—Estás siendo muy infantil ahora mismo.
MinGi continuó caminando de brazos cruzados, en silencio y para sorpresa de YunHo, directo hacia su auto.
¿Es que acaso nunca tendría paz?
—MinGi... —dijo casi suspirando su nombre, se sentía tan frustrado ahora mismo, era como lidiar con el berrinche de un niño.
—Dijiste que no me traerías a un hospital —le recriminó—. Y en cambio, despierto y me encuentro con cosas conectadas a mi brazo y en una puta camilla.
Bien, sí, había mentido, pero era por su bien, necesitaban sacar eso de su cuerpo, ni siquiera sabían qué droga extraña le habían puesto a la cerveza y si traería consecuencias más tarde.
—Con lo que habías hecho era suficiente, no necesitaba que me trajeras aquí —se quejó otra vez.
MinGi realmente parecía muy molesto y YunHo no pudo evitar preguntarse si tendría que lidiar con ese carácter por otra hora más, porque sinceramente, no sabía si sería capaz de manejarlo.
—Soy veterinario MinGi, no doctor, no bastaba con que tomaras agua y ya —se detuvo frente a su coche sin abrir ninguna de las dos puertas, enfrentando a MinGi con la esperanza de que terminara su berrinche y cada uno pudiese seguir con lo suyo—. No sabíamos qué cosa te dieron y lo más sensato fue traerte aquí.
—Me mentiste.
—Sí, pero lo hice por tu bien —maldijo en voz baja y se tomó el pelo con ambas manos—. ¿Qué es lo que realmente te molesta tanto?
MinGi le observó con enfado y finalmente dejó escapar un suspiro.
—Venir hasta aquí es darle la razón a todos los que creen que no soy capaz de cuidarme a mi mismo —confesó apoyando su espalda contra el vehículo—. Cuando sepan quién soy por mi apellido y eso, tarde o temprano esto llegará a oídos de mi padre y quizá ahora sí consiga un guardaespaldas... o quién sabe, quizá no pueda salir de casa en un tiempo.
YunHo escuchó atentamente cada palabra y entonces en un impulso que no logró detener a tiempo, le dio dos palmaditas a su acompañante en la cabeza como si no fuesen prácticamente de la misma altura.
—No te preocupes por eso, no lo sabrá... al menos, espero que no.
Recibió una mirada confusa y aún algo molesta en respuesta.
—Digamos que mentí un poco ahí dentro mientras estabas inconsciente por el efecto de la droga —murmuró ahora yendo en dirección a la puerta del conductor, dejando al otro chico ahora más confundido y curioso.
MinGi se subió del lado del copiloto sin preguntar en cuanto las puertas se desbloquearon.
—¿Mentiste? ¿En qué otra cosa?
Decidió ignorar el comentario desdeñoso del chico a su lado.
—Bueno... no sabía dónde tenías tu identificación y no iba a tocarte estando inconsciente, así que solo dije que somos una inocente pareja que iba por una par de tragos y en un descuido por ir al baño, al regresar estabas raro y decidí traerte aquí —narró con calma antes de encender el coche—. Les dije que no recordaba el nombre del lugar porque me sentí muy asustado y solo pensé en traerte a urgencias.
MinGi escuchó atentamente todo y lo miraba como si el ser humano a su lado fuese lo más raro pero sorprendente que haya visto en la vida.
—Así que... tuve que actuar un poco histérico ahí, agradezco que estuvieras dormido —bromeó en un intento por aligerar la tensión entre ellos—. ¿Qué? ¿Estuvo mal? —preguntó sintiendo la pesada mirada de MinGi sobre él—. Lo siento, fue lo que pude pensar en el momento para evitar que hicieran tantas preguntas.
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Like a Masala Chai [YunGi]
Fiksi PenggemarMasala Chai se traduce literalmente como té con especias. Se trata de una infusión con una fragancia cálida y sugerente, con un sabor estimulante, ni muy picante ni muy sazonado. Masala Chai fue el apodo que recibieron cada que estaban juntos en al...