus palabras.

Una madre para Nathan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora