Capítulo 5.

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Narra Aizawa.

Me encontraba saliendo de la UA luego de una pequeña reunión para organizar la prueba de admisión, la hora de almuerzo había pasado y no había dormido más de 2 horas por culpa de la vigilancia en la noche, pase a la primera tienda que vi y compré algunas cosas para preparar algo rápido en casa y comida para los gatos que habían camino a mi hogar.

Iba con las manos en los bolsillos cuando vi a una chica con mis pequeños, pues así era como trataba a los gatitos, traté de llamar la atención de los gatos de los cual solo el pequeño, y en cierta parte, mi favorito gatito negro venía, el gato maulló de manera distinta y en dirección a la chica con la que estaba, me pude dar cuenta del corte en su brazo, tenía también un golpe en la cara y otros en sus brazos, me acerqué a ella y el gato se volvió a sentar en sus piernas como tratando que no se fuera.

-¿Te encuentras bien? ¿Te duele el corte que tienes en el brazo?- la chica de pelo blanco y ojos azules me miraba con confusión y había levantado su brazo para comprobar lo anterior dicho.

"Con lo rápido que quería llegar a casa".- pensó Aizawa al ver a la chica frente a él llorar, había cerrado sus ojos con fuerza y había caído desmayada, aunque él la había logrado agarrar en el camino para que no se golpeara aún más.

-Vamos que tengo comida para ustedes, salgan de encima de ella.- Le dije a los gatos, que ya estaban acostumbrados a mí y entendían los que decía, así poco a poco se comenzaron a mover de las piernas de la chica, aprovechando que ya no quedaba ninguno alrededor la tomé en brazos y la recosté en la banca más cercana y que agradecí internamente que tuviera sombra.

Aproveché que la chica aún no despertaba para darle de comer a los pequeños, así como de curar y vendar la herida de la chica, aunque no era profundo, podía ver que en sus brazos tenían más de una cicatriz adornando su piel pálida, en el proceso de curarla vi algunos moretones y golpes rojos que había sido recientes, funcí el ceño y desvíe mi mirada a los gatos que descansaban en suelo alrededor mío y de la chica.

-¿Dónde...?- la chica preguntaba entre adolorida y cansada, la miré con un pequeño gato en mis brazos y sonreí levemente al verla con su pelo un poco revuelto, con sus ojos aún cerrados, se llevó la mano derecha para frotar sus ojos, tratando de despertar bien y adaptarse a la luz, cuando abrió los ojos se encontró con mi mirada y un raro sentimiento llegó a mi, provocando que desviara la mirada rápidamente.

-Resulta que te encontré aquí herida y te desmayaste, así que te traje a esta banca y esperé a que despertarás.- Dije mientras soltaba al gatito que estaba entre mis brazos previamente.

-Oh... lo siento por preocuparle y muchas gracias por su ayuda,- Dijo sentándose correctamente en la banca- si quiere puede sentarse aquí también- noté como desviaba la mirada y un leve sonrojo se apoderaba de sus mejillas pálidas, sonreí levemente y me senté a su lado.

Narra Hanako.

Al despertar todo daba vueltas aún, lo sucedido en casa, los gritos y ahora, este hombre de las vendas sentado en el piso junto con los gatos que antes estaban en mis piernas y alrededores. Claro, lo primero que hice fue pregunté donde estaba y pude ver como aquel hombre, el cual aún no sabía ni su nombre, me respondía con una leve sonrisa con una gatito en brazos, era una imagen que me causo ternura a pesar de lo vivido recientemente, me senté correctamente y le dije al hombre que podía sentarse a mi lado, ya que estaba sentado en el piso aún, desvié mi mirada al verlo tan fijamente y darme cuenta de la barba que empezaba a crecer en su rostro.

-¿Te duele algo? pensaba llevarte al hospital pero no vi nada grave como para hacerlo.- Respondió mientras cerraba sus ojos un poco y los volvía a abrir.

-No me duele nada, gracias por tu ayuda.-  Estiré mi mano para presentarme.- por cierto, me llamo Hanako.

-Aizawa, un placer- ambos estrechamos nuestras manos, cosa que se vio interrumpido por mis tripas sonando por comida.

-Creo que tienes hambre,- hubiera golpeado al hombre llamado Aizawa por la vergüenza del momento pero su cara de tranquilidad era la misma desde que el primer momento- la verdad es que yo también, quizás por eso te desmayaste, venga... vamos a comer algo.

-No me conoces de nada... aún así me ayudaste con mi desmayo, curarte, vendaste mi herida y además me estás invitando a comer algo, ¿es un poco raro no crees?-dije aún sorprendida por la propuesta.

-Puede ser, pero es mi labor como héroe proteger a la sociedad y que yo sepa, también eres parte de ella o estoy equivocado.- Se levantó, tomó una bolsa que estaba bajo la banca y guardo sus manos en los bolsillos de su pantalón- Bueno, quizás admito que lo de comer es un poco extraño, sí, pero prefiero asegurarme que comas algo y así aprovecho y no preparo nada en casa y tengo compañía, ¿qué te parece Hanako?

-Solo si antes me muestras tu licencia de héroe.- él acepto y sacó su licencia de su billetera para mostrármela.- siento ser tan desconfiada.

-Esta todo bien, ¿ahora si vamos a comer?- Sonreí y asentí, el hombre que tenía frente a mi, Aizawa, era un héroe profesional y me había ayudado cuando lo necesité, la verdad era agradable aunque su cara dijera lo contrario, esta era la clase de héroe que me gustaba pensar que sería.

-Acepto ir a cenar pero tu elige algo, no se muy bien aún ni donde estamos ni como llegué, esa parte aún es un poco borrosa.

-Estamos a unas cuadras del comercio,- dijo señalando la calle frente a nosotros- y para allá dijo señalando al sur- se encuentra la UA.

Asentí mientras trataba de recordar como luego llegar a casa, sabía que mis hermanos estarían bien al fin y al cabo el problema de Endeavor siempre era yo. Empecé a caminar junto a Aizawa, lo miraba de reojo tratando de observar más al pelinegro, caminaba con sus manos en el bolsillo y su cara seria, casi enfadada pero había algo más alla.

"ojalá volviera a sonreír" pensé mientras entrábamos al local que Aizawa había elegido, aunque jamás lo admitiría en voz alta, jamás.

Eres tu quien me salvó [Aizawa y tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora