CAPITULO XIV UN POCO DE SINCERIDAD

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POV CAMILA.

La estaba besando o ella me besaba? Ya no importaba quien lo hizo primero, solo me importaba el hecho de saber que ella al igual que yo deseaba ese beso como si de eso dependiera nuestra existencia.

Hacia tanto tiempo que no besaba a nadie, por lo que probar los labios de Michelle se sentía como beber agua cuando me estaba muriendo de sed y ni siquiera estaba consiente de que la necesitaba...

Sé que fui la primera en atreverme a profanar con mi beso su boca, pero también se que fue algo que no tenía  planeado, simplemente me deje llevar por su cercanía, por su belleza y por aquel rubor en su rostro cuando me confesó que su café favorito es el de mis ojos, incluso se que aquella frase poética fue otro de los motivos que me hicieron valiente y entonces no dude en hacerlo, la bese  porque sentí que esa era mi respuesta para corresponder  a su confesión porque a mí no solo me gustan sus ojos, a mí me encanta toda ella y con ese beso se lo decía sin pronunciar una sola palabra.

Pero así como me sentí valiente, después vino el profundo miedo a su rechazo y me separé rápidamente de ella y  para mí sorpresa, Michelle también disfruto mucho nuestro contacto pues el que haya tomado mi rostro entre sus manos y me besara de aquella manera era otra confesión sin palabras, pues no creo que esa forma de besar sea algo sin importancia, o por lo menos no lo fue para mí, un beso de esos que comienzan suaves y lentos para después volverse apasionados e intensos son para atesorar por siempre y el que compartimos ya tenía un lugar especial en mi memoria y quería dejárselo bien claro aunque también me estaba muriendo de miedo...

Tenía una maldita lucha interna en mi cabeza que cada vez era más fuerte porque de un momento a otro estaba desconociendome por completo, yo que prometí no ilusionarme con nadie que tuviera que ver con el lugar donde trabajo, que prometí no dejarme llevar por una cara bonita y mucho menos con alguien que tuviera un puesto menor al mío, y justo esas tres cosas quedaron en la basura en el momento en que probé sus labios y aún así no sabía cómo expresarle todo lo que sucedía en mi mente por lo que las únicas palabras que salieron de mi boca resultaron algo confusas incluso para mí...

-Esto no está bien...

Pronuncie casi en un susurro una vez que dejamos de besarnos, pero seguía aferrada a su cintura y  pegada a su frente, mientras sentía como ella suspiraba para después abrir sus enormes ojos verdes y mirarme con miedo.

-No te gusto?

Su voz también parecía un susurro y reconocí un poco de incertidumbre en ella, pero al parecer no me explique bien en lo que quería decirle.

- Bromeas?...besas delicioso...pero...yo...no...

Entre cada palabra fui dejando un besito en sus labios, y vi como  su expresión de miedo desaparecía  para dar paso a una tierna sonrisa, pero esa sonrisa no duró más que unos cuantos segundos porque al escuchar ese "pero" no me dejó continuar con lo que quería decirle.

- Pero eres una mujer comprometida no?...Es eso?

Michelle se separó de mi y me dió la espalda pero ni así pudo esconder la desilución de su voz, por lo que me acerque a ella de nuevo y me aferre otra vez a su cintura, necesitaba sentirla cerquita de mi y decirle lo equivocada que estaba.

- No quise decir eso, es solo que...No me parece correcto besarte en esta oficina...

De nuevo le hable al oído, pero había contradicción entre lo que le decía y lo que hacía, pues en cuanto ella volteo a mirarme, sonrió de una manera tan seductora que no pude evitarlo y comencé a besarla de nuevo, otra vez lento pero intenso y mierda, juro que jamás me cansaría de besarla de esa manera.

UNA LECCIÓN PARA LAURENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora