Come a little closer.

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*HARPER'S POV*

Llegué al restaurante donde me quedé de ver con Tom. Me sentía emocionada de verlo otra vez.

Al entrar al restaurante vi su cabellera rizada y dorada, me paré junto a él y lo saludé.

-¡Hola Harper!- Se paró de su asiento y me abrazó. Olía delicioso y su cuerpo era muy suave.

-Hola Tom- Me tomé el atrevimiento de besarle la mejilla, acto que lo tomó desprevenido.

- Siéntate- Ajustó mi silla y me senté- ¿Quieres ordenar de una vez o esperamos?- preguntó caballerosamente.

-La verdad tengo tanta hambre que comería lo que sea- Me miró divertido, el mesero se acercó y Tom ordenó pasta, ensalada y vino tinto.

-¿Y que tal estuvo tu día?- Preguntó interesado mientras colocaba sus codos en la mesa y ponía su cabeza entre sus manos.

-¡Agh! No me hagas empezar- Me tiré hacia atrás en mi asiento.

-¿Qué pasó?- Preguntó intrigado mientras se acomodaba sus lentes que apenas me voy dando cuenta que lleva puestos y lo hace ver tan sexy.

-Han sido días exhaustos, entrevistas, más entrevistas y de nuevo entrevistas. Al parecer hoy ha sido la última, fuimos con Jimmy Fallon.

-¿Y te has divertido? Jimmy es una persona agradable.

-Si lo es mientras no meta sus narices de más- Me encogí de hombros y me incorporé- Ha sido muy inquisitivo cuestionandole a mis compañeros si alguno de ellos era mi pareja.

-¿Y alguno lo es?- Preguntó interesado.

Me acerqué a él a través de la mesa como si de un secreto se tratara y casi susurré.

-Estoy soltera Hiddleston- Regresé a mi asiento al tiempo que el mesero llegó con la comida- Provecho Tom- le sonreí mientras engullia mi pasta, él me miró divertido y también comenzó a comer.

La cena pasó demasiado bien, Tom era de las personas más amigables que había conocido y pasar el rato con él era muy agradable. Y un poco terca, insistió en pagar la cena con el argumento de que él me había invitado y bueno tenía razón, dejé el tema por la paz cuando acordamos que yo invitaba la siguiente vez.

-¿Dónde te hospedas?- El aire fresco de la noche golpeó mi cara, él metió sus manos al pantalón.

-En el centro- Me miró por lo que pareció ser horas, es alto, muy alto pero yo también lo soy. Le dediqué una sonrisa tímida, me estaba poniendo nerviosa y ansiosa de él.

-Te llevo- Ofrecí mientras caminaba hacia el estacionamiento.

-No, no es necesario. Puedo pedir un taxi, es tarde para que andes manejando sola.

-No voy a manejar sola, irás conmigo.

Seguía caminando y a regañadientes caminó tras de mi hasta llegar a mi vehículo, nos subimos en silencio y me acomodé para manejar, arranqué la camioneta y puse la radio bajito.

Me dio indicaciones de dónde estaba su hotel y al cabo de 15 minutos llegamos.

-Sano y salvo Hiddleston- Me volteé a verlo y apague el motor, él suspiró.

-¿No quieres quedarte y tomar una copa de vino?- Lo dijo tan atropelladamente que a penas y le entendí.

Pensé la idea por unos segundos, este hermoso ser me ofrecía pasar tiempo con él bebiendo vino caro. Podría ser todo menos tonta y esto iba a terminar bien.

En silencio nos bajamos de la camioneta, nos subimos al elevador. Estábamos cerca, su gran mano rozaba mi pierna y el toque era magnífico.

Lo vi de reojo y él también me estaba mirando, creo que no estaba malinterpretando las señales; entonces me aventé a él y lo besé. Al principio lo noté sorprendido y después me correspondió. Me tomó de la cintura y me pegó a él, el ruido del ascensor nos espantó y nos alejamos.

-Este es mi piso.

Me tomó de la mano y salimos de ahí para dirigirnos a su habitación. Mientras abría la puerta le iba dejando besitos en su cuello. Cuando pudo abrir la puerta se giro hacia mí y me besó apasionadamente y entre tropezones entramos a su cuarto, cerró la puerta con la pierna y me guío hacia la cama.

¿Íbamos rápido? No lo sé, ni siquiera me detuve a pensar nada, mis manos ya estaban quitándole la chaqueta y las manos de él rebuscaban el dobladillo de mi blusa, me sacó de ella mientras me seguía besando. Estaba sentado en la orilla de la cama y yo encima de él.

Me paré de casi un salto y me quité la falda. Me observó con ternura y tendió su mano hacia mi. Lo besé mientras seguía parada, metí mis manos en su pelo y daba pequeños tirones él gemía poquito.

Me agaché para desabrocharle el pantalón y cuando le quité toda la incómoda ropa iba a chuparle el hermoso falo entre sus piernas pero tomó mi cara y negó.

Sin decirme nada me ayudó a pararme y de repente el Tom tierno se había vuelto duro.

Me aventó a la cama y se puso encima mío, su erección picaba mi pierna que estaba envuelta en unas bonitas medias negras, transparentes.

Me volvió a besar y puso su mano en mi cuello posesivamente. Bajó sus besos de mis labios a mi mandíbula, después a mi cuello donde se entretuvo un rato mientras yo gemía.

Bajó a mis senos y los sacó del sostén negro que hacía juego con mis bragas y mi ligero. Los chupo, lamió y besó como si estuviera sediento de ellos.

Fue dejando besos mojados en mi estómago y luego en mi vientre y por fin bajó mi ropa interior. Besó mis muslos y abrió mis piernas introdujo su lengua moviéndola en círculos en mi clítoris después la lamía toda.

Estaba en el paraíso, mientras me hacía suya y entonces tuve mi orgasmo en su boca. Me encontraba respirando entre cortada y él se paró, buscó algo en su maleta y volvió a mi.

Rompió delicadamente el empaque de un condón y se lo puso, me miró unos segundos y yo asentí.

Se acomodó y me penetró, no se movió lo que pareció ser horas. Estaba desesperada y moví mis caderas entonces empezó el mejor vaivén que había experimentado.

Sus movimientos eran precisos y deliciosos. Al principio era el típico dentro fuera y posteriormente fueron círculos.

Quería tomar el control, quería montarlo así que me salí de él, me miró confundido pero se acostó y lo monté. Debo admitir que era de los mejores encuentros sexuales que he tenido. Hice mi cabeza hacia atrás dándole una vista completa de mi desnudo cuerpo.

Tomó mis pechos y los masajeó. Mi cabello bailaba haciéndome cosquillitas en la espalda y Tom me hacía sentir mariposas entonces se tensó y sentí que se venía.

Explotamos en un orgasmo al mismo tiempo, cuidadosamente me dejé caer en su pecho, estaba sudado y agitado al igual que yo.

-Linda- Me removió.

-Mhmm- Estaba adormilada, los latidos de su corazón eran como una hermosa canción de cuna.

-Necesito quitarme el condón- Rió.

-Voy- Respondí aún adormilada y me aventé al otro lado de la cama.

Lo sentí pararse, tardarse unos minutos y después regresó.

-¿Deseas agua?- Negué aún adormilada- Te traje una playera mía, está limpia por si deseas cambiarte o si quieres asearte el baño está allá- Señaló una habitación ignorando que casi no estaba prestando atención.

Mis pies me arrastraron al baño, me lavé la cara y me asomé por la puerta de este.

-¿Tienes algún cepillo de dientes extra?

-En mi maleta traigo uno, ya te lo llevo- Contestó desde la cama, se levantó y me dio el cepillo.

Me miró en silencio mientras me cepillaba los dientes.

¿Está todo bien?- Le pregunté cuando enjuagaba mi boca

-Ven ¿Por qué no te acercas un poco más?

Me guío a la cama, me acosté a su lado, mi cabeza descansó en su pecho y al fin pude quedarme dormida.

Cosas de Tres.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora