XV

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—¿Y dices que yo soy un mal perdedor?

YunHo simplemente sonreía mientras le entregaba su tarjeta a la recepcionista que parecía más que feliz de recibirla para procesar el pago de la habitación. 

—No sé de qué hablas.

—El hecho de que yo pagara la comida no es motivo para que pidieras la habitación más costosa en un sitio que a primera vista, ya parece caro —refunfuñó MinGi con los brazos cruzados—. Además, pagaste por el resto de cosas que comimos durante la tarde mientras paseábamos por la playa, no es justo. 

—MinGi, es solo dinero, no es importante —comentó con calma, pero su sonrisa divertida se suavizó cuando vio como su acompañante parecía realmente preocupado por el asunto, así que sin pensarlo demasiado, con su mano, revolvió su cabello como si se tratara de un niño pequeño—. No pienses en lo de la veterinaria, lo solucionaré.

—¿Qué hay de los chicos? —sonaba un poco angustiado, pero sabía disimularlo muy bien.

—Procuraré encontrar algo para ellos primero, no tienen que verse arrastrados en todo esto.

—Lo siento —murmuró MinGi sin verle a los ojos.

YunHo estaba por decirle que no había nada por lo que disculparse hasta que la recepcionista los interrumpió.

La joven beta le entregó su tarjeta junto con las llaves de la habitación mientras sonreía y les deseaba una grata estadía.

Para cuando YunHo le agradecía, MinGi ya se encontraba esperando el ascensor. Un aura algo sombrío había reemplazado la vibrante energía que tenía hace apenas unos minutos.

El ceño fruncido, siendo ahora lo que más destacaba en lugar de la gran sonrisa que tuvo durante todo el día.

YunHo realmente creyó que podría aplazar la charla sobre lo ocurrido, al menos hasta el día siguiente cuando estuviesen de regreso en Seúl, pero el picor de la canela en su nariz le dejaba en claro que tendrían que hablar de eso esta misma noche.

Con un suspiro, se acercó hasta donde se encontraba MinGi y en silencio, ambos subieron al ascensor junto a dos omegas que parecían no ser capaces de controlar sus feromonas una vez dentro.

¿Estarían ebrias?

Había un fuerte y empalagoso olor a frutilla junto a uno que podría describir como malvaviscos, no eran realmente repugnantes, pero eso no significaba que fuese de su agrado, MinGi en cambio parecía más relajado, como si tener a otros omegas cerca lo apaciguaran.

Observó con curiosidad a las dos chicas que parecían debatirse entre mirarlo a él o a su novio, estaban sonrojadas y cuando una de ellas notó que YunHo las miraba, rió bajito y escondió su rostro en el hombro de su amiga, esta, cubriéndola mientras se disculpaba en un susurro por el alboroto.

Oh, mierda, una de ellas estaba entrando en su calor.

Por eso las feromonas eran tan malditamente fuertes en ese lugar.

No pudo evitar fruncir el ceño pensando en la irresponsabilidad de ambas al salir a exponerse de esa forma aún cuando era evidente que una de ellas pronto estaría toda afiebrada y necesitada.

¿Y si no hubiesen llegado a tiempo al hotel?

¿Y si alguien hubiese querido aprovecharse de su vulnerabilidad?

Aunque... ¿qué diablos le importaba a él?

Sin querer ser demasiado evidente, se acercó aún más a MinGi y entrelazó su mano con la ajena e inhaló profundo, el aroma a cardamomo siendo el que más destacaba para él aún entre el dulzor que parecía acaparar todo el ascensor.

Like a Masala Chai [YunGi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora