Gehrnam, Laurence y Ludwig:
El primer cazador, el primer vicario y el cazador de la iglesia. ¿Desde dónde comienza su amistad y cómo se ganaron sus títulos?
Habían pasado unas semanas de mi escape al taller, me sorprendió que Maria quisiese unirse a los cazadores, la mujer era fuerte, pero tenía sus creencias que la llevarían a la muerte. En uno de nuestros entrenamientos, ella dijo que quería pelear realmente a morir. En ese momento, ambos preparamos viales de sangre y peleamos: yo estaba usando la ex espada de mi amigo y ella tenía una hoja corta con un cuchillo en el mango.
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Era el arma más elegante que había forjado, y fue un regalo de bienvenida a los cazadores. Nos lanzamos a pelear, era un sentimiento increíble, ella era tan grácil y hábil. Pero para mí suerte, mi experiencia y control sobre diferentes armas siempre me dio la ventaja.
- Cuidado - dije burlándome de su intento de esquivar mis ataques.
Era buena desviando ataques pero no esquivando, muy típico de esgrima, pero las bestias no usarían estoques.
Desvío mi siguiente ataque y rápidamente cortó mi hombro.
- Cuidado - dijo riéndose irónicamente mientras se preparaba para una serie de estocadas.
Di unos pasos hacia atrás y me preparé para una idea loca: di dos cortes verticales con la espada corta y el tercero con el filo del espadón. Del impacto, retrocedió y usando la ventaja, trabé el espadón para seguir el combate.
- Eso fue interesante - dijo ella, sosteniendo una herida.
- Es mi propio estilo de combate - respondí.
Separó su arma en una daga y la espada corta.
- Pero veamos si te alcanza para sobrevivir - amenazó.
La tormenta de ataques que lanzó fue destructiva, aunque esquivara la espada, recibí un corte de la daga, realmente letal.
Paró su ataque al ver mi condición.
- Quizá deberíamos parar, corté los tendones en tu brazo izquierdo, ya no puedes pelear - dijo, parecía preocupada.
Como respuesta, sólo tomé el espadón y lo levanté con mi mano útil, usé mi hombro como apoyo y con mi otro brazo colgando, tomé aire: era hora del round 2.
- Pareces un cadáver,¿ estás seguro? - preguntó.
Yo asentí y comencé a correr hacia ella. Sabía que con una mano no podría sostener un choque de espadas, tenía que aprovechar el peso de mi arma para evitarlo. Comencé con la ofensiva, corte tras corte, no le di tiempo a recuperarse. Decidí tomar distancia, así que levanté mi arma y di un golpe que, de no ser porque lo bloqueó, probablemente hubiera perdido un brazo. Del impacto, perdió el balance y aprovechando la ventaja, decidí patearla y así, gané la distancia que quería. Golpeó el piso mientras se levantaba.
- ¿Te tenías todo eso escondido? - dijo un poco divertida.
Pareció analizarme con la mirada, notando el cambio en el estilo de pelea. Y era cierto, comencé usando tácticas de esgrima para que se sintiera cómoda, pero al comenzar a usar el espadón, no me quedó otra opción que usar el estilo de pela de los cazadores: mucho más brutal, salvaje y sobre todo, arriesgado.
- Todavía no peleas en serio - le dije, costaba hablar.
- No voy a usar "eso" - dijo, bastante enojada.
- "Eso" podría salvarte la vida en más de una situación - respondí, también estaba enojado.
- Prefiero morir antes que relacionarme con mi familia - dijo apretando sus armas.
- Entonces, ¿por qué lo usaste para salvarme? - cuestioné.
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En una de nuestras últimas cazas las cosas fueron muy mal: tenía que ser un trabajo fácil, pero apareció una maldito clérigo, o así los llamó Ludwig, bestias con un brazo más crecido que el otro y extremadamente grandes.
Después de pelear durante lo que parecieron horas, perdí mi arma y teía una pierna quebrada, realmente pintaba mal. Pero Maria se paró para pelear y para mí sorpresa, en lugar de tomar una postura para prepararse, se atravesó sus armas en el pecho. Grité de preocupación, pero ella simplemente sacó las armas cubiertas de sangre y comenzó a luchar; fue una masacre. Luego me explico que eso era causado por el resultado de la vieja sangre y su sangre real que le permite imbuir o crear armas de sangre, pero odiaba usarlo ya que le recordaba todo lo que tuvo que vivir en el castillo. Además, después de usarla, tenía la necesidad de beber sangre, si,la realeza de Cainhurst se convirtió en "vampiros", solo la realeza logro adaptarse a la transformación, la gente común murió o perdió la cordura en el proceso.
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Ella pareció pensarlo. Levantó sus armas:
- ¿Tanto lo deseas? - me preguntó.
Mi respuesta fue poner mi arma en mi hombro listo para pelear de nuevo
Frente a mi, clavó las armas en su pecho y al retirarlas, estaban cubiertas de sangre. Tome un vial de sangre y me lo inyecte en la pierna, iba a necesitar pelear en serio.
