Beck.Negar vilmente que el resto de la noche anterior estuve con una sensación de emoción en mi estómago, sería como mentirme a mi mismo.
Sabrina despertó mil emociones que creí jamás sentir, a pesar de que me negaba a quererla ahora soy un joven rendido.
A la mañana siguiente desperté más emocionado que nunca, nada se interpondría en mi felicidad por mi reciente noviazgo con Sabrina.
Busque algo casual en mi armario, algunas de las cosas que And me compro en la tienda. Unos vaqueros café tono pastel, junto con una camiseta café obscuro y terminando con mis converse. Tome una chaqueta y fui directo a la cocina, solo había botellas de alcohol, mi madre tirada junto a un hombre.
Hice una mueca de asco, dispuesto a despertarla pero el claxon de Sabrina hizo que caminara felizmente hacia la salida.
Ella estaba tan hermosa como siempre, la salude con la mano pero ella me tiro hacia ella besándome. Oh... cuánto adoro estos besos
—Hola, hoyuelos.— un mechón rebelde caía en su rostro así que yo lo acomodé detrás de su oreja.
— Hola bonita.— hable en español.
—Me gusta cuando hablas en español aunque no te entienda ni mierda.— río.
—Pues déjame decirte lo preciosa que te vez, rubia.— ella sin entenderme me miró y sonrió.
—Vamos.— entre al auto y espere a que ella entrara— ¿ya desayunaste?
—No, aún no.— hice una mueca— no te preocupes estoy acostumbrado a no desayunar— le resté importancia.
Frunció el ceño e hizo una mueca de enfado— mientras estemos juntos comerás bien— condució a un Starbucks y cuando llego nuestro turno para pedir me miró.
Me encogí de hombros mientras jugaba con mis dedos— nunca había venido a un lugar así, no tengo idea de que debo pedir.— soltó una carcajada y pidió algunas cosas con nombres rarísimos.
Cuando llego la hora de pagar me adelanté a hacerlo, no lo permitiría, ella hace mucho por mi. A pesar de que eso eran mis ganancias de un mes quería hacerlo por detalle.
Después de la entrega del pedido ella condució tranquilamente hacía la escuela, yo disfrutando mi desayuno y ella simplemente tomando un café. Estábamos en silencio, nada incómodo, era agradable.
Al llegar estaba muy nervioso.
¿Y si Sabrina se arrepentía de que la vieran conmigo? ¿Y si se molestaba por que hiciera algo incorrecto? ¿Y si...
—¿Y si te callas?— interrumpió mi chica. Oh mierda, estaba pensando en voz alta.
—Yo.. perdón...— baje la mirada, Sabrina tomó mi rostro y me forzó a mirarla.
—Nada hará que me avergüenza de ti. Ahora somos uno, ¿si?— asentí, un poco más relajado y salí a enfrentar el mundo.
Ella se posicionó a mi lado, entrelazó nuestros dedos y caminó segura. Irradiaba felicidad, seguridad pero al mismo tiempo estaba nerviosa.
Comenzamos nuestro camino, robándonos las miradas de todos pero en especial sentí la mirada de Maximiliano, giré mi cabeza hacia su dirección y el estaba ahí con una sonrisa arrogante mientras asentía lentamente.
¿Por qué hacía eso? Sabrina también miró hacia su dirección y asintió lentamente correspondiendo a su sonrisa. No entiendo nada, absolutamente nada.
En la entrada nos encontramos a Adrián que sonreía divertido y miró a una castaña que tenía a su lado.
—Te lo dije, me debes 10 dólares.— estiró su mano. Ella soltó una maldición mientras le dejaba el dinero.
—Buenos días para ustedes también.— hablo la rubia.
—Si, como sea, hola Beck mucho gusto soy Madeline.— ofreció su mano y yo la correspondí tímido.
—El gusto es mío.
— A mi ya me debes conocer por que si no eres un imbecil. Cuida a mi rubia oxigenada si no quieres una patada en el culo.— sentenció Adrián.
—Y-yo
—Déjenlo tranquilo, por favor, es mi novio tienen que tratarlo como uno igual.
Novio... esa palabra salió tan natural de su boca que me dio escalofrío. Continuamos con nuestro día, ahora todos me saludaban y sonreían.
Al terminar las clases acompañe a Sabrina, tenia entrenamiento de porristas, me senté en unas gradas no tan retiradas y saqué mi vieja computadora. Ahí comencé a escribir el siguiente capítulo de mi historia, la escribía en español así que no tenía tantos lectores.
Debo confesar que Wattpad siempre a sido mi aplicación preferida y el género que suelo escribir varía dependiendo mi estado de ánimo. Anoche terminé de escribir un capítulo que iniciaba uno erotico pero no tenía ni la menor idea de que escribir.
Sabrina terminó su práctica y yo caminé a su lado acompañándola a las duchas, pero no mal piensen es obvio que la espere fuera de ellas.
Cuando salió me miró divertida y con un sonrojo notable, ¿estaba tan caliente el agua allá a dentro? En fin, interrumpió mis pensamientos cuando hablo.
—¿Vamos q mi departamento? Quiero mostrarte algo.— asentí mientras mi mente viajaba a los pensamientos más perversos.
—Por cierto, ¿que tanto hacías en tu laptop?— pregunto con tono curioso.
—Terminaba de escribir el capítulo de mi libro.— comente sin importancia.
—¿Escribes un libro?— la sorpresa en su voz era bastante notable.
—Si, en Wattpad.
—¿Wattpad?
—Una de las mejores plataformas para leer y escribir.
—Ya. ¿Tiene erotismo tu libro?— murmuró pervertidamente.
—Aún no, no tengo idea de eso.— que vergüenza me da hablar de esto.
—Bueno, por algo vamos a mi departamento.
Quede sin habla, santa mierda de las mierdas. No tenía planeado tener sexo ahora pero... puedo hacerla relajarse de la tensión en ella.
Pondré en práctica la teoría.
Nota de la autora.
Solo dire que el próximo capítulo se viene lo bueno, no juzguen que no soy una experta.
Estoy terminando de editar el 17 para subírselo hoy mismo.
Nos leemos en un rato.
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Un Cliché Diferente I y II
Teen FictionBeck, un chico común y poco atractivo para las chicas. Sabrina, una chica extravagante y considerada una diosa para los chicos. Polos opuestos y cero atracciones. ¿Las tutorias ayudarán a que el romance florezca? ¿Sabrina estará dispuesta a exper...