Like a Masala Chai [YunGi]

XX

—MinGi...

—¿Mmm?

—Todo saldrá bien, ella te amará.

—¿Y si no lo hace?

—¿No estabas muy confiado antes de venir aquí? —preguntó juguetón.

MinGi hizo una especie de mueca y entonces se encogió de hombros antes de hablar—. Era una manera de prepararme y darme ánimos a mí mismo, ya sabes.

YunHo simplemente lo miró con ojos cargados de amor y la sonrisa más cálida que podía dar. Entonces tomó las manos ajenas entre las suyas y les dio un suave apretón.

—Oye, ya tienes a dos Jeong en tu bolsillo —comentó intentando transmitirle confianza con una sonrisa—. GunHo pregunta por ti cada que puede. No sé qué truco sucio usaste, pero le agradas.

MinGi fingió ofenderse con eso y pronto estaba golpeando con suavidad al joven alfa frente a él en el hombro con su puño—. No usé ningún truco, fueron mis encantos —recriminó frunciendo levemente el ceño.

—Claro, tienes mucho de eso.

—Pero dudo que funcione hablar de animé con tu abuela —murmuró hundiéndose una vez más en su asiento.

La simple idea logró hacer que YunHo riera.

MinGi tenía un punto ahí, y es que su abuela si bien era alguien encantadora, también podía ser... aterradora. Tanto como una mujer de mediana edad podría serlo.

—Traes muchas flores para ella, tienes a su nieto favorito tan enamorado de ti, que bastará con una sonrisa tuya y estará invitándote a venir en cada oportunidad que tengas.

—No creo que seas su favorito —respondió casi en un susurro.

—No puedo creerlo, de todo lo que dije ¿vas a quedarte con eso?

MinGi suspiró y entonces desvió su mirada, sintiéndose incapaz de ver esos ojos que tanto quería.

—Es solo que... no quiero causar una mala impresión a la mujer que te ha visto crecer ¿si entiendes? —preguntó en tono bajito, sintiendo que su ansiedad parecía querer sumarse al momento—. Con tu hermano tuve suerte, ni siquiera sé por qué le agrado.

YunHo sonrió con ternura una vez más antes de bajarse del coche, dejando a un MinGi algo confundido cuando su compañía dentro del vehículo había desaparecido solo para aparecer a su otro costado, abriendo la puerta y tomándolo de las manos sin darle espacio a reaccionar del todo.

Bueno, al menos lo había sacado del auto, estaban progresando.

MinGi se dejó guiar por YunHo, tratando de controlar los nervios que lo invadían. La casa de los Jeong era grande y acogedora, con un jardín delantero que estaba lleno de flores bien cuidadas. MinGi pensó que quizás podría usar eso a su favor, al menos para romper el hielo.

—¿Estás listo? —preguntó YunHo, apretando suavemente sus manos.

—No realmente, pero no hay vuelta atrás, ¿verdad? —respondió MinGi con una pequeña sonrisa nerviosa.

—Exacto. Vamos, lo harás genial —una última mirada cariñosa y un beso robado después, ambos cruzaron la puerta, siendo recibidos con el delicioso y acogedor aroma a comida casera.

Una vez dentro, MinGi solo podía imaginar cómo era la mujer a la que tanto miedo le tenía. Ni siquiera miró a su alrededor, de haberlo hecho, habría notado la cantidad de fotografías que decoraban las paredes y gran parte de los muebles. Habría notado las lindas flores frescas que había en una mesa de centro y los lindos artilugios decorativos que le daban cierto toque característico al hogar.