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Mierda

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Mierda

Chifuyu en serio pensó que podría con todos estos tipos.

Su orgullo le estaba dando una mala jugada.

Eran unos diez tipos, ni siquiera eran muy buenos peleando, pero vamos, diez contra uno es un poco injusto, Chifuyu era fuerte pero se estaba cansando y le estaban dando una paliza.

"No doy más" pensó luego de recibir un puñetazo en su cara y quedar de rodillas en el piso.

—Te voy a romper la cabeza.- dijo con una sonrisa el líder de la pandilla mientras se acercaba con un palo.
El rubio respiro hondo, ya no le quedaban fuerzas, no podría ni siquiera intentar levantarse para seguir peleando.
Ahora mismo quería llegar a su casa y dormir mil horas con su gato.

— ¿Armados y en grupo contra uno solo? Menudos idiotas.- escucho una voz grave, ya la había escuchado hace un par de horas, miró detrás del líder de la pandilla y ahí estaba el nerd del pelo lamido ¿Qué hacía acá? Sólo iba a salir lastimado.

— ¿Y tu quien mierda eres?- dijo el líder girándose al pelinegro con rabia, este miró a Chifuyu y le sonrió.

— Ya envíe la carta ¡Gracias!- dijo con total normalidad, Chifuyu lo miró incrédulo ¿Qué mierda hacía?

— ¡¿Me estás escuchando?!- grito el líder mientras agarraba al pelinegro del cuello de su camisa, este seguía sonriendo como si nada.

— Vine a ayudarte en agradecimiento.- dijo mirando nuevamente a Chifuyu, el rubio simplemente lo miraba atónito, no entendía por qué estaba ahí hablando como si nada mientras el otro tipo lo tenía agarrado de la camisa. Lo van a hacer mierda.

— Idiota! ¡No te metas!- le gritó Chifuyu, lo que menos quería es que alguien que no tiene nada que ver con esto saliera herido y a este nerd lo van a moler a golpes.

— Hijo de puta ¡Mírame!- el líder iba a golpearlo, pero el pelinegro de un solo puñetazo hizo que se estrellara con el muro y quedara medio inconsciente. Los demás de la pandilla retrocedieron dos pasos de la sorpresa.

— ¿De un golpe?- Chifuyu murmuró sin creer lo que veía ¿De donde salió este tipo? ¿Quien era?

El pelinegro se sacó sus anteojos y se deshizo del moño q llevaba. — Soy el capitán de la 1.ª división de la Tokyo Manji ¡Baji Keisuke!- dijo con una sonrisa mientras juntaba su puño con la palma de su otra mano.

De un movimiento rápido comenzó a golpear a los que antes golpeaban a Chifuyu, no hizo mucho esfuerzo los imbéciles iban cayendo uno por uno como si fueran hojas de papel. Había subestimado a Baji, él tenía demasiada fuerza.

Acabó con todos él solo y en un par de minutos, Chifuyu lo miraba sorprendido, aún estaba de rodillas intentando recuperar el aliento cuando Baji ya había terminado.

— ¡Escuchen imbéciles!- gritó Baji mirando a todos los que estaban en el suelo quejándose de la golpiza que habían recibido. — Si golpean a uno de mis amigos, mi pandilla entera vendrá por ustedes.- Chifuyu se levantó quedando detrás de Baji. — Y que no se les olvide, este tipo es mi amigo.- dijo señalando a Chifuyu.

El rubio lo miró sorprendido, apenas si se conocen y lo llamó amigo, además de haberlo salvado de una tremenda golpiza.

Todos se levantaron del suelo como pudieron y se fueron corriendo ¡Ese tipo era un monstruo!

Baji Keisuke era genial

Chifuyu por primera vez le pareció alguien genial, por primera vez pensó que tenía que tenerle respeto a alguien y por primera vez decidió seguir a alguien y ese alguien seria Baji Keisuke.
No le dio muchas vueltas al asunto, fue un pensamiento rápido, sólo habían cruzado un par de palabras pero a los ojos de Chifuyu, Baji era genial y lo seguiría a todos lados de ahora en adelante.

Baji Keisuke se giró hacia Chifuyu con una sonrisa, el rubio seguía mirándolo con maravilla.

— Matsuno Chifuyu ¿Te gusta el peyoung yakisoba?- preguntó mirándolo a los ojos.

— ¿Eh? ¿Si?.- Chifuyu asintió una vez y Keisuke sonrió con más ganas.

— Te invitó a comer uno- Chifuyu le sonrió y asintió acercándose a él para seguirlo.

Resulto ser que vivían en el mismo edificio, Baji vivía en el quinto piso y Chifuyu en el segundo.

El rubio acompañó a Baji hasta su departamento, era igual al de él, no era muy grande, pero era suficiente para dos personas.

— ¿¡Eh?! Ahora sólo queda uno ¡Mamá!- gritó Baji al ver que quedaba sólo un peyoung yakisoba.

— ¡No te enojes conmigo! Es para que los dos comamos.- gritó su madre de vuelta, desde seguramente su habitación.

Chifuyu escondió su sonrisa.
— N-no te preocupes, yo no quiero...- dijo para no crear discusión.

Baji suspiró. — ¿Lo compartimos?- preguntó con media sonrisa la cual Chifuyu respondió y asintió.

 — ¿Lo compartimos?- preguntó con media sonrisa la cual Chifuyu respondió y asintió

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