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—Baji Keisuke le recuerdo que usted estuvo a punto de ser expulsado así que más cuidado con lo que hace. - dijo una profesora.
—Si, señora. - respondió y la profesora se fue murmurando. — Vieja qla sapa. - susurró una vez que la mujer desapareció de la vista.
Baji bajó de donde tenía a Chifuyu y este comenzó a reír.
Contexto, se arrancaron de clases y se pusieron a correr por los pasillos, bueno Baji perseguía a Chifuyu, el cual reía sin parar, cuando Baji por fin lo alcanzó estaban en el segundo piso.
Chifuyu se apoyó en la baranda que daba hacia la cancha que estaba abajo y Baji se acercó a él.
—Mira afírmame. - dijo Chifuyu mientras se ponía de puntitas, dándole la espalda a la baranda y se tiró hacia atrás una vez que Baji lo agarrara fuerte de la cintura.
—Estúpido te suelto y te caes del segundo piso. - dijo e hizo como si lo soltaba, Chifuyu se asustó y pegó un grito, pero luego comenzó a reír.
En eso apareció la profesora y pensó que Baji estaba haciendo eso para amenazar al rubio, aunque, si era peligroso aunque hubiera sabido que eran amigos.
A Baji no lo expulsaron gracias a su insistente madre y a la madre de Chifuyu quien exageró un poco lo que habían dicho los niños sobre Chifuyu, diciendo que de antes que lo molestaban, todos sabían que no era así, pero esas dos mujeres daban realmente miedo por lo que él director accedió a simplemente dejarlo con suspensión un par de semanas.
Ahora los dos habían vuelto a clases hace una semana y todo iba igual que antes, casi igual.
Baji al hacer que Chifuyu se parara correctamente, quedaron demasiado cerca, además que Baji aún afirmaba la cintura del rubio.
Chifuyu aún reía, pero Baji lo miraba serio.
—¿Qué pasa?. - preguntó Chifuyu al notar que Baji no dejaba de mirarlo.
El pelinegro se acercó aún más y el corazón de Chifuyu comenzó a latir más rápido. —Nada. - tarareó y miró los labios de Chifuyu, el rubio lo empujó con fuerza y justo sonó la campana.
—Ya para. - dijo serio. — Vamos a buscar nuestras cosas, quiero comprar dulces. - hablo esta vez con una sonrisa mientras comenzaba a caminar.
Baji lo siguió obediente y con una sonrisa.
A eso nos referimos con casi igual. Baji hace cosas como esas que ponen los nervios de punta a Chifuyu y este no logra entender el porqué.
Una vez que Chifuyu tuvo sus dulces se fueron a la azotea del colegio, ya que no querían irse todavía a su edificio todavía.
Se sentaron en el suelo, apoyando su espalda en la pared y Chifuyu comenzó a comer mientras le pasaba a Baji aunque a él no le gustaran.
Chifuyu sentía como Baji lo estaba mirando desde hace un rato, pero no quería girarse a verlo.
