Laurence

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Todo se había ido a la mierda. Lo que creí que era un avance para la humanidad, terminó condenando a Yharnam.

La ciudad ardía a mí alrededor y la culpa caía en mí.

Traté de detener la distribución de sangre, pero yo sólo represento el 40% de los votos y los otros vicarios querían el dinero. Estaba claro que ya no podría hacer mucho mas.

Golpeé la mesa. Si no hubiera sido tan imprudente, no tendría que estar acorralado en mi auditorio.

La puerta estaba bloqueada pero los ruidos... 

Esos ruidos me torturaban,  los arañazos y gruñidos también.

Vi a uno de los vicarios convertirse en una enorme bestia y sabía que todavía él y otras bestias estaban rondando por la iglesia.

Me senté a mirar por la ventana. Yharnam se desmoronaba, la gente corría y lloraba, vi bestias matar personas y personas matarse entre si por el miedo.

Eché un vistazo a mi estudio y allí sólo  tenía el bastón que me preparó Gehrnam, el cual, ni siquiera sabía cómo usarlo.

¡Por los grandes, hasta yo estaba decepcionado de mí mismo! Quise acurrucarme debajo del escritorio, quería llorar de impotencia.

De nuevo, se escuchaban gritos, golpes y gruñidos desde el pasillo; la madera no hacía mucho por aislarlos y tampoco ayudaba a mi estabilidad mental y emocional.

Pero todo cambio cuando los golpes comenzaron a ser en mi puerta. Tomé el bastón y ahora si, me escondí debajo del escritorio, comencé a llorar, estaba aterrado.

La puerta cayó. Habían entrado. Apreté el bastón con fuerza. No estaba listo para pelear, pero tampoco podía huir.

- Laury? - dijo una voz.

Salí desesperado de mi escondite. Era Ludwig, estaba herido pero sonriéndome.

- Mirate, estás hecho un desastre - dijo.

- Tu tampoco estás muy bien - dije limpiándome las lagrimas que me quedaron.

- Ven, Gehrnam nos espera en el taller - dijo dándose la vuelta.

Recién ahora noto la gran espada a su lado, era de Gehrnam. Concluí que ambos querían sacarme de esta iglesia.

Tomé el bastón, dejé la capa de Byrgenwerth y le hice señas a Ludwig para salir.

Ludwig iba adelante y yo lo guiaba caminando detrás de él. Logramos evitar a la mayoría de las bestias en nuestro camino hacia afuera, pero no podíamos salir por la puerta principal, el fuego y los escombros la dejaron inutilizable, así que nuestra única opción era el patio.

Dos pasillos más y estábamos en la salida al patio, pero la enorme bestia que alguna vez fue un vicario rengueaba justo entre nosotros y nuestra salida.

- ¡No! - me quejé - Todavía podríamos intentar salir por alguna ventana - pensé en voz alta.

- Laury, cuando diga tres corre directo a la salida - dijo Ludwig concentrado.

- ¿Eh? - no terminé de procesar lo que había dicho y él ya estaba contando

- Uno - apretó la espada - Dos - se preparó para correr - ¡Tres! - gritó mientras salíamos corriendo.

La bestia tardó en notar nuestra presencia, pero al hacerlo, movió su enorme mano para intentar agarrarnos, Ludwig rápidamente giró sobre si mismo y cortó algunos dedos de la bestia. Con eso, pudimos huir. Sólo eran siete cuadras hasta el taller pero ese no era el problema: los desvíos que realizamos para esquivar peligros y obstáculos, hicieron que esas siete cuadras se volvieran el doble. 

Justo antes de llegar, lo que parecía un lobo salió debajo de un carruaje hacia nosotros y se volvió demasiado tarde para esquivarlo. No íbamos a llegar al taller. De repente, Ludwig desarmó su espada, dejando la funda-espadón de lado, y utilizó el arma mas pequeña y yo preparé la punta de mi bastón. Estabamos listos para pelear.

Cuando el lobo intentó atacarnos, se escuchó un disparo y la bestia cayó retorciéndose al suelo. Miramos una ventana del taller de Gehrnam y ahí estaba él, cargando su rifle.

- ¡Por el patio trasero, los cubro! - habló rápido el rubio.

Corrimos hacia la valla. Ludwig, como cargaba la gran espada, me indicó que pasará primero, pero con todo lo que corrimos, ya no tenía fuerzas, estaba sin aliento. Como pude, intenté treparla pero me caí golpeándome la espalda. No podía creerlo, ¿ qué otra cosa podría pasarme ahora?

Lentamente me levanté y me preparé para saltar de nuevo, pero Ludwig me levantó por la cintura antes de que pudiera reaccionar.

Gracias a su ayuda, pasé la reja. Me pasó la espada y el bastón para saltar la valla y rápidamente entramos al taller. Gehrnam bloqueó la puerta y los tres caímos al piso.

Fear the old bloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora