Beck.
—¡Pero si ya te dije que esta bien! — chillo por milésima vez.
—¡Y yo te eh dicho que no esta bien!, ¡el signo debe pasar de positivo a negativo cuando haces una igualación! — explique mientras señalaba en el cuaderno.
—¡Joder!, ¡eso ni sentido tiene!
—Si tiene sentido, es matemática sencilla
—¡Gracias!, no se hacer un puto curriculum pero tranquilo que se como despejar equis— bufó mientras golpeaba su libreta con un lápiz.
—¿No sabes hacer un curriculum?— cuestione confuso.
—No, ¿tú si? — me miró fijamente
—Bueno...En realidad no.
—¿Lo vez?, nos enseñan cosas inservibles— jugó con su cabellera rubia—Como sea... ¿Hiciste mis deberes?, debo entregar ese proyecto para mañana.
—Oh si... —Estire mi brazo para tomar mi mochila pero al hacerlo los moretones que quedaron gracias a él escarmiento de mi madre comenzaron a doler provocando una mueca de dolor en mi.
Intente disimular el dolor pero ella al ser muy observadora me miró curiosa.
—¿Por qué la mueca de dolor?, ¿pasa algo? — comentó mientras me observaba entero.
—No pasa nada— intente mentir pero nuevamente un dolor punzante me delató.
—Si, Pinocho, ¿que te duele? — se acercó a mí y alzó una ceja.
—Es solo un dolor en el abdomen, nada grave— me alejé pero ella volvió a acercarse.
—Déjame ver.
—¿Qué?
—Qué me dejes ver— rodó los ojos—quítate la camisa.
—N-no te p-preocupes—mis mejillas comenzaron a teñirse de rojo — y-ya e-eh dicho q-que no es nada g-grave.
—Ajá y yo te eh dicho que te levantes la camisa si no quieres que yo te la quite— abrí mis ojos tanto que sentía que se podían salir. Rápidamente me alce la playera dejando mi moretón a la vista de ella—Pero que mierda, ¿quién te hizo esto?
—N-nadie.
Oh tenía que mentir, ¿ya eh dicho que soy malo mintiendo? Mis manos tiemblan cuando digo alguna mentira. Joder, diosito, ayudame.
—No te creo una mierda, Black— dijo ella con una seriedad asombrante. Reuniendo todo el valor que tengo intente tranquilizarme y hablé.
—Cuando hiba de regreso a casa, un señor en motocicleta me robó mi celular— intente sonar seguro.
—Oh... ¿Lo logró?
—S-si, aunque puse resistencia y por ello quedé así—señale mi moretón.
—Que mal se te da mentir, Pinocho— su voz era burlona.
—¿Ah?
—Estas mintiendo. Tus manos tiemblan y eso te delata— rodó los ojos mientras se levantaba de su asiento— Vamos—comenzó a caminar hacia mí bici.
Sin saber a dónde camine rápidamente a su lado mientras ella se subía primero a lo bicicleta.
—Está vez yo conduzco, puedes abrirte la pequeña cortada que tienes ahí si haces mucho esfuerzo. Y por si te lo preguntas vamos a mi departamento a curarte, no puedo dejar que esa cosa siga morada— y sin más corto la conversación.
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𝒮𝒸𝒽𝓇𝒾𝒻𝓉𝓈𝓉ℯ𝓁𝓁ℯ𝓇
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Un Cliché Diferente I y II
Genç KurguBeck, un chico común y poco atractivo para las chicas. Sabrina, una chica extravagante y considerada una diosa para los chicos. Polos opuestos y cero atracciones. ¿Las tutorias ayudarán a que el romance florezca? ¿Sabrina estará dispuesta a exper...