Se escuchaba sonido de choque de metales, con Ludwig estábamos supervisando el entrenamiento de Gehrnam y Maria. Pero eso no era lo que me tenía preocupado, sino la noticia que tendría que darle a Ludwig y al resto. Sabía que no estarían de acuerdo pero no había otras opciones.
- Hey Gehrnam ¿necesitas ayuda?- dijo Ludwig mirando el entrenamiento. Y si, parecía complicado con el espadón en una mano y el otro brazo fuera de lugar.
- Estará bien, a pasado peores - respondí.
Y así fue, se levantó a la ofensiva completa.
- Lud, ¿te conté la historia de Rom? - pregunté sin mirarlo.
- Lo nombraste, pero no, nunca- respondió.
Así comencé a contar:
Rom, la mejor estudiante de Byrgenwerth, la única humana en convertirse en un grande. Ella comenzó a estudiar a los grandes, el cómo se comunicaban o se ocultaban. Estudió las runas a un punto increíble, que descifró qué runas pertenecían a cada uno de los grandes.
Con el tiempo, su amigo, Micolash, descubrió algo sobre el grande Amygdala: según sus estudios, el grande antes fue un humano. Si bien sólo era una teoría, a él le alcanzó para comenzar a experimentar. Eso lo llevo a convencer a Rom a someterse a una operación experimental, para desarrollar más ojos en el interior de su cráneo; el tratamiento fue exitoso, pero sólo trajo dolor y problemas a Rom.
Ella cada vez salía menos de su estudio, comenzó a tener problemas para comunicarse y en una noche de luna roja, simplemente desapareció. En su estudio quedó una araña y una carta escrita completamente en runas: era una despedida hacia su amigo, un agradecimiento. Amygdala sintió piedad por la humana, dándole asi, la oportunidad de convertirse en un grande, en Rom la araña vacua, pero perdería todo el conocimiento que tanto había buscado durante su vida.
Micolash enloqueció después de lo ocurrido y fue a la aldea pesquera para continuar con sus experimentos, los cuales, por motivos desconocidos, llevó a la muerte del grande que protegía ese poblado; sí, Kos murió por culpa de Micolash.
- ¿A qué viene la historia? - preguntó, se notaba curiosidad en su tono.
- Creo que lo que sea que descubrió Micolash es la clave para resolver el problema de las bestias - dije.
- O sea, ¿quieres ir a la aldea pesquera? - respondió con otra pregunta.
Asentí como respuesta.
- Pienso acompañarte - respondió.
Me tense al instante, sabía iba a decir algo así, pero...
- No puedes - dije por lo bajo, esperando que entendiera.
- No me importa, pienso ir - respondió.
- Lud, por favor piensa, lo único que evita que te conviertas es la presencia Lunar, no sabemos qué pasa si vas a un poblado fuera de su protección, o peor, sin protección de ningún grande - dije levantando la voz al final.
- Pero... - intentó hablar.
- Lud - dije agarrando su mano cubierta por el guante.
- Sé que te preocupa que vaya solo, lo hablaré con Gehrnam, seguro enviará a alguien para que me escote, aparte, sólo serán dos semanas - dije mirándolo, sus ojos parecían de perro mojado, los rasgos de bestia lo hacías más difícil decirle que no.
El sonido de espadas atravesando la carne nos sacó de nuestra pequeña discusión y para nuestra sorpresa, Maria se había clavado sus propias armas en el pecho. También vimos a Gehrnam prepararse y curarse para pelear en serio.Estos dos dan miedo peleando, y al parecer, Ludwig pensaba lo mismo, por su cara de asombro.
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Fear the old blood
FantasyGehrnam, Laurence y Ludwig: El primer cazador, el primer vicario y el cazador de la iglesia. ¿Desde dónde comienza su amistad y cómo se ganaron sus títulos?