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Narrador Chifuyu

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Narrador Chifuyu

Conocí a Baji-San en la escuela de pura casualidad, creí que era un nerd, pero ni siquiera sabia escribir tigre, no entendía porqué se vestía así, como si intentara aparentar ser inteligente. Luego de que lo conocí un poco mejor entendí el porqué, no quería repetir el curso y hacer llorar a su madre, pero el problema es que, aún que se vistiera así e intentara poner mayor atención en clases le seguía yendo mal.

Ya había pasado un mes desde que me salvó de la paliza de esos tipos, que por cierto ahora no les he visto ni la nariz.
Nos hemos unido bastante, en la escuela estamos juntos en los descansos o en las clases que tengamos juntos y las tardes me las paso en su departamento o él en el mío.

Baji-San me contó que está en una pandilla, la Tokyo Manji y que él es uno de los fundadores, me pareció genial. La pandilla para Baji-San es muy importante, no me lo ha dicho pero cada vez que habla de lo que ha hecho con sus amigos un pequeño brillo se ve en sus ojos, es raro, un tipo tan rudo como él es a la vez muy sensible.

— No entiendo ¿Por qué no vamos a dar una vuelta? Estoy aburrido.- dijo Baji-San que estaba sentado en el suelo de mi habitación intentando hacer unas tareas mientras yo leía un manga.

— ¿No dijiste que habías prestado atención en esa clase?- dije mirándolo desde mi cama, Baji frunció el ceño y miró hacia otro lado.

— No molestes.- rodé los ojos y bajé de mi cama para ayudarle.

— Te ayudo, no es tan difícil.- me senté a su lado para leer la tarea, era de literatura. Él me miró y suspiró mientras se tiraba de espaldas al suelo. Mostré una pequeña sonrisa, él en serio odiaba hacer tareas y por eso se colaba en mi departamento para que yo lo ayudara.

Luego de unos minutos que le expliqué y le ayudé a terminar la tarea, me miró con una sonrisa.

— Genio.- me dijo y sentí como mis mejillas se teñían de un color carmesí, siempre que lo ayudaba decía algo así.

— Baji-San no era tan difícil.- dije mientras me levantaba a abrirle la ventana a, ahora Peke J, mi gato.

Yo lo había llamado Excalibur pero resultó ser que Baji-San también cuidaba de él y le había puesto otro nombre, claramente se burló del nombre que le había puesto, al igual que mi mamá.
Dijo que no podía ponerle un nombre tan humillante a un gato, así que hicimos una competencia.
Pusimos a Excalibur Peke J en medio de los dos y empezamos a llamarlo por el nombre que cada uno le había puesto, al que le hiciera caso se quedaba con ese nombre.
Ganó Peke J pero estoy seguro que Baji hizo trampa, lo miré feo por dos días y él solamente reía mientras se burlaba del antiguo nombre.

Iba a ofrecerle a Baji-San ir a dar una vuelta y pasar a comprar peyoung yakisoba, pero justo cuando iba a hablar el teléfono de él sonó.

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