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Este era el tercer callejón al cual entraba y no veía rastro de Chifuyu, iba a seguir caminando, pero recordó que en este había una pequeña calle sin salida al final.
Comenzó a caminar y se dio cuenta que había un plato con leche y otro con agua, significaba que probablemente Chifuyu anduvo por aquí. Siguió caminando y antes de llegar a la pequeña calle escuchó unos sollozos, por instinto caminó más rápido y giró en el pasaje.
Se quedó estático, no se esperaba para nada una escena así, no podía ponerle nombre al sentimiento que tenía ya que no lograba entender cómo pasó esto. Estaba confundido, un poco enojado y mayormente preocupado por el estado de Chifuyu.
Se acercó cauteloso, sus pies se movieron solos ya que él realmente estaba en shock.
Chifuyu aún estaba abrazándose a él mismo, mientras sollozaba. Sintió que alguien tocaba su hombro y se giró asustado, no quería más, sólo quería llegar a su casa, suplicaba que no fueran los tipos que habían vuelto. Pero era Baji, no podría haberse sentido más aliviado en ese momento, realmente sentía que podía descansar ahora, pero tenía que explicar lo sucedido y Dios realmente estaba cansado.
— Baji-san. - susurró y Baji se acercó sin pensarlo y lo abrazó. Se culpaba por no haber estado ahí, Chifuyu no dejaba de llorar y se sentía una mierda por no saber que hacer para calmarlo. — Llegaron de la nada, n-no los conocía. - explicó alejándose del abrazo, Baji mantenía sus manos en los hombros del menor. — Eran muchos y hicieron esto. - señaló hacia el animalito, pero Baji hizo que lo volviera a mirar. — ¿Por qué no soy cómo tú? si hubiera sido como tú, no hubiera pasado esto, yo estaría bien, él estaría bien. - Baji se dio cuenta que la respiración de Chifuyu estaba muy alterada, Chifuyu en si estaba muy alterado, le preocupaba. — Todo esto es mi culpa, perdón Baji-san soy un asco, ni siquiera puedo cuidarme a mi mismo ¿por qué no puedo ser como tú? Es mi culpa. - Chifuyu comenzó a repetir que era su culpa y Baji lo miraba con desesperación no sabía que hacer.
— Estás híperventilando . - murmuró asustado. — Chifuyu cállate. - dijo firme y el rubio lo miró aún con su respiración alterada. — Mírame, respira hondo ¿si? . - Chifuyu asintió asustado e intentó controlar su respiración. —Así ¿ves? muy bien. - dijo luego de un rato, aliviado cuando Chifuyu pudo controlar su respiración y relajarse un poco. —Ven acá. - lo volvió a abrazar y le dio un beso en la cabeza. — No es tu culpa Fuyu. - dijo mirando al gatito, no pudo evitar que algunas lágrimas salieran de sus ojos.
¿Cómo había gente tan cruel? se preguntaba, realmente no lo entendía, no podía seguir aquí con Chifuyu, tenía que curar sus heridas y hacer que descansara.
Se alejó del abrazo y vio la mochila de Chifuyu llena de tierra. —No mires hacia otro lado, sólo aquí. - dijo mientras apuntaba el suelo, sabía que si volvía a ver al gatito se pondría mal nuevamente. Se levantó y juntó las cosas de Chifuyu mientras aún algunas lágrimas saladas caían por sus mejillas, pasó su mano por su nariz y se puso la mochila en un hombro para luego acercarse nuevamente a Chifuyu. — Vamos, ven. - dijo mientras hacía que se parara, notó que la camiseta tenía demasiada sangre, se asustó por lo que levantó la camiseta y notó unos cortes, no eran tan profundos, no salía sangre ya, pero eran varios, era de todas formas preocupante.
