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Seungcheol se sentía un poco culpable de haber hecho que el omega entrara en celo justo en el día de su cumpleaños y en el día en que finalmente se entregaba por cuenta propia, sin embargo, estaba disfrutando de ese omega juguetón que en ese momento estaba mordiendo su barbilla.

Podía distinguir esa sonrisa y esos ojos traviesos mientras el omega lo hacía, disfrutando del jugueteo, Jihoon comenzó a gruñir y cada vez sus dientes se clavaban más en su barbilla, como si esta estuviese intentando escapar.

—J-Jihoonie... eso duele agh.

El omega no respondió, continuó gruñendo feliz, soltó de la barbilla y Seungcheol aprovechó a separarse, rió suave al ver la carita molesta del omega. El alfa arrugó la nariz juguetonamente y se volvió a acercar para frotar su nariz en el cuello y dejar alguno que otro beso cerca de la marca, aún podía escuchar los gruñidos de Jihoon. El bajito comenzó a reír, una melodía que agitó el corazón de Seungcheol.

—Precioso, cálmate, harás que el nudo te lastime— dijo al sentir que Jihoon estaba demasiado inquieto bajo su cuerpo.

—Más, alfa— pidió intentando hacer un vaivén con sus caderas, pero estaba siendo demasiado torpe.

—Aún no se desinflama, no puedo.

—¡Más alfa!— pidió fuerte con alegría.

Seungcheol estaba contento de que el omega estuviese demasiado feliz y juguetón, eso demostraba que se sentía amado y en confianza, haciendo lo que usualmente no haría con la personalidad tímida y tranquila que normalmente tiene.

—Más, más, más, más, más...— comenzó a decir interminables veces.

Un suave gruñido salió del fondo de la garganta de Seungcheol, obteniendo que Jihoon se callara para gruñirle de igual forma. Sus narices comenzaron a frotarse mientras sus gargantas vibraban en gruñidos, a veces Seungcheol dejaba un beso en ella y Jihoon se lo devolvía también en su nariz.

Fue cuestión de minutos para que el nudo se desinflamara y en cuanto el omega sintió que su ano ya no se sentía expandido y tan apretado, comenzó a moverse. El alfa no necesitaba esperar para endurecerse una vez más, simplemente comenzó a embestir como Jihoon lo estaba pidiendo desde hace rato.

—Ah ah ah— sonaban los gemidos de Jihoon, disfrutando de su alfa.

Sus pieles sonaban eróticamente por el fuerte chocar, su sudor se combinaba junto a sus fluidos, haciendo todavía un mayor desastre en sus cuerpos. Estaban disfrutando del sexo, de hacer el amor y demostrárselo con besos y caricias en medio del acto.

Jihoon consiguió que una de sus manos escapara del agarre del alfa y enterró las uñas en la espalda, aprovechando que Suengcheol tenía ligeramente la cabeza levantada para poder morder su cuello en un pequeño pellizco, dejando una pequeña marca que adoraría toda la noche y que la haría todavía más grande hasta que su celo acabara.

Con tanto placer que Jihoon recibía, volvió a correrse sobre su abdomen, humedeciendo de igual forma el de Seungcheol; comenzó a apretar su ano, el cual palpitaba por el reciente orgasmo, y eso hacía que el pene del alfa fuese oprimido de una forma maravillosa, como nunca antes lo había sentido.

Seungcheol continuó embistiendo aumentando el ritmo, todavía estaba demasiado lejos de su orgasmo, pero los gemidos de Jihoon, su apretado cuerpo, sus mordidas y su forma de manosearlo, definitivamente apresurarían aquel proceso. Tomó los labios del omega, tragando los gemidos que tanto le fascinaban, así como las cortas palabras que Jihoon emitía.

—Ah ah sí ah sí alfa más ah ah alfa ah...

Tan melodioso y excitante eran los gemidos, pero él necesitaba una sola cosa: —di mi nombre, Jihoonie.

Nido de amor [JiCheol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora