II

865 109 75
                                        

Habían pasado casi cinco meses desde su fallida boda y todo parecía ir relativamente normal.

Tuvo una severa y larga charla con sus padres, luego otra con su mejor amigo, y pese a que ninguno estuvo de acuerdo con él en un principio, optaron por dejarlo en paz un tiempo, cosa que agradecía.

Su mejor amigo, HongJoong, entendió sus miedos y pese a que sus intenciones solo eran ayudarlo, también comprendió que el casarse para aparentar no era justo para ninguno de los dos.

Sus padres en cambio, parecieron entender que su hijo menor ya había tenido suficiente, MinGi realmente creyó que esta vez habían entendido cada una de sus palabras, que esto de buscarle un alfa proveniente de buena familia para casarse se acabaría aquí.

Bien, pues debió suponer que su paz no duraría eternamente, y es que su madre poco a poco comenzaba a arrastrarlo a cada evento social donde ella participaba, su padre no perdía la oportunidad de mencionar a uno que otro joven policía en quienes confiaba mucho, sus intenciones siempre fueron claras, pero MinGi simplemente sonreía y desviaba el tema en cuanto tenía oportunidad.

Se sentía como un premio destinado al mejor postor.

De todas formas, no importa cuántas personas conociera últimamente, pasaba su tiempo libre solo, o en compañía de alguno que otro omega cuando iba al estudio donde trabajaba de aprendiz. Acercarse a cualquier alfa se sentía... mal.

Es decir, mal como cuando su aroma le causaba molestia o disgusto al punto de hacer muecas involuntariamente, le provocaba cierta incomodidad, como si al hablar con cualquiera que fuese un alfa, ya sintiera a sus padres encima obligándolo a casarse porque podía ser "su última oportunidad"

Además, se irritaba fácilmente.

A su padre y hermano los toleraba, pues vivía con ellos, a JongHo... bien, con él no le quedaba de otra, pues desde el día en que todo se salió de control y volvieron juntos desde Incheon, su padre lo había "ascendido" y lo veía muy seguido, a veces creía que su nuevo puesto implicaba tenerle un ojo encima todo el tiempo, pero lo descartó cuando la semana pasada pudo irse de fiesta con compañeros del trabajo y nada ni nadie impidió que un par de alfas molestos se acercaran e intentaran propasarse.

Lo bueno de ser hijo del jefe de policía de una ciudad tan grande, es que omega o no, había aprendido a defenderse y a no dejarse llevar por sus instintos, era difícil aún, pero hasta la fecha, solo su padre conseguía utilizar su voz de mando en él.

También había aprendido a sacarle provecho a su aspecto, y es que su apariencia distaba mucho de ser la de un omega tradicionalmente frágil, pequeño y sumiso, por lo que en lugar de odiarse a sí mismo por no cumplir las expectativas de la gente, agradecía todos los días el ser diferente e inspirar cierto respeto justo como su padre lo hacía.

—Entonces... conocí a este chico, ya sabes, y me pidió que me mudara con él.

Alguien estaba hablando con él, pero no estaba prestando atención en absoluto.

—¿Ah si?

HongJoong suspiró y negó con la cabeza mientras sonreía.

—Estás muy distraído... sabes, no quiero que las cosas sigan incómodas entre nosotros, quiero decir, solo quería ayudarte.

MinGi suspiró y le dio una suave sonrisa a su acompañante.

—Lo sé, pero ya hablamos sobre esto —murmuró desviando la mirada hacia el teclado bajo sus manos—. Y no hay nada incómodo entre nosotros, seguimos siendo mejores amigos ¿no?

—Por supuesto, y sé que ya me disculpé muchas veces, pero realmente lamento no haber considerado tus sentimientos en todo esto, o bueno... tal vez lo hice solo que no de la forma correcta.

Like a Masala Chai [YunGi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora