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SeungCheol no quiso saber nada del mundo luego de enterarse que Jeonghan se quedaría todos los días en los que Jihoon estaría en celo, quería amar a su prometido, aunque en realidad todavía no le pedía matrimonio, pero era un hecho que lo harían, así que le agradaba la idea de llamarlo así.

Estuvieron alrededor de cinco días encerrados en casa, tranquilizando el celo del omega a más no poder; a pesar de que disfrutaban estar en la cama, amándose y divirtiéndose y de que querían a seguir en su nido de amor por mucho más tiempo, eventualmente el día que Jihoon recobró el sentido llegó.

Como en la ocasión pasada, ambos estaban besándose, sólo que esta vez Jihoon estaba arriba de su alfa, moviendo sus caderas lentamente, disfrutando de las suaves y lentas estocadas mientras sus labios compartían una danza apasionada. El beso se detuvo y Jihoon se separó sosteniéndose del pectoral de su alfa y lo miró con una sonrisa, quien también se la devolvió al darse cuenta de que su amado omega había vuelto en sí.

—¿Cuánto duré en esta ocasión?— preguntó Jihoon tranquilamente, sin querer detener el lento movimiento de sus caderas sobre el pene de su alfa.

SeungCheol acarició sus muslos, muy cerca de sus nalgas, incitándolo a seguir moviéndose —cinco días, fue menos de lo que pensé.

—Lo lamento— bajó la mirada, pero no dejó de moverse.

—¿Por qué precioso?

—Porque... mgh... te metí en problemas al entrar tan... ah repentinamente en celo— pronunció sin querer gemir, pero tampoco sin poder evitarlo por el placer que su cuerpo seguía sintiendo. Aún se podía sentir un poco sensible, sintiendo que su cuerpo temblaría de excitación y que podía correrse una vez más antes de perder por completo aquella erótica sensibilidad que su celo le dejaba.

—No lo hiciste, todo está bien— apretujó la piel de sus muslos consiguiendo a cambio un ligero gemido que disfrutó.

Ambos continuaron frotándose, el pene de Seungcheol se deslizaba por el interior del omega con suavidad, sólo dándoles un ligero placer con el que pronto desesperarían. Se miraron a los ojos y sin que ninguno de los dos fuese consciente, sus ojos brillaron en amor, reflejando una vez más esa unión que el destino les había dado; no podían evitar sonreírse y gemir suave al mismo tiempo, amaban tanto sentirse el uno al otro, que podrían seguir haciéndolo por más días.

Ngh~ mi amor ah— gimió Seungcheol suave entre suspiros —mi delicioso omega mgh.

El omega respondió también con suaves gemidos, comenzando a desesperarle un poco el lento vaivén de sus cuerpos —agh Seungcheol~ ah... ¿podrías, por favor... mgh más rápido?

A pesar de que Jihoon no especificó qué es lo que quería más rápido, el alfa sabía perfectamente a qué se refería, así tomó con un poco más de fuerza los glúteos del omega y posicionó sus pies sobre la cama para poder penetrarlo con una mayor rapidez. Ambos gemían sonoramente por el rápido ritmo que tomaron las embestidas, las cuales se alentaban en ocasiones, pues el alfa sabía que Jihoon seguía lo suficientemente sensible como para correrse rápido y es lo que no quería que sucediera.

Jihoon siempre se corría antes que él y lo hacía en dos o tres ocasiones antes de que fuese anudado, pero en esta ocasión, Seungcheol quería correrse en el mismo momento en el que el omega lo haría, quería que los dos gimieran el nombre del contrario al mismo tiempo y los dos dejaran escapar su semen en el mismo instante. Así que el alfa consiguió el equilibrio perfecto entre embestidas lentas y rápidas hasta que los dos se corrieron en el mismo segundo.

Nido de amor [JiCheol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora