Laurence

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Habían pasado dos semanas desde que tomamos la iglesia, realmente no fue difícil y sólo quedaban unas pocas bestias solitarias por limpiar. En estas semanas logré analizar la situación más detalladamente y de los 4 asentamientos cercanos:

_Yahar'gul había caído ante las bestias y actualmente era una ciudad fantasma, la última carta que logró llegar explicaba que habían perdido a media ciudad.

_Cainhurst: el castillo se había mantenido aislado de las bestias pero se volvieron adictos a la sangre al punto de empezar a beberla como vino. Lo último que se sabía es que Logarius partiría hacia allí intentando resolver la situación.

_Old Yharnam es la parte pobre y aislada de la ciudad y uno de los primeros lugares en caer. Los ejecutores decidieron incendiar el lugar y bloquear las entradas; nadie entra, pero tampoco salen.

_La aldea pesquera, un pequeño pueblito sin nombre a las afueras de Yharnam, estaba más complicado de lo que parecía: Byrgenwerth había jugado con algo que no debía en esa aldea y la sangre que llegó allí terminó de destruir la aldea.

En este tiempo Gehrnam había logrado reclutar algunas personas pero sólo unos pocos querían pelear: la mayoría estaban demasiado asustados, así que decidí que aquellos que no serían cazadores, se encargarían de hacer y reparar armas, atuendos de los cazadores y también ayudarían a conseguir información.

Luego de mi reflexión, me levanté de mi silla para compartir compartir lo que sabía con los otros; los llamé a la antigua sala de los vicarios. Expliqué la situación con los lugares cercanos y esperé sus devoluciones:

- Destruyeron el puente a Cainhurst, lo vi colapsar hoy - dijo Ludwig.

- ¿Qué? - me sorprendí.

- Ella pasó a este lado antes de que todo colapsara - dijo señalando a una mujer un poco más joven que nosotros.

- María - dijo ella mientras hacía una reverencia.

Lentamente nos presentamos uno por uno y le pedimos si podía explicar que había pasado.

- La dinastía real de Cainhurst empezó a beber la sangre - comenzó a contar - se volvieron adictos, comenzaron a matarse los unos a los otros y luego llegaron los ejecutores: ellos asesinaron a casi toda la realeza excepto a la reina, mi hermana. Había tomado tanta sangre que era inmortal - hizo una pausa, pareció pensar sus próximas palabras - al no poder matar a la reina, el capitán decidió aislar por completo el castillo; llenó carruajes de pólvora, los encendió y los lanzó al puente - concluyó su relato.

- Eso no explica cómo estás de este lado - dijo Ludwig.

- ¿Tal vez ya estaba de este lado...? - dijo María irónicamente.

Eso hacia las cosas más fáciles y difíciles a la vez, si bien no teníamos que preocuparnos por todo Cainhurst tampoco tendríamos ayuda de ellos.

Fear the old bloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora