CAPITULO IX LA MUJER DE HOJALATA

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"Sin embargo -dijo el Espantapájaros, yo pediré un cerebro en vez de un corazón, pues un tonto sin sesos no sabría qué hacer con su corazón si lo tuviera. -Yo prefiero el corazón -replicó el Leñador, porque el cerebro no lo hace a uno feliz, y la felicidad es lo mejor que hay en el mundo".


POV LAUREN

El mago de Oz siempre fue uno de mis cuentos favoritos cuando era niña, sin embargo comencé a comprender sus mensajes hasta que me volví mayor, en especial recuerdo aquella parte de la plática entre el espantapájaros y el leñador de hojalata y yo al igual que el espantapájaros pensaba que es mejor tener un cerebro que un corazón, siempre la razón antes de los sentimientos ese siempre fue uno de mis principios o eso era hasta ahora...

Nunca he experimentado el síndrome del corazón roto, nunca me he enamorado y al contrario si he roto algunos corazones por lo que no me siento orgullosa de eso. Juro que no es que yo quiera ser así, yo simplemente me dedique a vivir mi vida disfrutando de fiestas, viajes, lujos y riquezas y nunca estuve preocupada por esas cosas del amor, mis relaciones se limitaban a lo físico, si alguien me gustaba lo tenía y después le decía adiós, se que suena cruel pero es que simplemente no sentía esa necesidad de conectarme con alguien de esa manera, lo que a veces me causa un poco de conflicto porque a la hora de escribir mis pensamientos me gusta hablar de amor y romance cuando está claro que no he experimentado esos sentimientos...

Incluso algunas veces llegué a pensar que yo era como ese leñador de hojalata que no tiene corazón, sin embargo a diferencia de el yo no deseaba tenerlo, y no es que yo sea una despiadada y cruel, pero definitivamente tampoco era la "señorita cariñitos" y aunque nunca he querido lastimar a nadie se que por mis conductas algunas veces hice sentir mal a la gente y eso es algo de lo que hasta ahora me doy cuenta...

Hace unos días estaba ahí ordenando mi librero cuando ví aquel viejo libro de mi cuento favorito y comencé a hojear sin sentido y me detuve justo en una página en donde aquellas líneas olvidadas llamaron mi atención y se quedaron en mi cabeza...

"El Leñador de Hojalata sabía muy bien que no tenía corazón, razón por la cual se esforzaba más que todos por no ser cruel con nada ni con nadie. Ustedes los que poseen corazón tienen algo que los guía y no necesitan equivocarse manifestó; pero yo no lo tengo y por eso debo cuidarme mucho. Cuando Oz me dé un corazón, entonces ya no me preocuparé tanto"

Desde lo ocurrido en el ascensor hace exactamente cuatro días me he sentido algo extraña y tengo un montón de pensamientos y sentimientos encontrados y no tenía idea de porqué, pero entonces aquella historia y esas líneas me aclararon un poco las ideas y pude comprender un poco mi situación...

El leñador deseaba un corazón porque quería sentirse feliz y no solo porque deseaba amar a alguien de forma romántica, el hablaba de la felicidad en general porque eso era lo mejor del mundo y entonces lo entendí todo. Llevo aproximadamente tres meses trabajando de algo que no me gusta y sin embargo siento que mi vida ha cambiado en un buen sentido, ya no me importa si me perdí la fiesta del siglo o si no he comprado el bolso estrella de la nueva colección de Versace porque  ahora la relación con mis padres ha mejorado y estoy creando lazos con tres chicas que en otras circunstancias jamás habría conocido y eso se siente raro, es decir es como si ellas sacarán lo mejor de mi cuando ni yo misma sabía que lo tenía.

Y aunque al principio sentí que este castigo era terrible, por fin estoy entendiendo las razones de mis padres para querer darme una lección, ellos querían que yo fuera empática y es justo lo que están logrando, porque sin darme cuenta comencé a sentir lo que los otros sienten y eso sin duda es algo que todo mundo debería aprender, sentí  felicidad cuando Ally me contó que por fin intercambio algunas palabras con Charly Farell en el pasillo y también sentí dolor cuando Dinah me dijo que vio a Mani besandose con su novio y entonces me di cuenta que definitivamente era algo que antes no tenía, incluso pude comprobarlo ese día en que Camila nos escuchó a Dinah y a mi hablar en el baño...

UNA LECCIÓN PARA LAURENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora