Ludwig

14 2 3
                                    

Maria parecía estar adaptándose bien a la convivencia en la iglesia, tenía algunos problemas con Gehrnam pero después de eso, todo bien. Me sorprendió cuando me dijo que quería unirse a los cazadores, ella sabía pelear, mejor que yo de hecho, sólo Gehrnam la igualaba. Casi muero practicando con ella. Laurence había calculado los recursos que necesitábamos y encomendó trabajos a la gente que no cazaba.

La ciudad se mantendría estable a este paso

Podría charlar con Laury, desde hace días sólo hablamos por problemas que surgen o por información de la ciudad. El estudio de Laurence estaba en los pisos más altos, así que tuve que subir 4 pisos. Abrí la puerta del estudio y ahí estaba: el médico sentado mirando por la ventana, concentrado en sus pensamientos, completamente perdido.

- Hey - dije despacio.

- Ludwig, hola - respondió.

Me senté en su escritorio también mirando hacia la ventana.

- Mira - dijo señalando hacia afuera.

-La ciudad está mayormente libre de bestias - aclaró.

- Y es gracias a ti - le di el crédito.

- Pero yo no peleé nunca - dijo algo nervioso.

- Puede que no, pero tanto Gehrnam como yo seguimos vivos por las decisiones que tomaste - aclaré.

Sonrió y se giró, hacía tiempo que no lo veía feliz.

- Gracias - respondió.

- Gracias - también le agradecí.

Se sentó mirando a la ventana de nuevo.

- ¿Cómo van Maria y Gehrnam? - preguntó curioso.

- Se ignoran, se pelean o compiten por cualquier cosa - respondí.

- ¿O sea...? - inquirió.

- La apuesta sigue en pie - respondí. Él sólo se rió.

Habíamos apostado por si ellos terminaban en una relación o no, yo aposté al si. Me levanté del escritorio:

-Voy a preparar un café, ¿se te antoja algo?- pregunté.

Lo escuché murmurar algo, luego se giró y me pidió un té. Fui a una esquina de su oficina a preparar las bebidas, habíamos instalado una cocinita a leña, nadie quería bajar y subir 2 pisos cada vez que quisiera tomar algo. Volví al escritorio con ambas bebidas, puse la suya en la ventana y la mía en el escritorio.

- Sigue igual - dijo en un tono muy serio, mientras miraba su taza.

Sabía a qué se refería, así que me saqué el guante que cubría mi brazo derecho. El mismo tenía pelo largo y garras en lugar de uñas, las había desafilado para no romper el guante pero seguían afilándose con el tiempo.

- ¿Necesitas que lime las garras de nuevo? - dijo sonriendo.

- Me sorprende que te lo tomes tan tranquilo, y si, lo agradecería - respondí.

- Al principio me preocupe, pero llevas dos semanas sin cambios, eso es una buena señal - dijo agarrando la lima de uno de sus cajones.

Esto era una interacción normal en los últimos días desde que le comenté que mi transformación había parado, pero no había vuelto a la normalidad. También había logrado ayudar a Laury con su investigación, así que todo bien por ahora.

Laurence dejó la lima en uno de sus cajones y volví a ponerme el guante.

- Gracias - dije sonriendo.

Fear the old bloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora